Firmada en 1917 por el jefe de la diplomacia británica Arthur Balfour, esta declaración indica el apoyo de Londres al “establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío”. La iniciativa de Londres se consideró un paso importante en el proceso que conduciría en 1948 a la creación del Estado de Israel, pero también, según los palestinos, al desplazamiento de unos 750.000 palestinos y a décadas de conflicto.

Los demandantes, cuyo planteamiento es sobre todo simbólico, consideran al gobierno británico responsable de una declaración “siniestra” y piden una indemnización para los palestinos lesionados, sin fijar una suma.

“El mandato británico (establecido en 1920, está en la raíz del sufrimiento del pueblo palestino y ha abierto el camino a la violación de sus derechos y al saqueo de su tierra”, dijo Mounib al-Masri, jefe de la Asamblea Nacional de Trabajadores Independientes en una conferencia de prensa en Ramallah.

La denuncia se presentó el jueves en un tribunal de Naplusa, en el norte de la Ribera Occidental ocupada, en nombre de la Fundación para la Vigilancia de los Derechos de los Palestinos, el Sindicato de Periodistas Palestinos y la Asamblea Nacional de Trabajadores Independientes.

La Declaración Balfour, dirigida a Lord Walter Rothschild, un prominente sionista británico, también pedía que “no se hiciera nada” que pudiera “perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías en Palestina, o los derechos y el estatus político que los judíos disfrutan en cualquier otro país”.