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2019: No tienes que ser meteorólogo para saber de dónde sopla el viento y hacia donde nos lleva

Fausto Giudice 01/01/2020
“Ni dios, ni César, ni tribuno”, sino Jokers por millones: multitudes inteligentes remontan a asaltar el cielo.


El año que termina ha sido un año de nuevas rebeliones, portadoras de nuevas esperanzas.
Ellos – y ellas, omnipresentes – no blanden ni retratos de Lenin, ni de Mao ni del Che, no hay banderas negras, rojas o verdes, sino solamente banderas nacionales, sus consignas son generales y generosas, y ell@s no se reivindican de ninguna ideología específica . Son millones de personas que, desde principios del año, han salido a las calles en Ecuador, Chile, Líbano, Irak y Egipto, sumándose a los millones ya movilizados en Haití, Argelia, Sudán, Marruecos, Hong Kong, Colombia, Brasil, Cataluña y otros lugares.
Las imágenes son intercambiables, al igual que los eslóganes. ¿Los mismos efectos por las mismas causas? Sí y no.
Un compañero venezolano-chileno me dijo que no le gustaba la consigna chilena “Nos quitaron tanto que nos quitaron hasta el miedo” porque, me explicó, era una eslogan de las guarimbas venezolanas, esos motines contrarrevolucionarios alentados por los amos del mundo que no lograron derrocar al régimen bolivariano. “Esto también es la globalización”, le respondí, “los eslóganes circulan y cambian de contenido y de sentido”…
Las causas
En la escuela se nos enseñaron a distinguir entre causas profundas (o distantes o de fondo) y las causas inmediatas (o coyunturales o desencadenantes). Examinemos pues las causas de estos levantamientos/
Haití: la desaparición de cientos de millones en los bolsillos de los hombres del presidente y del mismo Presidente.
Ecuador: la supresión de las subvenciones a los combustibles.
Líbano: la instauración de un impuesto de 6$ al mes sobre whas’app.
Chile: el aumento del precio del billete de metro en Santiago.
Iraq : la letal contaminación petrolera en Basora, pues la corrupción de regimen.
Marruecos: la muerte de un vendedor de pescado ambulante no autorizado, arrollado por un camión de basura.
Argelia: la veleidad de Bouteflika de un quinto mandato y luego la imposición de nuevas elecciones por el “sistema”.
Cataluña: la condena de 9 dirigentes catalanes a penas de 9 a 13 años de prisión por haber organizado el referéndum de la independencia del 1 de octubre de 2017.
Hong Kong: la adopción de una ley que permita la extradición de personas buscadas hacia la China Popular.
Colombia: un paquete de medidas asesinas por las condiciones reproductivas de l@s trabajador@s, l@s estudiantes y l@s jubilad@s
Francia: provocado por el anuncio de un aumento del precio del combustible, el movimiento de los Chalecos amarillos se ha convertido en un movimiento de cuestionamiento de un sistema capitalista cada vez más agresivo. Una VI República se perfila en el horizonte.
Las diferencias de causas inmediatas entre los países son evidentes desde el principio. Pero un hilo rojo atraviesa todas las revueltas; es el mismo que había atravesado las revueltas árabes de principios del decenio, desde el Sáhara Occidental hasta Yemen. Se resumió en 2 consignas: “Echchaab yourid isqaat annidham” (“El pueblo quiere la caída del régimen”) y “Jobs ou mé, ou Ben Ali le” (“Pan y Agua, No a Ben Ali [y a sus semejantes]”). Por el momento, esta nueva tormenta de los pueblos no ha abatido regímenes, ha provocado simplemente la salida de algunos dictadores (Omar al Bashir en Sudán, Bouteflika en Argelia), una demisión (Hariri en el Líbano) y la sustitución “democrática” (electoral) de un presidente mafioso en Argentina (Macri). Piñera, Jovenel, Moreno, Bolsonaro y sus compañeros se aferran a sus sillones.
Para 2020, un sólo deseo: pueblos, un esfuerzo más para pasar de la revuelta a la revolución !No lloren, organícense !