Sí existe un feminismo saharaui
Mis argumentos se basan en la evidencia. En estos 40 años aquella organización integrada en el Frente y esta elite de mujeres, que han ostentado cargos de segundo nivel, han sido incapaces de incorporar en sus agendas y programas de acción ni un solo proyecto político, legislativo o social que tenga como objetivo conseguir la plena igualdad, al menos jurídica, para las mujeres. Consecuencia de ello es que actualmente somos una de las raras excepciones que no tiene un código de familia o un estatuto de derechos civiles similar al menos al de otros países del mundo árabe musulmán.
Tasnim Baghdadi
Y sin embargo, y aunque no exista ninguna organización que puede ser calificada como feminista todavía, hoy si se puede decir con orgullo que existe un feminismo saharaui. En los últimos años, y especialmente a lo largo del año 2017, en las redes sociales han ido apareciendo un conjunto de perfiles de mujeres saharauis, jóvenes, libres, rebeldes, que con distintas sensibilidades y planteamientos han ido dejando un reguero de comentarios y declaraciones inequívocamente feministas. Han ido constituyendo grupos e intercambiando información hasta lograr crear un espacio de encuentro y debate, independiente y plural, donde coincidir con otras mujeres valientes, que ya nunca aceptarán la sumisión y que, con altibajos, muestran día a día su firme compromiso en la lucha por la igualdad, por las oportunidades y por mayores cotas de poder para las mujeres.
Somos conscientes de que nuestra lucha no es fácil como no lo ha sido ninguna lucha feminista en el mundo. No podemos eludir que somos parte de un conflicto complejo donde la mayoría de las mujeres, que sacrifican su vida a la supervivencia y cuidado de su prole y de los ancianos, no han oído siquiera la palabra feminismo. Pero también sabemos que nuestra sociedad en el exilio, en los territorios ocupados y en la diáspora está sufriendo una acelerada y profunda transformación que podemos aprovechar como una ventana de oportunidad para seguir avanzando hacia un cambio a favor de nuestros derechos, de la igualdad y de mejores condiciones de vida. Nuestra lucha no debería perder de perspectiva dos ejes fundamentales. El primero es la educación mas completa posible de las niñas como el pilar básico y garantía de su capacidad para adueñarse de su vida y decisiones, para ampliar el horizonte de sus oportunidades y para desarrollar sus propias ideas. Y, en segundo lugar, mantener un firme e irrenunciable compromiso con la paz y la solución negociada de un conflicto político del cual somos las principales víctimas. Apoyadas en la Resolución 1325 de Naciones Unidas debemos construirnos y reconocernos como sujeto político y exigir la participación directa y activa, desde una perspectiva de género, en todos los procesos de negociación o en cualquier tipo de iniciativa para la paz, la seguridad y el desarrollo de la región.
Nuestra lucha por la igualdad de la mujer es la mejor inversión en la construcción de una sociedad saharaui democrática, moderna y más justa; que, en definitiva, sólo será posible con la plena y activa integración de sus mujeres en todos los ámbitos de la vida social, económica y política.