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¿Somos blancos los españoles? Nuestra ‘raza’ se queda fuera del censo de EEUU

José
Gallego Espina, El Español, 5 marzo, 2018

La Casa
Blanca frena el plan de la administración Obama de convertir la etnicidad
hispana o española en grupo racial en el censo de 2020, que establece el
reparto de miles de millones.
 
 
Gente
paseando por Times Square, en Nueva York.

En EEUU
las cuestiones identitarias importan, y mucho, aunque de una forma distinta a
como se entienden en Europa. Aquí, más que la pertenencia a una región con
historia o lengua propia, pesa más la raza, la religión que se profesa, el origen
étnico, la condición sexual… Cada categoría define a una persona y la vincula
con un grupo, cuyo peso, al final, se traducirá en poder político y capacidad
de influencia a la hora de acceder a beneficios o luchar por todo tipo de
derechos.
Por lo
tanto, si tiene pensado venirse a estudiar, trabajar o residir a los EEUU, vaya
preguntándose en primer lugar con qué raza se identifica. ¿Somos blancos los
españoles? No se extrañe. Esta pregunta, que puede chocar a cualquiera en la
Península y sus islas, es un tema a menudo discutido y que genera controversia
a este lado del Atlántico. Siempre encontrará a algún estadounidense que dudará
a la hora de encasillarle como white o como hispanic, latino or Spanish
origin, al igual que encontrará a compatriotas que no saben si calificarse o no
como hispanos.
Hasta
ahora, esta confusión se producía sólo a pie de calle, ya que según los
criterios estadísticos seguidos en 2010 por la Oficina del Censo de EEUU,
referencia para multitud de agencias federales y otras instituciones estatales,
la raza -actualmente uno puede definirse como blanco, negro, asiático,
indio-americano, nativo de Hawai y otras-, es independiente del grupo étnico
hispano. Es decir, un ciudadano español o colombiano puede ser blanco e
hispano, mientras que alguien de Cuba o Guinea Ecuatorial puede elegir el
recuadro de negro y también el de hispano, al provenir de un país
hispanoparlante (por un lado la raza y por otro la etnia).
El
próximo censo federal se realizará en 2020 y traerá cambios, aunque no todos
los que había dejado preparados la administración Obama. El nuevo equipo de la Casa
Blanca ha decidido suspender la propuesta del gobierno anterior, que pretendía
cambiar la forma en que se recopila esta información, unificando la raza y la
etnia.
Este
plan del equipo Obama, que que ha quedado suspendido, afectaba especialmente a
la población hispana o latina, y también a las personas procedentes de Oriente
Próximo o el Norte de África, a las que se les iba a crear una casilla propia.
Entendían los técnicos que elaboraron esta hoja de ruta que la compilación de
datos sería más exacta, ya que ahora casi la mitad de los hispanos no se
identificaba con ninguna de las categorías establecidas, al igual que las
poblaciones afro-caribeñas y de Oriente Próximo o África del Norte.
 
Ahora casi
la mitad de los hispanos no se identificaba con ninguna de las categorías
establecidas, al igual que las poblaciones afro-caribeñas y de Oriente Próximo
o África del Norte
En
concreto, la idea que la administración Trump ha suspendido consistía en unificar
las dos preguntas actuales en una sola, convirtiendo la categoría “hispano,
latino o de origen español” en un grupo de raza y etnia a la vez, separado de
otros como “blanco” o “negro”. Así, mientras que a los que eligieran
la casilla “hispana, latina o española”, se les daba la posibilidad
de especificar si el origen era puertorriqueño, mexicano, guatemalteco,
español, colombiano, etcétera, con casillas específicas, a los caucásicos se
les requería que indicaran si su origen era inglés, irlandés, polaco, italiano,
francés o de otro lugar.
De
haberse mantenido este método, la mayoría de los ciudadanos de la Unión Europea,
por ejemplo, entrarían en la categoría de blancos, pero un ciudadano español,
argentino o venezolano, no. No obstante, la propuesta de la anterior
administración también permitía elegir más de un grupo, según se desprende de
las hojas que se elaboraron a modo de prueba, aunque de una forma algo confusa.
Más
atención a los blancos
Pese a
que la Casa Blanca ha descartado estos cambios, sí habrá algunas novedades,
aunque sólo afectarán a los caucásicos. A quienes marquen esa casilla, se les
pedirá que aporten más información sobre su origen étnico. Así, aunque durante
más de medio siglo ha sido suficiente con responder “blanco”, en 2020
la Oficina del Censo quiere saber más, dando como opciones German, Irish,
English, Italian, Lebanese, Egyptian, etc.
“No
entiendo ni cómo vamos a hacerlo, ni cuál es el objetivo”, comenta a EL ESPAÑOL
Andrew, un joven norteamericano que se define como estadounidense blanco, al
igual que sus padres y abuelos, procedentes de Michigan. “Sé que mis orígenes
están en Europa, como los de la mayoría. Creo que tengo parte de Escocia y
parte de Alemania, pero no lo sé con seguridad, ni sé de dónde eran los
ancestros de esos familiares. Mucha gente tampoco lo sabe. Al final el gobierno
va a acabar reuniendo información poco fiable y de dudosa utilidad”. 
La raza
se traduce en dinero
La
elección de la raza y la etnia puede resultar una cuestión complicada, ya que
también implica baremos personales y subjetivos, en una sociedad cada vez más
mezclada. De hecho, la Oficina del Censo define la raza como “la
autoidentificación de una persona con uno o más grupos sociales” y la
etnicidad como un determinante de si una persona es “hispana o no”,
entendiendo esto como proveniente de un país de cultura o lengua española.
Cualquier
cambio en el censo federal tiene muchas implicaciones, tanto para la
redistribución de distritos legislativos, como para las estadísticas de salud o
los registros de los gobiernos estatales, las escuelas y los hospitales. Por
ello, una modificación podría influir en cómo se distribuyen más de 675.000
millones de dólares al año en fondos federales.
Cualquier
cambio en el censo federal tiene muchas implicaciones, tanto para la
redistribución de distritos legislativos, como para las estadísticas
Grace
Meng, representante demócrata en el Congreso por Nueva York, pedía a la Casa
Blanca el pasado diciembre en un comunicado que revisara los estándares de la
Oficina del Censo cara a 2020, ya que “esta información se usa en todo, desde
cómo asignamos los recursos federales a cómo determinamos la distribución de
escaños”.
La forma
en que se registra a la población tiene también implicaciones sociales, ya que
afectan a los grupos de poder actuales. Por ejemplo, los afroamericanos y los
latinos son minorías con mayor capacidad de influencia actualmente, mientras
que otros grupos, al no estar cuantificados, no son tenidos en cuenta al mismo
nivel.
Michael
González, miembro de la Heritage Foundation, respalda la decisión de la Casa
Blanca de posponer los cambios propuestos por la administración Obama. “No creo
que el gobierno deba hacer que la gente se obsesione con la etnicidad. Estamos
perdiendo de vista nuestra identidad común”, señaló en una entrevista con el
Wall Street Journal.
Sin
embargo, otros grupos critican la medida, al entender que va contra los
criterios científicos para la mejor recopilación de datos. Maya Berry,
directora del Instituto Árabe Estadounidense, considera la suspensión de los
cambios como un fracaso de la administración y lo atribuye a la carencia de
fondos para implementar los nuevos métodos y a algo más. “No puedo evitar
preguntarme si en realidad lo que hay es un deseo de suprimir ese recuento”, dijo,
refiriéndose a los hispanos y grupos de Oriente Próximo.
Empresas
de análisis genético
Aunque
aún faltan dos años para 2020, la Oficina del Censo debe realizar un ensayo
general en marzo en el condado de Providence, Rhode Island, por lo que entonces
se comprobará el resultado de estas modificaciones.
Mientras
tanto, y en medio de este debate público, afloran en internet y en televisión
los anuncios de nuevas empresas especializadas en análisis genéticos para
rastrear la huella étnica y racial de los estadounidenses, siempre intrigados
por saber cómo llegaron sus familias al Nuevo Mundo. “El ADN revela la conexión
con nuestro pasado. Ancestry, encontrando tus raíces”, reza uno de los
comerciales de estas compañías, que se están poniendo de moda entre famosos y
políticos. Una tendencia que puede ir a más porque, en EEUU, si hay algo que no
entiende de razas ni condiciones, es el ‘business’.