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Urge un cambio radical de la fallida política migratoria de la UE

22 Junio 2017

Mientras se celebraba en todo el planeta el día mundial de los refugiados, apareció la acostumbrada noticia de que al menos 120 personas se habían ahogado frente a la costa libia. Con ellas, el  número total de personas muertas desde principios de año al intentar cruzar el Mediterráneo central asciende a más de 1.800.

En este luctuoso contexto, los líderes europeos se reúnen hoy en Bruselas para hablar de migración. Cada uno de ellos lamentará, sin duda, estas últimas muertes. Pero a pesar de sus retóricas lamentaciones, el debate no estará centrado en la importancia de salvar vidas.  Tratará más bien de cómo reducir el número de personas que llegan a Europa reforzando la cooperación con los países africanos para que contengan la migración irregular.

Esta estrategia no sólo exacerba la disparidad existente entre los países desarrollados y en desarrollo en lo que respecta al número de personas refugiadas que aceptan, sino que también menoscaba la credibilidad de la UE cuando se declara abanderada de los derechos humanos.

Además, se está aplicando por medio de políticas equivocadas.

En vez de ofrecer a las personas refugiadas y migrantes oportunidades para no tener que cruzar las fronteras de manera irregular, como la creación de rutas legales y sin riesgos hacia Europa,  y en vez de mejorar las condiciones en los campos de refugiados y establecer sistemas de asilo viables, se ha centrado la atención en intensificar el control de fronteras y las devoluciones.