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Ortega reprime la marcha de las madres de Nicaragua

Carlos
Salinas, El Pais, 31 may 2018

Una
gigantesca manifestación que pedía la salida del presidente fue reventada con
violencia por los seguidores del FSLN. Hay decenas de heridos. “Aquí nos
quedamos todos”, afirma Ortega
Uno de
los heridos en la marcha de este miércoles. En vídeo, imágenes de las protestas
durante el Día de las Madres. Carlos Herrera / ATLAS

El presidente
Daniel Ortega mostró su rostro más brutal la tarde del miércoles en Nicaragua,
tras ordenar el ataque a una gigantesca manifestación encabezada por las madres de
las víctimas de la represión de abril en este país
. Numerosos
testigos informaron que seguidores del Frente Sandinista, grupos parapoliciales
y oficiales antidisturbios dispararon contra los manifestantes, que marchaban
desarmados por la céntrica Carretera a Masaya de Managua. El ataque ha dejado
decenas de heridos. Los medios de comunicación locales mencionaban al menos dos
muertos, que al final de la tarde no habían sido confirmados.

Escenas
de pánico se vivieron a partir de las 17.00, hora local, cuando los
manifestantes caminaban hacia la Universidad Centroamericana (UCA), donde la
manifestación terminaría con un evento cultural. A esa hora comenzaron a
estallar disparos desde el Estado Nacional localizado a unos metros de
distancia. Los testigos informaron que varias personas comenzaron a caer
heridas sobre el pavimento. Grupos de paramédicos y ambulancias se movilizaron
hacia la zona, aunque algunos heridos tuvieron que ser trasladados en
motocicletas a varios hospitales de la capital. Las autoridades de la UCA
abrieron el campus para que la gente pudiera refugiarse en su interior. También
hubo ataques al canal 100% Noticias, que en abril
fue censurado por Ortega
, y a la Radio Ya, afín al Gobierno.
La
violencia se desató minutos después de que el presidente, Daniel Ortega, diera
un discurso en una marcha que había sido convocada por el Gobierno en otro
punto de la ciudad, con la que el mandatario pretendía demostrar la estabilidad
del Ejecutivo. Ortega
reaccionó a las críticas hechas por la cúpula empresarial
, que
exigió la noche del martes un cambio de Gobierno y el cese de la represión.
“Nicaragua no es propiedad privada de nadie”, dijo Ortega. “Nicaragua nos
pertenece a todos y aquí nos quedamos todos”, afirmó el mandatario, en clara
referencia a la exigencia de que deje el poder. De esta manera, Ortega
–asediado desde hace 43 días por una insurrección popular que exige el fin del
régimen– se enrosca en la violencia para mantenerse en la Presidencia.
La
manifestación de las madres había comenzado a las 14.00 (hora local) en la céntrica
rotonda Jean Paul Genie de la capital. Allí se vivía un ambiente de fiesta, a
pesar del dolor. El cantautor Carlos Mejía Godoy inauguró el evento con su
célebre “Ay, Nicaragua, Nicaragüita”, que la gente coreó como si se tratara del
himno de este país. Las madres de
las víctimas de la represión
portaban las imágenes de sus hijos
asesinados en los días más cruentos de la violencia, en abril, cuando comenzaron
las manifestaciones contra una reforma a la Seguridad Social impuesta por
Ortega.
Portando
además cruces, listones negros y ramos de flores, estas mujeres
comenzaron a marchar exigiendo justicia para sus hijos
y la salida
de Ortega. “Nos duele estar aquí, con todas estas madres compartiendo este
dolor. No es justo lo que hizo Ortega a estos muchachos, principalmente a mi
hijo”, dijo a EL PAÍS Jessica Rivas, madre de uno de los jóvenes asesinados,
Jesner, de apenas 16 años. “Después de todo esto que hizo exigimos que se vaya
de Nicaragua, que aquí no lo queremos. Si aquí hubiera pena de muerte eso
pidiéramos para él. Lo que queremos ahora es ayuda internacional para encontrar
justicia, porque aquí en Nicaragua no se respetan las leyes”, dijo Rivas.
La
manifestación ocupó 3,9 kilómetros de la céntrica Carretera a Masaya, punto
neurálgico de la economía de la capital. Centenares de
miles marcharon de forma pacífica
, decían consignas contra el
Gobierno y en apoyo a los estudiantes, que son los principales protagonistas de
esta rebelión ciudadana, que acumula ya más de 80 muertos. Entre ellos estaba
el escritor y exvicepresidente Sergio Ramírez, para quien la manifestación era
“una demostración de fe en el futuro”. Ramírez afirmó a este diario que “en
Nicaragua, a pesar de la tragedia que hemos vivido y los crímenes masivos que
se han cometido, el pueblo tiene fe en que la paz vendrá y la única manera de
que venga la paz es la democracia”.
Una hora
después, sin embargo, la manifestación era reventada con violencia. Ya lo había
advertido el escritor mientras marchaba: “Ortega tiene que convencerse de que
cualquiera que sean los mecanismo que se acuerden, esta solución (su salida)
tiene que darse a corto plazo, si no el conflicto va a seguir, el riesgo de
enfrentamientos, de más muertes. Hay que hacer un llamado a su propia
conciencia de que tiene que apartarse él y su esposa para que el país pueda
encontrar un cauce democrático”. El mandatario, sin embargo, se aferra a la
violencia. Al atacar una manifestación que lloraba a decenas de muertos, que
son vistos ya como héroes en Nicaragua, Ortega mostró el miércoles su rostro
más brutal.