Alerta morada en Caracas: feministas contra la violencia y el acoso callejero
CARACAS (Sputnik) — En muchas zonas de Caracas las calles son solitarias, y de noche la mayoría se tornan oscuras por falta de alumbrado público, lo que se traduce en un riesgo para todos los transeúntes, y se duplica si eres mujer y estás sola.
Aunque hasta el momento no existe balance oficial y los cuerpos de seguridad no responden preguntas sobre este tema, la organización feminista Método Wom contó a Sputnik que entre febrero y marzo registró a través de sus redes más de 100 denuncias de acoso, persecución e intentos de secuestro.
Victoria Romero, presidenta de esta organización, explicó que ante el incremento de denuncias en las redes de violencia y acoso callejero colocaron en sus cuentas de Twitter e Instagram un formulario para que las mujeres víctimas puedan contar lo que les sucedió.
El objetivo de esta organización es recopilar datos de este tipo de sucesos para impulsar medidas de protección individuales y también generar una reacción por parte de las autoridades.
Alerta morada
Por ello, Método Wom decidió declarar una “alerta morada” el pasado 27 de marzo, como medida de protesta y llamado de atención, especialmente dirigido a Altamira, Los Palos Grandes, Chacao, La Castellana, en el este de la ciudad, y El Paraíso y Caricuao en el oeste.
Sin embargo, Romero explicó que tras esta declaración el número de denuncias se incrementó en zonas como Plaza Venezuela, Chacaíto, Los Dos Caminos, Santa Mónica, La Campiña, El Marqués, La Urbina, entro otras localidades, abarcando casi toda la ciudad, e incluso otros estados del país. “A inicios de año comenzaron a manifestarse intentos de secuestro, persecuciones, acoso sexual callejero que era mucho más frecuente, y eso levantó una alerta por la frecuencia con la que estos testimonios estaban surgiendo y nos llamó mucho la atención los intentos de secuestro”, dijo.
El pasado 7 de abril, el alcalde del municipio Chacao, Gustavo Duque, dijo a través de un programa transmitido por el circuito radial Unión Radio, que estaban investigando el caso de Tiany Cárdenas, uno de los registrados recientemente en Altamira, y el de una de las pocas mujeres que ha acudido de anunciar ante los cuerpos de seguridad.
En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, la joven explicó que el pasado 5 de abril mientras caminaba entre Altamira y Parque Miranda (este) un sujeto la persiguió en la calle y la pinchó con una jeringa cerca de la cadera, y señaló que, aunque desconoce cuál fue la sustancia que le inyectó, dice que sintió su cuerpo dormido y no recuerda bien qué ocurrió después.
Romero explicó que son pocas las mujeres que se deciden a denunciar, y cuando lo hacen se duda de su palabra o porque no responde de forma efectiva para capturar a los implicados.
‘Modus operandi’
Las formas de actuar de estos grupos que atacan o persiguen a mujeres que están solas son múltiples.
Sputnik consultó a cuatro mujeres para preguntar si en los últimos meses se habían sentido amenazadas y la mayoría respondió afirmativamente.
Rita Rosales, residente de Sebucán (este), contó a esta agencia que hace un mes, mientras regresaba a su casa dos sujetos en una camioneta negra la persiguieron. “Yo venía de la panadería y creo que eran dos hombres en una camioneta comenzaron a decirme cosas y yo corrí y ellos intentaron seguirme, pero me metí por una calle en contravía y pedía ayuda a los vigilantes de un edificio, que medio incrédulos me abrieron la puerta”, contó.
Atenea Torres, por su parte, contó que el martes 20 se montó en un vagón del metro de Caracas con sentido hacia oeste, y una pareja la persiguió, y aseguró que, aunque sintió mucho miedo logró esquivarlos. “Totalmente, siento que ser mujer y cambiar sola por la calle es un riesgo, siento que debo estar atenta en defensiva, en ofensiva, que debo ser hombre”, agregó.
Otra de las mujeres que prefirió no ser identificada relató que mientras caminaba desde la estación del metro de Plaza Venezuela hacia una parada de autobuses dos hombres la persiguieron. “Los sujetos venían detrás de mí, uno de ellos diciéndome cosas obscenas y yo esperando que pasara un autobús, que por suerte llegó pronto, pero me sentí muy amenazada porque no había policías, no había casi gente”, contó.
Caminar libres
Ante denuncias de este tipo y similares a las de Tiany Cárdenas, organizaciones feministas como Método Wom y Tinta Violenta piden apoyo a las autoridades. Llaman a las mujeres a no abandonar la calle, sino a construir el camino para sentirse libres de violencia.
“De ninguna manera la alerta morada busca causar un caos, terror y mucho menos (…) Me gusta mucho una frase que dice: ‘¿Cuándo será el día que las mujeres puedan sentirse en la calle libres y no seguras?’, libres de violencia, no sentirse seguras porque puede haber un agresor por ahí, sino libre de salir, de caminar”, dijo.
El registro de la organización Método Wom se inició ante la inquietud de sus más de 200 integrantes por el incremento de casos, que a su juicio habían quedado aislados. Ahora han decidido comenzar a brindar apoyo legal para que las denuncias se formalicen y las autoridades tengan en cuenta las zonas de mayor riesgo.
Además, llaman a las autoridades venezolanas a elaborar políticas públicas con perspectiva de género, promover medidas de protección en las calles, garantizar una buena iluminación, incrementar el patrullaje en zonas de riesgo y sensibilizar a los funcionarios que reciben las denuncias.
Si ella triunfara, añadió, “sería una reivindicación de una de las peores dictaduras que ha tenido el Perú, una de las más sanguinarias, una de las más corruptas. Votar por la hija del dictador, que lo primero que va a hacer es abrir las cárceles sacar a todos los fujimoristas, empezando por su padre, para que pasen a gobernar, sería una gran desgracia para el país”.
Alianza
Keiko Fujimori jamás se quedó callada. Dijo que Vargas Llosa era “un turista que habla por la herida”, es decir, por el rencor que arrastraba desde su derrota en 1990; que lo que le sobraba en imaginación le faltaba en caridad humana; que sus “acostumbradas pataletas en política” lo seguían traicionando y que no conocía la realidad del pueblo peruano.
Pero el intercambio de acusaciones quedó atrás. Unidos por el espanto a la izquierda, Vargas Llosa y Fujimori forjaron la alianza más inesperada con base en especulaciones, prejuicios, falacias y lugares comunes que envuelven desde hace tiempo a la política latinoamericana: del “miedo al comunismo” al “no queremos ser Venezuela”.
Para justificar su apoyo a la candidata, el escritor aseguró que un eventual gobierno de Castillo tendrá “todas las características de una sociedad comunista”, como si eso hoy fuera posible, y que el maestro gobernará como Nicolás Maduro, el malo favorito de la región. O incluso peor: “Significará probablemente un golpe de Estado militar a corto plazo en el Perú”. Qué susto. La campaña del miedo en todo su esplendor.
Source: Sputnik News.