Conversación con Carmen Blanco y su “Todo de mí”
Por: Abby García Valera.
A Carmen Blanco la conozco desde que tenía 17 años, aproximadamente. Los libros, en especial Saramago, crearon una preciosa complicidad entre una adolescente y una señora que esperaba leyendo la salida de su nieta de las clases de música. Una amistad que creció entre sus lecturas de espera y mis esperas para el ensayo con la orquesta. Una amistad que se forjó desde la distancia generacional, desde las conversas y los libros prestados. A Carmen la acompañé en aquella celebración en la Biblioteca Agustín Codazzi de varios de sus poemas publicados en una revista local. Hoy, desde Estambul, la acompaño como editora en la publicación de su primer libro de poesías, gracias a la organización ProMosaik y su filial editorial LAPH.
Acá les comparto la breve conversación con Carmen Blanco sobre temas alrededor de su libro.
¿Qué emociones y temas abordan tus poemas?
Generalmente es el amor y el desamor lo que me ha motivado. Sintiendo cómo el amor es esa inmensa respuesta que me provoca el ser tocada por todo aquello que fue mi infancia, la soledad y la rebeldía que sentí casi siempre. Y de verdad que supe de un hogar, mi hogar, fue de la mano de mi esposo, Jogla Martínez y mis hijos. Nunca antes. Es él y mis desencantos, mayoritariamente, lo que me impulsa a escribir, porque siento que, de alguna manera, solo escribiendo puedo expresarlo todo.
¿Cuándo comenzaste a interesarte por la poesía y a escribirla?
De verdad que me confieso impulsiva y extremadamente sensible. Un día, no sé cuál ni cuándo, comencé a escribir formando versos, sin guías o ejemplos, escribía y todo lo escondía porque para muchos era una tontería y debía estudiar y no decir tanta “pendejada”. No fue un interés por la poesía sino una necesidad para ser yo de alguna manera…
¿Qué influencias literarias ves plasmada en tu pluma poética?