Nuevo macartismo
Max Blumenthal y Jeb Sprague 8 noviembre 2018 |
En una conferencia de seguridad en Berlín, el neoconservador de mano dura Jamie Fly daba la impresión de abrogarse el crédito por la reciente purga coordinada de medios alternativos.
Durante este mes de octubre, Facebook y Twitter eliminaron las cuentas de cientos de usuarios, incluyendo muchas fuentes de medios alternativos administrados por usuarios norteamericanos. Entre los que fueron eliminados durante la purga coordinada, había portales populares que escrutaban abuso policíaco e intervencionismo americano, como “The Free Thought Project”, “Anti-Media” y “Cop Block”, en conjunto con las páginas de periodistas como Rachel Blevins.
Facebook sostuvo que estas páginas habían “violado nuestras reglas contra “spam” y el comportamiento coordinado no auténtico”. No obstante, portales como “The Free Thought Project” fueron verificados por Facebook y ampliamente reconocidos como fuentes legítimas de noticias y opiniones. John Vibes, un reportero independiente que contribuyó con el “Free Thought”, acusó a Facebook de “favorecer las fuentes tradicionales de información y silenciar a las voces alternativas”.
En comentarios publicados aquí por primera vez, el neoconservador Washington Insider aparentemente ha reclamado cierto grado de crédito por la reciente purga-y prometió más golpes mortales en el futuro cercano.
“Rusia, China y otros estados se aprovechan de nuestros sistema político abierto”, remarcó Jamie Fly, un investigador y director del programa de Asia en el influyente tanque pensante “German Marshall Fund”, el cual recibe fondos del gobierno de EE.UU. y la OTAN. “Ellos pueden inventar historias repetitivas y diseminarlas a través de diferentes portales, así que nosotros estamos comenzando a tomar acciones contra ellos. Justamente esta pasada semana Facebook comenzó a eliminar portales. Así que esto es el comienzo”.
Fly continuó dando queja de que “todo lo que uno necesita es un correo electrónico” para subir una cuenta de Facebook o Twitter, lamentándose de la accesibilidad de estos portales al público en general. Él vaticinó una cruenta lucha a nivel global para arreglar dicha situación, y puntualizó que para llevar a cabo esto, se requeriría una vigilancia constante.
El tal Fly le hizo estos increíbles comentarios a Jeb Sprague, el cual es parte de la facultad visitante de sociología en la Universidad de California-Santa Bárbara y el coautor de este artículo. Ambos conversaron durante un receso de almuerzo en una conferencia de seguridad asiática organizada por el Stiftung Wissenschaft und Politik en Berlín, Alemania.
En el tuit siguiente, Fly es la tercera persona de la izquierda sentado en la mesa.
Los comentarios de Fly – “apenas estamos comenzando a tomar acciones contra ellos” – parecían confirmar los peores temores de la comunidad de medios alternativos en línea. Si fuésemos a creerle, la última purga fue motivada por política, y no por la prevención de “spam”,y la misma estaba siendo empujada por poderosos intereses hostiles a puntos de vistas disidentes, particularmente en lo concerniente a la violencia por el estado norteamericano.
Jamie Fly, el surgir de un cuadro neoconservador
Jamie Fly es un influyente mano dura de política exterior el cual se pasó el año anterior cabildeando por la censura de “opiniones extremistas” en las redes sociales. A través de los años, él ha levantado la voz por un asalto militar a Irán, el cambio de régimen en Siria, y aumentar el gasto militar a niveles sin precedentes. El es el arquetipo de un cuadro neoconservador.
Al igual que tantos neoconservadores de segunda generación, Fly entró al gobierno haciendo escalones entre puestos de nivel medio en el Consejo Nacional de Seguridad de George W. Bush y el Departamento de Defensa.
En el 2009 el fue asignado al Foreign Policy Initiative (FPI) una versión renombrada de Bill Kristol del “Project for a New American Century”, o el “PNAC”. Esta última organización fue un grupo sombrilla de activistas neoconservadores que primero argumentaron el caso para una invasión de Irak, como parte de un proyecto más amplio de cambio de régimen en países que se resistían a la esfera de influencia de Washington.
Para el 2011 venía acelerando la nueva versión del borrador del PNAC reclamando por acciones militares en Irán. “Más diplomacia no es una respuesta adecuada”, él argumentó. En un año Fly urgió a los EE.UU a “expandir su lista de objetivos más allá del programa nuclear (iraní), a elementos de mando y control de la Guardia Republicana y el Ministerio de Inteligencia, y las facilidades asociadas con otros funcionarios claves del gobierno¨.
Fly pronto encontró el camino a la oficina senatorial de Marco Rubio, un proyecto clave neoconservador, asumiendo el rol como su más alto asesor de política exterior. Entre otras iniciativas intervencionistas, Rubio había tomado el liderazgo en promover duras sanciones económicas con Venezuela como objetivo, llegando a pedir por una intervención militar estadounidense en el país. Cuando la campaña presidencial de Rubio en el 2016 zozobró en medio de una masiva revuelta de la base del Partido Republicano en el seno de los EE.UU. en contra del “establishment” del partido, Fly se vió obligado a aventurarse por nuevas oportunidades.
Él las encontró en el nuevo ambiente paranoico del Russiagate, el cual se formó poco después de la chocante victoria de Donald Trump.
PropOrNot enciende el pánico de los medios alternativos
El narrativo de un periodista clave de la campaña presidencial de Hillary Clinton, Shattered, reveló que “en los días luego de la elección, Hillary abdicó a su responsabilidad por su propio fracaso”. Sus altos asesores fueron convocados el próximo día, de acuerdo al libro “para fabricar el caso que la elección no fue del todo bien. Para ese entonces, el ‘hacking’ ruso ya estaba como el centro del argumento”.
En menos de tres semanas luego de la derrota de Clinton, el periodista del Washington Post Craig Timberg publicò un reportaje de fuentes dudosas titulado “El esfuerzo de propaganda rusa ayudó a diseminar noticias falsas”. El artículo catapultó un esfuerzo macartista por una organización entre sombras y anónimamente administrada conocida como PropOrNot, para anatematizar unas 200 fuentes de medios americanos como “propaganda en línea” rusa.
Los medios alternativos en la lista negra PropOrNot incluían algunos de los que fueron recientemente purgados en Facebook y Twitter, tales como “The Free Thought Project” y “Anti-Media”. Entre los criterios que PropOrNot identificó como señales de propaganda rusa estaban “Apoyo para las políticas como el Brexit, y el rompimiento de la UE y la Eurozona” y “oposición a la resistencia ucraniana a Rusia y la resistencia siria a Assad”. PropOrNot llamó a unas “investigaciones formales por el gobierno de EE.UU.” a las fuentes que había anatematizado.
De acuerdo a Craig Timberg, el corresponsal del Washington Post que promovió la iniciativa de supresión de medios sin criterios, PropOrNot fue establecida por un colectivo no partidista de investigadores con experiencia en política exterior, asuntos militares y tecnología.” Timberg citó a un personaje asociado con el “George Washington University Center for Cyber and Homeland Security”, Andrew Weisburd, y citó un reporte que él escribió con su colega, Clint Watts, sobre intervencionismo ruso.
El artículo de Timberg sobre PropOrNot fue promocionado ampliamente por antiguos altos ayudantes de Clinton y celebrado por el ex ayudante de la Casa Blanca de Obama Dan Pfeiffer como “la historia màs grande del mundo”. Pero luego de una ola de crítica punzante, incluyendo en las páginas de la revista New Yorker, el artìculo fue modificado con una nota del editor declarando, “El [Washington] Post… en sí no da fe por la validez de los señalamientos de PropOrNot concerniente a cualquier fuente individual de los medios”.
PropOrNot había sido aparentemente expuesto como una farsa macartista, pero el concepto detrás del mismo—exponiendo fuentes de medios americanos como vehículos de “las medidas activas” del Kremlin —continuaron proliferando.
Nace el rastreador de bots rusos — con dinero del gobierno de EE.UU.
Ya para agosto una nueva, y aparentemente relacionada iniciativa apareció de la nada, esta vez con el apoyo de una coalición bipartidista de entendidos en política exterior del partido Democrata y de los neoconservadores llamados “Never Trumpers” en Washington. Conocida como la Alliance for Securing Democracy (ASD), la organización tenía en miras exponer como supuestamente bots rusos de Twitter estaban infectando el diálogo americano político con narrativos divisionistas. Se enfocaba en un panel de control diario conocido como Hamilton 68 que a su vez subrayaba la supuesta actividad de bots con gráficas fácilmente digeribles . Convenientemente, el portal se abstenía en nombrar a ninguna de las cuentas de influencia del Kremlin las cuales reclamaba estar rastreando.
La iniciativa fue inmediatamente apoyada por John Podesta, el fundador del tanque pensante del Partido Demócrata “Center for American Progress”, y la antigua jefa del estado mayor de la campaña presidencial de 2016 de Hillary Clinton, Julia Ioffe. El corresponsal principal de la revista “The Atlantic” sobre el caso de “Russiagate”, promocionó el rastreador de bots como una “herramiento muy nítida”.
Oponiéndose a PropOrNot, la ASD fue auspiciada por uno de los tanques pensantes más respetados en Washington, el German Marshall Fund, el cual fue fundado en 1972 para fortalecer la relación especial entre EE.UU. y la entonces Alemania Occidental.
El German Marshall Fund fue sustancialmente financiado por gobiernos occidentales, y mayormente refleja sus intereses de política exterior. Sus dos mayores auspiciadores, a razón de más de $1 millón de dólares al año cada uno, son el brazo del poder suave del gobierno de EE.UU., la “U. S. Agency for International Development (USAID)” y la Oficina de Exteriores de Alemania (conocida en alemán como “Auswartiges Amt). El Departamento de Estado de EE.UU. también provee mas de medio millón de dólares al año, así como el Ministerio Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo y los ministerios de relaciones exteriores de Noruega y Suecia. Asimismo este ente recibe por lo menos un cuarto de millón de dólares anuales de la OTAN.
El gobierno de EE.UU. y la OTAN son donantes principales del German Marshall Fund
Aunque el German Marshall Fund no nombró a los donantes que específicamente auspician su iniciativa de la “Alliance for Security Democracy”, el mismo es el anfitrión de un grupo de entendidos bipartidistas de mano dura en el consejo de asesores de la ASD, de tal manera revistiendo este esfuerzo con un matiz de credibilidad. Estos entendidos conforman una gama desde el ícono del movimiento neoconservador Bill Kristol, hasta el antiguo asesor de política exterior de Clinton Jake Sullivan y el ex director de la CIA Michael Morell.
Jamie Fly, un colega del German Marshall Fund y especialista en asuntos asiáticos, surgió como uno de los promotores más prolíficos del nuevo rastreador de bots rusos en los medios. En conjunto con Laura Rosenberger, una antigua asesora de política exterior de Hillary Clinton en la campaña del 2016, Fly se presentó en una serie de entrevistas y fue co-autor en varios editoriales de opinión haciendo énfasis en la necesidad de una masiva represión en las redes sociales.
Durante una entrevista en la cadena pública C-Span en marzo del 2018, Fly se quejó que “cuentas rusas” estaban “intentando promover ciertos mensajes, amplificando cierto contenido, ventilando opiniones extremistas, empujando a los americanos unos contra otros, y necesitamos bregar con este problema y encontrar formas a través del gobierno, compañías tecnológicas, y a de la amplia sociedad bregar con este tema.”
No obstante pocos de los portales en la lista negra de PropOrNot, y ningunos de los portales alternativos que fueron borrados recientemente en la purga de Facebook por los cuales Fly y sus colegas se abrogan el crédito aparente, eran cuentas rusas. Quizas la única infracción por la cual ellos podrían haber sido acusados, fue publicando opiniones las cuales Fly y sus colegas consideraron como “extremistas”.
Aún más, el ASD se ha visto forzado a admitir que el grueso de las cuentas de Twitter que inicialmente identificó como “bots rusos” no eran necesariamente bots — y podrían no haber sido cuentas rusas tampoco.
No estoy convencido de este tema de los bots
Una investigación en noviembre del 2017 por Max Blumenthal, el coautor de este artículo, encontró que el panel de control Hamilton 68 de la ASD, fuese una creación de una “colección de desquiciados, operarios desgastados antiterroristas, hostigadores en línea y paranoicos operando con el apoyo de algunas de las figuras más prominentes que operan dentro del aparato de seguridad nacional americano.”
Estas figuras incluyen a los mismos colegas del “George Washington University Center for Cyber and Homeland Security” — Andrew Weisburd y Clint Watts, los cuales fueron citados como expertos en el articulo del Washington Post que promovía PropOrNot.
Weisburd, el cual ha sido descrito como uno de los cerebros detrás del panel de control Hamilton 68, una vez mantuvo una iniciativa de monitoreo en la web anti-palestina que se especializaba en encarpetar a activistas izquierdistas, musulmanes y a cualquiera que el consideraba como “anti-americano”. Más recientemente, él ha estado activo en Twitter para vociferar fantasías homofóbicas y asesinas sobre Glenn Greenwald, el editor del “The Intercept” — una publicación que la ASD categorizó sin explicación como un vehìculo de operaciones de influencia rusa.
Watts por su parte, ha testificado ante el congreso en varias ocasiones para llamar al gobierno para “reprimir a las rebeliones de información” con medidas de censura incluyendo “etiquetas nutricionales” para los medios en línea. El ha recibido publicidad lacaya de los medios corporativos y ha sido recompensado con un rol contribuyendo con la cadena NBC, en base de su supuesto peritaje en el descubrimiento de desinformación rusa.
Watts ha urgido al congreso en “suprimir rebeliones de información”.
No obstante, bajo interrogatorio durante un evento público por el colaborador del “Gray Zone” Ilias Stathatos, Watts admitió que partes sustanciales de sus testiminio eran falsos, y rehusó proveer evidencia que apoyara algunos de sus reclamos más rocambolescos sobre la maliciosa activista de los bots rusos.
En una entrevista separada con Buzzfeed, Watts aparentaba en no reconocer completamente al rastreador de bots Hamilton 68 como una herramiento legítima. “No estoy convencido de esta cosa de los bots”, Watts confesó. Hasta él mismo llamó al narrativo que él ayudó a manufacturar como “exagerado”, y admitió que las cuentas que el Hamilton 68 rastreó, no eran necesariamente dirigidas por actores de la inteligencia rusa.
“Nosotros ni siquiera pensamos que todas están comandadas en Rusia — del todo. Creemos que algunas de ellas son de personas legítimamente apasionadas que simplemente están en la promoción de Rusia”, Watts concedió.
Pero estas increíbles admisiones hicieron poco para decelerar el ímpetu de la purga que venía.
La Entrada del “Atlantic Council”
En su conversación con Sprague, el Fly del German Marshall Fund declaró que él estaba trabajando con el “Atlantic Council” en la campaña para purgar medios alternativos de las redes sociales y plataformas tales como Facebook.
El “Atlantic Council” es otros de los tanques pensantes basados en Washington, que sirven como un punto de encuentro para neoconservadores e intervencionistas liberales, los cuales abogan por las agresiones militares alrededor del planeta. Este está financiado por la OTAN y gobiernos represivos aliados de EE.UU. incluyendo a Arabia Saudita, Bahrein, y Turquía, asímismo como por oligarcas ucranianos como Víctor Pynchuk.
Este mayo, Facebook anunció una asociación con el “Digital Forensic Research Research Lab (DFRLab)” del “Atlantic Council”, para identificar, exponer, y explicar la desinformación, durante elecciones alrededor del mundo”.
El “DFR Lab” del “Atlantic Council” es notorio por su fanàatica fusión de disensión legítima en línea, con ilícita actividad rusa, abrazando las mismas tácticas de PropOrNot o de la ASD.
Ben Nimmo, un colega del “DFRLab” el cual ha cultivado una reputación en descubrir redes en línea de influencia rusa, se lanzó en una embarazosa cacería de brujas este año, la cual le viò identificar erróneamente a varios individuos vivitos y coleando, como si fueran bots rusos o “cuentas de influencia” del Kremlin. Entre las víctimas de Nimmo figuraban Mariam Susli, una personalidad muy conocida siria-australiana, de las redes sociales, la famosa concertista ucraniana de piano Valentina Lisitsa,y un pensionado inglés conocido como Ian Shilling.
En una entrevista con Sky News, Shilling pronunció unadiatriba memorable contra sus acusadores. “No tengo ningunos contactos con el Kremlin de ningún modo, no conozco a ningunos rusos, no tengo contactos con el gobierno ruso o nada que ver con ellos,” él exclamó, “Yo soy un ciudadano británico ordinario el cual se dedica a hacer investigación sobre las actuales guerras neoconservadoras, las cuales se están llevando a cabo en Siria en este mismo momento”.
Con las últimas purgas de Facebook y Twitter, ciudadanos ordinarios como Shilling están siendo objetivos abiertamente, y sin ninguna apología. Las eliminaciones en masa de cuentas de medios alternativos, ilustran como los manos duras de la seguridad nacional del “German Marshall Fund” y el “Atlantic Council” (y quien quiera que estuviera detrás del PropOrNot), han instrumentalizado el pánico alrededor de la interferencia rusa para generar el apoyo público para una campaña más amplia de la censura de los medios.
En su conversación en Berlín con Sprague, Fly notó con aprobación aparente que, “Trump ahora está apuntando a la interferencia china en las elecciones del 2018.” Según la mantra de la interferencia, se expande hacia una nueva potencia adversaria, el silenciamiento de las voces de la disensión en los medios en línea es casi seguro que va a intensificarse.
Según Fly prometió, “Esto es sólo el comienzo”.