General

Israel e Irán: un choque desigual

Lluís
Miquel Hurtado, El Mundo, 10 may. 2018

El último
episodio en el Golán pone de manifiesto la asimetría entre los recursos
militares de ambos países
Bandera
israelí en los Altos del Golán. Jalaa Mareyafp

El
concepto de guerra asimétrica se acuñó en los 80 para definir un fenómeno
creciente: enfrentamientos armados no entre dos ejércitos convencionales con
similares potencias de fuego, sino choques en los que, dada la diferencia
cuantitativa y cualitativa de los recursos militares entre los contendientes,
se buscan tácticas de confrontación alternativas. Emboscadas contra tanques,
atentados contra bombardeos, virus informáticos contra amenazas bélicas. El último
episodio en el Golán
responde a esta dinámica.

Tras
cuatro oleadas de ataques israelíes, en las últimas semanas, contra posiciones
militares iraníes en Siria -el último, según el ‘New York Times’, fue en la
noche de autos contra un pueblo del Golán sirio- paramilitares de la fuerza
iraní Quds, según Israel,
lanzaron al menos 20 proyectiles contra el lado del Golán ocupado por los
israelíes desde 1967. El arma resultó ser un Fajr-5, un cohete de artillería
lanzado desde baterías terrestres. Cuatro de ellos fueron interceptados por la
Cúpula de Hierro hebrea; ninguno, según Israel, provocó víctimas.
Minutos
después, según fuentes de Defensa, 28 cazas israelíes lanzaron 60 misiles, y se
dispararon diez misiles tierra-tierra Spike NLOS, contra bases en Siria vinculadas al
despliegue iraní en ese país. Murieron 23 personas, 18 de ellas extranjeras,
según el Observatorio Sirio para los DDHH. “Toda la infraestructura iraní
en Siria” ha sido golpeada, celebró ayer por la mañana el ministro de
Defensa israelí, Avigdor Lieberman. Así, la guerra a
la sombra, que Irán e Israel llevan meses disputando en Siria
, se
hizo carne.
Israel ha
dejado claro que no permitirá que en Siria se consolide una “base
avanzada” de Irán contra su país. Este es el principal motivo por el que,
desde el inicio de la guerra siria, ha lanzado más de cien ataques contra bases
y arsenales vinculados a Irán.
Pese a ello, no ha podido evitar que, al calor del permiso del Gobierno sirio
para intervenir, a cambio de apoyo en la lucha contra sus enemigos, Irán haya
pergeñado una suerte de infraestructura militar útil como cojín defensivo de su
propio territorio y eventual plataforma de hostigación.
“El
objetivo de Teherán se limitaba a mantener el régimen de Asad en el poder y
asegurarse un pasillo terrestre desde Teherán hasta el Líbano”, explica al
periódico ‘The Guardian’ el investigador del Atlantic Council Ali Alfoneh.
“Sin embargo, dado que todos estos roles se han logrado, la República
Islámica se está planteando cómo mantener un conflicto de baja intensidad con
Israel, con ánimo de mantener a Israel ocupado e incrementando el coste de un
potencial ataque israelí directo contra Irán en el futuro”.
El centro
de este despliegue, según ‘The Guardian’, es la base T-4. Se halla en una
remota área desértica de la provincia central de Homs. Israel asegura que drones
iraníes, como el que sus fuerzas derribaron sobre el Golán el pasado febrero,
operan desde esta base. Las naves aéreas no tripuladas son el único elemento
aéreo que, se tiene constancia, ha desplegado en Siria la República Islámica,
que niega que haya hecho de la T-4 una de sus bases fuertes y que tampoco
reconoció el derribo del aparato en febrero.
Teherán
ha asegurado que su misión en Siria consiste en enviar asesores militares de la
Guardia Revolucionaria. Extraoficialmente, Irán ha sido lugar de entierro de
combatientes alistados en milicias chiítas, particularmente de refugiados
afganos. Del mismo modo, se conoce la existencia de brigadas iraquíes
patrocinadas por Irán, aparte de la infantería del partido chiíta libanés Hizbulá.
Aunque es difícil conocer las cifras exactas, se sabe que decenas de milicianos
esponsorizados por Irán han muerto en Siria.
Siete
miembros de la Guardia Revolucionaria murieron en un ataque
“preventivo” del ejército israelí a la T-4, el pasado nueve de abril,
en un golpe que supuso un punto de inflexión para Irán. Hizbulá tildó el
bombardeo de “error histórico”. Y aunque diversos estamentos de la
nomenclatura militar iraní han advertido durante las últimas semanas, tras los
reiterados envites de Israel contra sus posiciones en Siria, que habría
represalias, los últimos hechos, aunque alarmantes, no se enmarcan en un choque
de tú a tú.
“Israel
ha demostrado una y otra vez que su ventaja tecnológica y su potencia aérea
sobre Irán son excelentes. El equilibrio de poder entre Irán e Israel se
inclina del lado de Israel tan profundamente que no hay mucho que Irán pueda
hacer para dañar a Israel”, opina Joshua Landis, analista del conflicto
sirio asociado a la Universidad de Oklahoma. Aunque matiza: “Sobre el
terreno sirio, Irán es mucho más poderoso que Israel. Es poco lo que EEUU o
Israel pueden hacer para retroceder a Irán en Siria”.