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República Centroafricana: el regreso de una guerra inconclusa

14 Junio 2017

La llegada de los combates a lugares como Alindao, hasta ahora ejemplo de convivencia, pone de manifiesto la gravedad de la situación. Las milicias se han enfrentado incluso a los Cascos Azules

Alindao había sido loada como una ciudad ejemplar: cristianos banda y yakoma y musulmanes peuhl y rounga, etnias, religiones y lenguas diferentes conviviendo en una comunidad tranquila de cerca de 20.000 personas, que no vieron alteradas sus relaciones cuando la coalición Séléka (integrada por grupos armados provenientes del norte del país y en su mayoría musulmanes) tomó la ciudad y el país entero en 2013. Pero el pasado 8 de mayo, la localidad fue escenario de enfrentamientos bélico entre grupos de autodefensa cristianos y los grupos militares musulmanes que se disputaban su control. Alindao se convertiría así en otra más de las ciudades -como Bria, Bambari o Bangassou- que han sucumbido en las últimas semanas a la repetición del cruento conflicto vivido en el país en 2013 y 2014: matanzas, ejecuciones y la huida de sus casas de más de 100.000 personas en la zona central y oriental del país.

Sucedió por un incidente menor, la detención de dos jóvenes por los grupos musulmanes. Este hecho escaló hasta una matanza de al menos 133 civiles, la quema de barrios enteros y la huida de la mayoría de la población, 15.000 personas, parte de la cual buscó refugio en la misión católica de Alindao. “Los dos chicos fueron acusados de ser de los grupos de autodefensa. Entonces, para obligar a su liberación, los autodefensa secuestraron a la familia de uno de los Séléka”, explica Elisée R., de 27 años. (Pese a que la coalición Séléka fue disuelta en 2013, la población sigue llamando así a los integrantes de los diferentes grupos armados de religión musulmana).