Por todos los medios necesarios. By any means necessary Editorial de Tlaxcala, 21 de febrero de 2020
Tlaxcala 21/02/2020 |
Este 21 de febrero de 2020 coincide con el decilocuarto aniversario de nuestra creación y entramos en nuestro decimoquinto año de existencia, convencidos hoy más que nunca de la utilidad de nuestro trabajo de transmisores. Coincide a su vez con el qincuagésimo quinto aniversario del asesinato de Malcolm X, el brillante revolucionario cuyo itinerario y mensaje son de una asombrosa actualidad.
Malcolm Little fue también un niño mártir. A partir de los 9 años de edad fue enviado de orfelinatos a familias de acogida, así como sus siete hermanos, después de que su madre fue encerrada en un centro psiquiátrico, al volverse loca por el asesinato a manos de racistas blancos del padre, un discípulo de Marcus Garvey y apóstol del “retorno a África”. Buen alumno, abandonó los estudios cuando uno de sus profesores preferidos le dijo que sus sueños de convertirse en abogado eran “irrealizables para un negro” y que haría mejor en aprender el oficio de carpintero. Entre los 17 y los 21 años, se dedicó a la pequeña delincuencia, fue traficante, proxeneta y en 1946, con 21 años, fue encarcelado. A su salida, seis años más tarde era ya otro hombre, en prisión había conocido a los Black Muslims a los que se unió. En el seno de la Nation of Islam, leyó mucho, reflexionó, discutió con sus hermanos de miseria. Se convirtió en lo que hoy llamaríamos un “islamista”. La Nación del Islam es un movimiento que busca la rehabilitación moral de los negros, desintegrados por el sistema dominante de los blancos, quienes, un siglo después de la abolición de la esclavitud, siguen negando a los “negros” el estatuto de ciudadanos e incluso de seres humanos. Los Black Muslims no reivindican la igualdad, sino la separación, una especie de “retorno a África” pero permaneciendo en suelo US. Malcolm rompió con ellos cuando a su regreso del gran periplo que le llevó de La Meca a Argel, a través de El Cairo y Acra, se enteró de que, durante su ausencia, Elijah Muhammad, el gran líder de la Nación del Islam, había iniciado conversaciones con el Ku Klux Klan sobre un proyecto de Estado reservado a los negros en el sur, en Alabama o Misuri.
En La Meca, Malcom vio a creyentes de todos los colores y procedencias fraternalmente mezclados y llegó a la conclusión de que era necesario que los negros USAmericanos establecieran alianzas con todos los oprimidos de “Babilonia” para liberarse juntos. El 28 de junio de 1964 lanza oficialmente un nuevo movimiento, la Organización de la Unidad Afroamericana. Por sus postulados revolucionarios, había sido objeto de una estrecha vigilancia por parte del FBI. Por sus críticas a la línea separatista de la Nación del Islam, se había creado enemigos entre sus antiguos hermanos. Tres de ellos, manipulados por el FBI, lo asesinaron el 21 de febrero de 1965.
Los hermanos Kouachi, Amédy Coulibaly y Omar Al Hussein no se convirtieron en nuevos Malcolm X durante su estancia en prisión. Solo pudieron acceder al estatus de tontos útiles, murieron en vano. Fueron incapaces de identificar las verdaderas causas y a los auténticos responsables de su malestar y optaron por unos blancos fáciles de alcanzar.
Que todos los que sueñan con imitarlos mediten en estas frases de Malcolm X:
“Declaramos nuestro derecho en esta tierra a ser hombres, a ser seres humanos, a ser respetados como seres humanos, a conseguir los derechos de un ser humano en esta sociedad, en esta tierra, en este día, e intentamos que esto sea una realidad por todos los medios necesarios” (discurso de fundación de la Organización de la Unidad Afroamericana, 28 de junio de 1964).
Esta expresión, por todos los medios necesarios –by any means necessary–, había entrado en la lengua angloamericana por una de las traducciones de Las manos sucias, de Jean-Paul Sartre, donde los dos personajes principales dicen:
Hoederer: No es negándonos a mentir como terminaremos con la mentira, sino utilizando todos los medios para abolir las clases.
Hugo: Todos los medios no son buenos.
Hoederer: Todos los medios son buenos cuando son eficaces.
En USA se ha debatido mucho sobre el sentido de la frase de Malcolm: ¿era una apología de la violencia? Probablemente sí, de la violencia necesaria, pero ¿quién decide cómo y cuándo es necesaria la violencia? ¿Y cómo se valora si un medio utilizado ha sido eficaz? Obviamente en función de si ha permitido, o no, a aquellos que lo utilizaron acercarse a sus metas. Además, es necesario que tengan una idea clara de lo que quieren. Los cachorros perdidos sin collar convertidos en yihadistas no la tienen en absoluto. Están condenados a sacar las castañas del fuego a esos otros que, por su parte, sí saben muy bien lo que quieren: conservar el dominio y el control sobre la humanidad otorgándose el derecho de decretar quién forma parte y quién debe ser excluido. Por todos los medios necesarios.