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Argentina: la culebrilla

Jorge Luis Ubertalli 30/10/2019
Mirá, parece una bandera- me señaló la negra cuando observábamos el mapa eleccionario argentino.

Y era cierto, el sur y el norte azulado, el centro amarillo como los votantes del energúmeno y su compincheto. Lo cierto es que un corredor cipayo se conformó de este a oeste y de arriba hacia abajo sobre el cuerpo del país. Transversal, cerquita del Brasil de Bolsonaro, lindando con el Uruguay de la segunda vuelta donde el fascismo acecha y el Chile de Piñera, el corredor anuncia el futuro que nos espera si lo permitimos.
Los triunfantes en Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza conforman la Argentina sojera, fallida, cipaya, narco, saqueadora y reaccionaria. Junto a la CABA, que cabe en el corredor como un comodín mayor del colonialismo, los amigos de la liquidación nacional se extienden a lo ancho de la Argentina como un ‘herpes zooster’, más conocido entre nosotros, los indios de hoy, como ‘la culebrilla’, que puede bajar y subir por el cuerpo del país con bajas defensas en lo ideológico, lo cultural, lo social y, porque no, lo político, hasta estrangularlo.
Parece ser una ‘culebrilla’ a la que no neutraliza ninguna tinta china ni frotamiento con barrigas de sapos; es dolorosa porque deja al enfermo real, el pueblo argentino bien nacido, con muchas dudas y sin saber a ciencia cierta cómo y con quién, o con qué, combatirla.
¿Hubo fraude de parte de los basuras?. Si lo hubo ¿ quién permitió que ocurriese?. ¿Acaso se consumó entre bambalinas, para lograr una ‘salida ordenada’ del energúmeno y su piara perfumada y rancia?. ¿es la continuación de la ‘gobernabilidad’ a la que apostaron estos cuatro años los ‘opositores’?.
Lo cierto es que no parece creíble que el pueblo de una provincia como San Luis, con casi medio millón de habitantes, de un importante desarrollo industrial, educacional, sanitario, de inclusión social y demás a pesar del oprobio macrista que se extendió en el país, haya claudicado ante el binomio del energúmeno y su compiche. ¿Se negoció San Luis en el marco del fraude de a dos o, mejor dicho, de a cuatro, con o sin los cortesanos de uno y otro bando?
Quien lo sabe o lo sabrá…
Lo cierto es que el país del sur y el norte dijo no a los vendepatrias. Y el centro, a lo ancho, dijo si a los cipayos y traidores.
¿Sólo coincidencia la del corredor cipayo?. ¿O un proyecto a mediano plazo de quiebre horizontal del país?. De una u otra forma, nadie con un razonamiento normal puede comprender cómo de las PASO se pasó al 40% de los innombrables.
Hoy, desayuno de por medio, se concretó seguramente lo que ya se había pactado. Los ocho puntos de ventaja son suficientes para ambos contendientes. Para uno, porque ganó por 8 puntos. Para otro, porque perdió por los puntos suficientes como para negociar e irse por la puerta grande, sonriendo y reconociendo la derrota, sin atisbos de pagar, o de hacerle pagar, los crímenes morales, económicos, sociales y demás cometidos, incluidas las estafas al pueblo y el país y la fuga de divisas.
El corredor cipayo ahora es una culebrilla en ciernes, que puede atenazar el cuerpo de la república y partirlo. Es una de las posibilidades, ante la reestructuración de la región que pergeña un mercado mundial en lucha y unidad en el marco de negocios sanctos y de los otros.
La gran ciudad ‘autónoma’, la Gran Aldea de los especuladores, corredores de todo tipo, comerciantes buenos y malos, funcionarios y tribunos, periodistas mercenarizados, chantas de todos los colores y alturas, representantes de grandes emporios radicados en su territorio con CEOS locales y extranjeros y demás parásitos que nada producen, bendice, a través del triunfo de un bocón de apellido casi ilustre y sus polichinelas, al corredor cipayo, y se eleva como estandarte del racismo, la ignorancia, el despilfarro, la estafa y el latrocinio de bienes ajenos. En La Plata y otras perlas de la civilización, los bienaventurados por el dinero y la indiferencia ante los más desvalidos metastizan la culebrilla, que se reproduce como un hongo venenoso después de una lluvia ácida.
¿Pactada?
‘Las ciudades son fríos hoteles transitorios. Debe ser espantoso morir en las ciudades’ dijo un poeta ya partido.
Pero estamos nosotros para sacarlos a todos a patadas y empoderarnos en serio.
En torrente volcánico o líquido, pero torrente al fin, nos obligan a prepararnos para eso.