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Una trágica excursión que no tiene nada que ver con el paisaje y la tierra, sino con el robo de agua por parte de los colonos judíos en Cisjordania

Amira Hass 30/08/2019
El manantial de Ein Bubin, donde Rina Shnerb fue asesinada, todavía es accesible para los habitantes de Dir Ibzi. Pero los colonos israelíes se han apoderado de los manantiales vecinos y se jactan con orgullo de que a la población palestina “ya rara vez se la ve por allí”.


Tradotto da María Landi

En los últimos 30 años, las colonias ilegales de Dolev y Nahliel y los puestos de avanzada no autorizados que existen entre ellas[1] se han apoderado de más de 15.000 dunams (1.500 ha) de tierra palestina. Por supuesto, eso no tiene nada que ver con el asesinato de Rina Shnerb la semana pasada.
Mediante ataques violentos, vandalismo de propiedades y árboles, órdenes militares y barreras cerradas con candado, el ejército y los ciudadanos israelíes impiden que la población de seis aldeas palestinas acceda a sus tierras (olivares, campos y zonas de pastoreo). Las seis aldeas son: Al Janiya, Ras Karkar, Deir Ammar, Beitillu, Mazra al Qibliya y Kobar. Eso, por supuesto, no tiene nada que ver con las heridas recibidas por el hermano y el padre de Rina, Eitan y Dvir Shnerb.
Gush Talmonim −como denominan los israelíes a esta extensa área− separa a unas aldeas palestinas de las otras y fragmenta la parte occidental del distrito de Ramala en varios enclaves desconectados. Como dijimos, no puede haber conexión alguna entre estos hechos y el artefacto explosivo que se detonó en ese mismo lugar el viernes pasado.