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Carta abierta de los refugiados del campo de Ritsona

27 Agosto 2016

Publicamos una carta de los refugiados de un campo situado a una hora de Atenas. Quienes allí habitan, principalmente sirios e iraquíes, denuncian condiciones de vida inhumanas y exigen su derecho a la dignidad.

Publicamos una carta del campo de refugiados de Ritsona, en Grecia, que apareció por primera vez en www.rproject.gr. En el campo, que se encuentra a una hora de Atenas, viven mil refugiados en condiciones inhumanas. Recientemente han aparecido casos de hepatitis A y de malaria, ya que uno de las problemas del campamento es que está junto a un pantano. También han aparecido casos de malaria en la ciudad cercana. Las autoridades y otros agentes políticos relacionan las enfermedades con la presencia de refugiados en el campo, cosa que nutre un discurso racista y xenófobo entre los habitantes. Como demuestra esta carta, las razones verdaderas de estas enfermedades son las condiciones inhumanas bajo las que los refugiados viven.
Carta abierta de refugiados sirios e iraquíes del campo de Ritsona

15-08-16

Con esta carta queríamos informar al Gobierno griego, los partidos políticos, la comunidad internacional y la sociedad griega de las malas condiciones de vida en el campo de Ritsona. Estamos en él seres humanos de Siria e Iraq. 

Respetamos vuestro país y vuestro Estado, pero ante todo a vuestro pueblo valiente. Igual de valiente era nuestro pueblo hasta que la guerra destrozó nuestras vidas y nuestra dignidad.

El camino de la migración nos trajo a Grecia y, atrapados ya en Ritsona, os transmitimos el mensaje de una vida que sigue siendo trágica e inhumana.

Somos sirios e iraquíes que hemos escapado de lo injusto y que ahora estamos atrapados en la miseria, vivimos en tiendas bajo el sol abrasador, con temperaturas de infierno, mientras los meses anteriores el frío, especialmente por la noche, era insoportable.

El Ejército ha asumido nuestra alimentación y queremos darles las gracias; sin embargo, la comida no responde a nuestras necesidades, ya que en el campamento hay niños pequeños y ancianos que necesitan especial atención.

La espera y el hecho de que nadie nos pueda decir qué va a suceder en el futuro crean un ambiente de estrés intenso que conduce a la gente a situaciones de perturbación de la salud mental.
Vivimos literalmente aislados en un bosque, en condiciones miserables que favorecen las infecciones y las enfermedades, estamos expuestos a los insectos y otros animales: moscas, avispas, escorpiones y serpientes.

Recientemente aparecieron enfermedades infecciosas como hepatitis A; contamos ya con 20 casos reportados. Las causas son la falta de agua caliente, los poquísimos aseos comunes, que no funcionan bien y permiten que las aguas residuales desborden; la recogida de basura, que se hace sólo dos veces a la semana, y también la negligencia en la asistencia médica.

El personal sanitario es mínimo; tened en cuenta que entre nosotros tenemos embarazadas, recién nacidos y ancianos que necesitan médicos. Por las noches, en la ciudad más cercana, Chalkidaque, que está a 20 kilómetros, no hay médicos especializados, y en el campamento no hay ambulancia.

Concluyendo con los problemas de nuestra vida diaria, exigimos el derecho a la dignidad en estas condiciones especiales que han llegado a nuestras vidas, sin que nosotros tengamos la culpa. Pedimos:

1. Más comida, ajustada a nuestras necesidades (raramente en nuestra comida hay carne).

2. Las tiendas son inadecuadas para que una familia viva en condiciones humanas.

3. Instalación de más aseos que se descontaminen sistemáticamente.

4. Mayor frecuencia en la recogida de residuos.

5. Fumigación contra insectos, ratas y serpientes.

6. Un mejor comportamiento por parte de algunos de los responsables del campamento (no sabemos si son voluntarios o empleados).

7. Que la presencia de la Cruz Roja esté a la altura de la situación, ya que aquí es muy escasa y no es acorde con su nombre y su historia.