No creo que el problema sea el Sionismo. El Sionismo ha sido
y puede ser interpretado de muchas maneras y el problema radica en esas
interpretaciones. Pero si yo lo entiendo como el anhelo de los judíos de vivir
en Israel, y se reconocen las fronteras establecidas por las Naciones Unidas y
se respetan y cumplen todas las resoluciones de ese organismo y se cumple con
el establecimiento de un Estado Palestino, y Israel se retira completamente de
los territorios ocupados en forma ilegal, entonces no veo ningún inconveniente
en el anhelo de los judíos de diferentes paises de querer vivir en el Estado de
Israel.

Creo que lo mas importante es que se fortalezca el
convencimiento y la comprensión de que no se puede eternizar la invasión de
territorios que no le pertenecen al Estado de Israel. Por otra parte la
sociedad israelí de algún modo está en “fuga”, es decir no quiere ver
lo que está sucediendo a su alrededor. No quiere ver el sufrimiento que afecta
a millones de palestinos que viven en territorios ocupados por un pais
extranjero. No quiere asumir que a pocos kilómetros de su modernidad existe una
situación de inhumanidad extrema. La misma reciente aprobación de la Ley que
establece a Israel como Estado de la Nación Judía es un tremendo error
histórico, político y social, poniendo en riesgo la definición misma de ser un
estado democrático y quedar en situación de convertirse en una nueva Teocracia,
que tanto daño han causado ahí donde se establecen.

Es muy difícil dar recetas. Me da la impresión que ambas
sociedades sienten que el momento mas cercano a la Paz fue durante las
conversaciones de Oslo. Eso quedó truncado con el asesinato de Rabin. Aunque
parezca utópico e imposible, creo que lo fundamental hoy es fomentar el
diálogo. Exigir el diálogo. Obligar al diálogo. Sin dialogo se van creando
distancias insuperables y creencias respecto “del otro” que no son
reales pero que se instalan como verdades incuestionables. Sin diálogo crece la
desconfianza y sobre todo la frustración en ambas juventudes, la de Israel y la
de Palestina. En cualquier caso hay una cuestión que es básica y previa a todo
lo demás. Israel se debe retirar de los territorios que actualmente tiene
ocupados. Eso es fundamental como paso previo. Nada puede hacerse mientras
hayan tropas invasoras en un territorio que no es el propio. Una vez cumplido
ese paso previo, se puede iniciar un diálogo y negociaciones en torno a
múltiples otros aspectos del conflicto que involucra a Israel y Palestina.

¿Cómo pueden el racismo y el apartheid en Israel ser
opuestos?

Denunciándolo. Diferenciándolo de muchos otros aspectos
positivos y fascinantes de la sociedad israelí. Creo que la estigmatizacion de
todo Israel es un grave error. hay que diferencia a una sociedad que es de por
sí muy diversa. Hay muchísima gente en Israel, probablemente millones, que
quieren la Paz, que quieren el retiro de los territorios ocupados, que quieren
un Estado palestino con quien convivir en paz. Lo que se necesita es que esos
sectores se manifiesten, se movilicen, participen, voten, Hoy son las derechas
extremas las que convocan, mientras los sectores llamados
“progresistas” no movilizan, no logran organizarse ni convocar. Ese
es el gran desafío. Por lo demás lo mismo pasa en Palestina. Es necesario
aislar a los sectores violentos y potenciar a quienes quieren el diálogo. 

¿Cuál es el mensaje más importante que te gustaría
decirle a nuestros lectores después de tu viaje a Palestina?

Lo más importante para mi es entender que en este conflicto
lo primero que se debe hacer, y que no admite más postergación, es el retiro de
los territorios ocupados. Eso debe ser inmediato y no hay justificación alguna
para mantenerla. No se puede pretender mantener eternamente esta situación que
ya se arrastra por 51 años generando dolor y sufrimiento en millones de
personas. Y al mismo tiempo le diría al mundo que tanto en Israel como en
Palestina la inmensa mayoría aspira a convivir en Paz con dos Estados en que
ambos pueblos puedan desarrollarse plenamente. Acá los responsables que generan
dolor y violencia son los poderosos, Es hora que los pueblos se unan, se
organicen y se movilicen en forma No Violenta tal como proponemos los
Humanistas. Ese es el gran desafío de esta hora no solo en el medio oriente,
sino que en el mundo entero. Esta es una tarea que nos convoca a todos. En
definitiva hoy la gran disputa no es entre un pueblo y otro, entre una religión
y otra, ni entre una raza y otra. Hoy la verdadera discusión es entre Humanismo
y Antihumanismo. Depende de cada uno que prevalezca una dirección humanizadora.