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Polonia demanda a diario argentino por vincularlo con Holocausto

Por Daniel Gutman, IPS, 20 marzo 2018

¿Se puede
imponer universalmente una verdad histórica oficial, en defensa de la
reputación de una nación? Polonia cree que sí y lanzó una cruzada contra
quienes acusen a su Estado o a sus ciudadanos de complicidad con el Holocausto,
que tiene en un diario argentino a su primera víctima mundial.

El monumento
en memoria de la masacre de Jedwabne, vandalizado con inscripciones nazis. En
1941, en ese pueblo de la Polonia ocupada por los nazis, fueron masacrados
1.500 judíos por sus vecinos. Crédito: Gentileza Página 12
BUENOS
AIRES – Un artículo acerca de una masacre de judíos perpetrada por sus propios
vecinos en un pueblo polaco durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que
no fue ordenada por los ocupantes nazis, motivó que el periódico Página 12 fuera acusado ante la justicia
polaca a comienzos de marzo.
Apenas
unos días antes había entrado
en vigor en el país del este europeo una insólita ley
, cuestionada
internacionalmente, que penaliza con hasta tres años de prisión a quienes, en
cualquier lugar del mundo, sostengan que Polonia o los polacos tuvieron
responsabilidad en los crímenes cometidos contra los judíos en su territorio
durante la ocupación nazi.
  

“La
denuncia fue presentada por un grupo ligado al gobierno polaco. Vamos a hacer
un caso internacional de esto, pero no para hacernos famosos, sino porque se
pretenden imponer una censura global de la que no hay muchos antecedentes en el
mundo”
Martín Granovsky.
“La nota
publicada en Página 12 no quiso decir que todos los polacos hayan sido
antisemitas ni que no haya habido polacos no judíos asesinados durante el
nazismo. Pero contamos un caso de vecinos que torturaron y mataron a otros
vecinos”, agregó el responsable del diario.
Granovsky
puntualizó que la defensa contra la demanda -de la que hasta ahora el diario no
ha sido notificado- se dará en el plano jurídico y el de la opinión pública,
para lo que ya Página 12 ya está contactando a organizaciones de defensa del
periodismo y la libertad de expresión en todo el mundo.
La
denuncia contra Página 12, un diario de centroizquierda nacido en la década del
80, luego del regreso de la democracia en Argentina, la presentó
la Liga Polaca contra la Difamación
.
Se trata
de una organización no gubernamental creada en 2012, con el objetivo de
“iniciar y apoyar acciones tendientes a corregir información falsa sobre la
historia de Polonia, en particular sobre la Segunda Guerra Mundial, el rol de
los polacos en la Guerra, las actitudes del pueblo polaco hacia los judíos y
los campos de concentración alemanes”, según se lee en su página en Internet.
Es
evidente la similitud de su filosofía con la que animó la ley sancionada por el
parlamento polaco el 1 de febrero y promulgada por el presidente
ultraconservador Andrzej Duda cinco días más tarde.
La norma,
de acuerdo a un comunicado del Ministerio de
Relaciones Exteriores
polaco, busca “combatir todas las formas de
negación y distorsión de la verdad sobre el Holocausto como también de
subestimación de los perpetradores reales”.
“Acusar a
la nación y al Estado polaco de complicidad con el Tercer Reich Alemán en los
crímenes nazis es equivocado, engañoso e hiriente para las víctimas”, se agregó
en el texto.
Fue la
respuesta a un comunicado del Departamento
de Estado de Estados Unidos
, que había afirmado, cuando el
parlamento polaco se aprestaba a sancionar la ley, que esta “podría socavar la
libertad de expresión y el discurso académico”.
El
cuestionamiento de Estados Unidos es particularmente significativo ya que se
trata  del principal aliado actual de Polonia, que ha sido señalado de
violaciones al estado de Derecho por la Unión Europea (UE), de la
que ese país forma parte.
En
diciembre, la UE puso en marcha el procedimiento para sancionar a Varsovia,
debido a la promulgación de leyes que, según se argumentó, pretenden debilitar
la independencia judicial.
El
Departamento de Estado sugirió que el intento de restringir las opiniones sobre
el rol de Polonia en el Holocausto conducirá al país a un mayor aislamiento
internacional, ya que indicó que la ley podría tener repercusiones “sobre los
intereses estratégicos y las relaciones de Polonia, incluyendo con Estados
Unidos e Israel”.
Para el
especialista Damián Loreti, exdirector de la carrera de Ciencias de la
Comunicación de la Universidad de Buenos Aires,
la ley polaca sobre el Holocausto “violenta todos los estándares
internacionales en materia de libertad de expresión y de investigación
científica”.
“Esto es
así porque se pretende imponer una verdad histórica oficial, contra la que no
puede haber afirmaciones en contrario”, dijo Loreti a IPS.
El
académico afirmó que “el honor de las repúblicas o de los estados no es un bien
jurídico legítimo a ser protegido mediante la imposición de restricciones a la
libertad de expresión, según lo ha establecido la Convención
Europea de Derechos Humanos
, y también viola resoluciones de las
Naciones Unidas”.
Página 12
publicó el artículo de opinión que originó la querella el 18 de diciembre de
2017, bajo el título de Rostros
Familiares
, y su autor es Federico Pavlovsky, un psicoanalista que
explicó a IPS que prefería no hacer declaraciones públicas ante la incertidumbre
sobre el avance de la causa judicial en Polonia.
Pavlovsky
cuenta en su columna “uno de los hechos más crueles e increíbles que registra
la Segunda Guerra Mundial”, ocurrido el 10 de julio de 1941 en Jedwabne, a 190
kilómetros de Varsovia.
“Ese día,
mil quinientas personas mataron o vieron matar a otras mil seiscientas, éstas
últimas de origen judío”, se lee en el artículo que agrega: “Una de las
particularidades de esta masacre es que en la Polonia ocupada por los nazis,
los alemanes no ordenaron la matanza ni participaron de ella, tan solo se
limitaron a autorizar el devenir de los acontecimientos y sacar fotografías”.
La
columna recoge básicamente la información que hizo pública en 2001 el
historiador Jan Gross en su libro “Vecinos: la destrucción de la comunidad
judía en Jedwabne, Polonia”, que tuvo una fuerte repercusión tanto en ese país
como en Estados Unidos.
Gross es
un polaco nacido en 1947, hijo de padre judío y madre cristiana, que en 1969,
durante el régimen comunista, se exilió en Estados Unidos.
La ley
polaca castiga en particular a quien hable de “campos de concentración
polacos”, en lugar de aclarar que estaban en territorio polaco pero eran
responsabilidad del régimen nazi, que ocupaba el país.
“Es
cierto que el Estado polaco había dejado de existir y que apenas había un
gobierno polaco en el exilio, en Londres, que combatió a los nazis”, dijo a
IPS  la psicoterapeuta y escritora Diana Wang,
nacida en Polonia en 1945 e hija de sobrevivientes del Holocausto, que vive en
Argentina desde que tenía dos años.
“Sin
embargo, en Polonia hay una larga tradición de antisemitismo a nivel de cultura
y hubo cientos de miles de polacos que fueron partícipes del asesinato de
judíos y se apropiaron de sus bienes”, agregó Wang, que es presidenta de
Generaciones de la Shoà,  una organización dedicada a mantener viva la
memoria del Holocausto en Argentina.
“Es
cierto que hablar de campos de concentración polacos no responde exactamente a
la verdad histórica, porque estaban bajo el control de los alemanes pero cada
uno tiene derecho a decir lo que quiere”, dijo Wang, quien luego de conocida la
denuncia publicó una nota en Página 12 titulada: “Que Polonia
también me denuncie a mí
”.
Desde la
presentación de la querella, el diario editado en Buenos Aires publica
artículos  cotidianos sobre el caso penal en su contra en Varsovia y la
historia de los judíos en Jedwabne, que provocó la denuncia de la Liga Polaca.