General

Ignacio Cembrero, sobre ‘El agente oscuro’: “Todos nos hemos cruzado con espías muchas veces””

Isra Álvarez 10/09/2019
El periodista prologa un libro en el que un auténtico espía del CNI revela cómo se infiltró en las redes del yihadismo en España.

Es muy poco frecuente que un espía hable. Menos, que lo haga públicamente contando sus (al menos algunas) experiencias. Pero es el caso del relato que se recoge en El Agente Oscuro. Memorias de un espía infiltrado por el CNI (Galaxia Gutenberg). Este libro recoge las peripecias de un agente reclutado por el CSID, más tarde llamado CNI y que se infiltró en los más peligrosos focos de yihadismo en España y más allá de nuestras fronteras. Ésta es una historia real de espías de los que se juegan el tipo en el cuerpo a cuerpo y que tienen una doble identidad.
Prologa el libro el periodista y experto en el mundo islámico y en yihadismo Ignacio Cembrero, que además conoce al autor del libro, que permanece en el anonimato por motivos de seguridad. El periodista, (autor a su vez de La España de Alá, ed. Esfera de los libros), nos da las claves sobre este libro que revela cómo es la lucha de los servicios secretos españoles y marroquíes contra el terrorismo.
¿Qué lleva a un agente del CNI a revelar su trabajo?
Entiendo, aunque no lo puedo asegurar, que su motivación es que quiere reivindicarse. El llevaba una vida aparentemente anodina de cara a su mujer, a sus hijos y con esto quiere reivindicar que ha hecho grandes cosas o unas cuantas cosas por lo menos, por la seguridad de España. Creo que no ha comunicado aún a su entorno que él es el autor del libro, algo que hará seguramente dentro de unos años.
¿Cómo se ha confeccionado el libro?
Nosotros [el espía autor del libro y Cembrero] nos conocemos desde hace más de diez años. Le conocí en la etapa en la que se estaba infiltrando en comunidades musulmanas donde había elementos que se radicalizaban, cuando frecuentaba mezquitas y oratorios. Aprendí mucho con él, fue incluso una fuente mía. Hemos hablado mucho y durante muchos años yo no supe para quién trabajaba aunque me llamaba la atención que alguien que trabajaba supuestamente en otro oficio supiera tanto de estos temas. Un buen día me dijo que quería hacer un libro plasmando sus vivencias por escrito. Lo redactó él y lo ha hecho muy bien. Lo que yo he hecho es un prólogo contextualizando el libro y dando fe de su etapa como infiltrado. No tengo la menor duda de que estaba en eso. Me ha dado pruebas materiales de que efectivamente trabajaba para un servicio secreto que entiendo que es el CNI.
¿No se vuelve uno un poco paranoico después de involucrarse en un libro de espías?
No, yo podría volverme paranoico con otras cosas como por ejemplo con el acoso al que he sido sometido en España por los servicios marroquíes, el lobbi marroquí y sus amigos.
El autor tiene buenas maneras literarias…
Sí, me ha sorprendido lo bien escrito que estaba. Sólo espero que con el tiempo se anime a hacer una segunda versión que se ha dejado en el tintero. El libro es una gozada, porque se lee bien e ilustra cómo funcionan en España y en otros países europeos los colaboradores de los servicios secretos. Creo es que él ha contado las cosas básicas, pero algunas operaciones más delicadas en las que ha participado no las ha contado o bien porque revelaban secretos de Estado o porque podía poner su anonimato en peligro.
En el libro se describen usos y costumbres y formas de trabajar del espionaje, ¿eso no es peligroso?
Para cualquiera que sepa cómo funcionan los servicios secretos no serán sorprendentes en absoluto. Si uno lee novelas de espionaje encontrará muchas cosas por el estilo.
Él dice que su “aspecto no es el que solía ser”. ¿Ha cambiado como lo hizo el Lobo después de infiltrarse en ETA?
Yo siempre le he conocido con el mismo aspecto, pero entiendo que cuando se infiltraba debía vestir a lo musulmán, con la chilaba, etc. Para acercarse a las comunidades musulmanas él debía “disfrazarse”.
¿El CNI ha dado el visto bueno a este libro?
Es una pregunta que yo me he hecho, porque el CNI queda reflejado como un servicio eficaz, con rostro humano, que se preocupa por la vida familiar de su colaborador… pero no me consta. Sí me consta que algún colega periodista antes de escribir sobre el libro ha llamado al CNI para confirmar cosas sobre el autor, sin recibir ninguna respuesta. Por lo general hablar con el CNI o intentarlo, es como hablar con la pared.
¿El autor le ha hablado sobre qué le llevó a ejercer como espía?
La motivación, y eso queda reflejado en el libro, es en origen una casualidad, por la que le proponen durante supuestamente su estancia en Zaragoza, colaborar con el CSID y poco a poco le va cogiendo gusto. La motivación para mucha gente es el aspecto de la aventura, de hacer algo diferente. Y también, él lo dice, hay una motivación aparentemente patriótica, para servir a los intereses del país. Creo que hay muchos oficios en los que la gente corre riesgos porque tiene la impresión de estar haciendo algo más interesante que el resto de los mortales.
¿A qué se arriesga uno cuando se infiltra en el yihadismo?
Se arriesga a ser descubierto y a ser expulsado de esa comunidad, o a ser agredido, atacado… Además, te arriesgas a que si te descubren el CNI se lave las manos. Aquí no hay ningún contrato. Los pagos que el CNI hace son en efectivo, otros pagos a una cuenta que no pertenece al CNI… Se cuidan mucho de que si hay un problema no se pueda establecer un vínculo entre el colaborador y el CNI, para que no haya consecuencias diplomáticas. Cuando el CNI hackea a alguien, y lo hacen todos los servicios secretos, no es alguien del CNI en la carretera de la Coruña el que lo hace, se van a pedir a hackers externos que hagan esa labor y les pagan en consecuencia. El famoso virus Careto, probablemente puesto en marcha el CNI en torno a 2013, no se fabricó en un laboratorio del CNI. Encargarían un módulo a un hacker, otra parte a otro y después se encargarían de ponerlo todo junto a funcionar. Así no dejan rastro.
¿Se ha sentido identificado con el autor del libro por ejercer un oficio a veces delicado?
Me he sentido identificado con él hablando, como lo he hecho en varias ocasiones durante largas horas, y analizando la evolución de las comunidades musulmanas en España y Europa, viendo hacia dónde iban, de sus relaciones con Marruecos… Hace tres años publiqué un libro titulado La España de Alá, que es un viaje por las comunidades musulmanas de la España de principios del siglo XXI. Nuestro punto de vista sobre los problemas que plantea este asunto y cómo se pueden intentar solucionar o por lo menos paliar son muy parecidos.
Usted habla de que debería surgir “un islam independiente con los colores de Europa”, ¿es factible ese islam azul y estrellado?
No lo sé, aunque me gustaría que lo fuera. Como mínimo habría que intentarlo, porque hay que cortar, es muy importante, el vínculo entre las comunidades musulmanas y los países árabes que las financian o a las que pertenecen y estoy pensando en Marruecos, pero también en los países del Golfo, con Arabia Saudí a la cabeza, que intentan tutelar las comunidades musulmanas en europa. Ese islam europeo sería una forma de combatir los brotes yihadistas o terroristas en el seno de Europa y en tercer lugar sería una forma de integrarles. No se trata de cambiar su religión, sino de que haya un islam que comparta los valores europeos.
Rusia utiliza las redes sociales como herramienta de injerencia en otros países. ¿Utiliza el mundo islámico la religión para hacer lo mismo?
Sí, sin lugar a dudas. Influir, vigilar y controlar a las comunidades marroquíes, argelinas, turcas… sirve para muchas cosas, como para que no surjan grupos de oposición a los regímenes árabes, pero también para que sean una herramienta de presión para los Estados que acogen a esas comunidades. En España hemos visto varios ejemplos.
Así que sí, la guerra está en las redes… 
Marruecos y otros países las utilizan las redes sociales sobre todo para arremeter y denigrar a sus opositores y para restar importancia a todo aquello que pueda publicarse y que pueda perjudicar sus intereses. Cuando yo pongo en el Facebook algo que perjudica a las autoridades marroquíes generalmente los primeros en reaccionar e ir contra esa noticia y contra quien la ha colgado son gente o falsos perfiles, que trabajan a las órdenes de esas autoridades.
Marruecos utiliza la cooperación en materia antiterrorista como moneda de cambio y como medida de castigo, ¿no es así?
Marruecos, y lo hemos visto con Francia y con España, tiene dos grandes instrumentos de presión que son la inmigración irregular, que pueden modular y la cooperación antiterrorista, que en España muchos consideran fundamental, sobre todo lo que concierne a Ceuta y Melilla, donde proporcionalmente son las ciudades españolas donde más operaciones antiterroristas se han desarrollado en la última década.
¿Qué maniobras de espionaje asombrosas recuerda?
Una en la que unos servicios secretos se dedicaron a ir recogiendo las heces de un jefe de Estado, al que se le desviaron las tuberías del retrete para poder hacerse con ellas y poder hacer un análisis para saber si era verdad que tenía una enfermedad, como se rumoreaba.
¿La realidad supera la ficción en cuestiones de espionaje?
Nuestro colaborador se ha dejado bastantes cosas en el tintero, para no revelar secretos de Estado. Pero donde la realidad supera la ficción de verdad es en servicios secretos como el israelí [Mosad] o el norteameticano. En España es todo más light que se sepa. El CNI no tiene un grupo de especialistas en operaciones de asesinatos, que sí tienen otros servicios secretos extranjeros, que han asesinado a enemigos dentro y fuera de sus fronteras.
También ha habido asesinatos de servicios de espionaje extranjeros en España…
Ha habido unos cuantos. Uno de los más famosos fue en la última etapa del franquismo, cuando asesinaron a un espía israelí en frente del cine Rex en Gran Vía, algo que reconoció el Mosad ,algo que no es habitual.
El libro muestra que la ética, la moral y la ley tienen los límites muy flexibles en cuestiones de espionaje…
Tienen los límites un poco menos flexibles cuando se trabaja dentro de España, donde teóricamente hay la supervisión de un juez, donde supuestamente lo sabe todo, no sé si en la realidad es así. Pero fuera de España, ancha es Castilla.
¿Como por ejemplo?
Ejemplo de ello son los dispositivos de seguimiento que aparecieron en los coches con los que Puigdemont se desplazaba por Bélgica, donde las autoridades han abierto una investigación para ver quién los colocó. Eso ha sido colocado por alguien que trabaja para el Estado Español y se puede suponer que ha sido el CNI.
¿Hay un perfil de agente del CNI? ¿Todos nos cruzamos con ellos a diario?
Nos cruzamos con ellos muchas veces, pero no hay un perfil determinado. El perfil que recoge el libro es un poco atípico, porque es un español de pura cepa, aunque no me guste la expresión y en el ámbito del yihadismo suelen ser musulmanes, inmigrantes, etc, que cobran cantidades inferiores, pero que no elaboran informes, pero dan datos sobre reuniones, charlas…
Hay mucha gente involucrada… 
El CNI tiene una auténtica legión de informadores en los ámbitos del yihadismo y el independentismo. Son informadores que una vez al mes o cuarenta días tienen reuniones con funcionarios del CNI donde les dan toda la información que han recabado y a cambio de la cual reciben dinero en efectivo, más o menos en función de la calidad de la información.
¿El pago siempre es en dinero?
A veces también se hace por favores, ¿cuántos marroquíes aspiran a tener la nacionalidad o a traerse aquí a la familia?
¿Todos conocemos a un colaborador del CNI y no lo sabemos?
Yo creo que todos los periodistas conocemos a alguno. Yo sin ir más lejos he conocido a varios, muy pocos, que me han dicho que trabajaban para el servicio secreto. Cuatro, concretamente, aunque seguramente serán más. A lo largo de los años me habrán confesado que eran espías, españoles o no, unas seis o siete personas.
El autor del libro tiene familia… ¿podría ser del CNI cualquiera de nuestros familiares?
Por razones de seguridad y para no inquietar a tu entorno nunca se cuenta. Si tu familia sabe que te estás infiltrando se preocuparía así que es más fácil decir que te vas de viaje de negocios o a una conferencia.
¿Es el yihadismo la principal preocupación del CNI ahora mismo?
Desde luego es una preocupación importante, junto con el tema del separatismo en Cataluña, la ciberseguridad y la inmigración.
Cuando uno trata este tipo de temas o cuando se tratan temas polémicos con usted, sobre Marruecos, ¿se vuelve uno un poco psicótico?
No. Lamento mucho que instituciones en España me hayan cerrado la puerta durante años, pero el mundo es muy amplio y me siguen invitando fundaciones, universidades y otras instituciones, también fuera de España.
¿Se parece la labor de un espía a la de un periodista?
Son totalmente al contrario. Todo lo que yo averiguo intento contarlo al gran público y un espía lo hace de forma restringida, ocultándolo. Mi obsesión es que hay que contar muchas más cosas de las que contamos en prensa.
¿Cómo que algunos países del Golfo estén detrás de muchos de nuestros males?
Por ejemplo Arabia Saudí, que ha exportado a golpe de talonario su modelo de islam, que es un modelo muy rigorista y radical. No significa que los salafistas sean terroristas, ni mucho menos, pero el salafismo rechaza la integración de sus miembros en las sociedades donde se establecen sus miembros y en segundo lugar gran parte de los terroristas que han acabado empuñando las armas han pasado por el salafismo.