Muchas escuelas de EEUU pueden enseñar lo que quieran. Resulta que enseñan mentiras
Por Rebecca Klein 08/10/2018 |
Los colegios con programas de bonos a los padres, por las que aboga la secretaria de Educación Betsy DeVos, imparten creacionismo, racismo y sexismo.
Eran las últimas horas de la mañana en un café artístico. El olor del café y los productos horneados endulzaban el aire. Ashley Bishop estaba sentada frente a una mesa, recordando una época en la que le habían enseñado que la mayoría de la sociedad secular estadounidense era merecedora de desprecio.
Al haber crecido en escuelas cristianas evangélicas privadas, Bishop veía el mundo de una forma polarizada, el bien y el mal, el cielo y el infierno. Le habían enseñado que bailar era pecado, que los homosexuales eran pederastas y que la enfermedad mental era una función de la influencia satánica. Los maestros de sus escuelas hablaban de la esclavitud como la inmigración negra y los instructores calificaban a los ecologistas como “brujas hippies”.
La familia de Bishop se trasladó de un lugar a otro mientras ella era pequeña, pero siempre la matriculaban en escuelas evangélicas.
Así que cuando Bishop dejó la escuela en 2003 y entró en el mundo real a los 17 años, se sintió como si fuera una extraterrestre que aterrizaba por primera vez en el planeta Tierra. Al haber sido separada de la sociedad dominante, se vio incapaz de manejar el mercado de trabajo y desarrollar amistades seculares. Y, puesto que carecía de referencias culturales e históricas compartidas, pasó la mayor parte de la década de los veinte años escondida en su habitación con una agobiante ansiedad social.
Le habían enseñado que bailar era pecado, que los homosexuales eran pederastas y que la enfermedad mental era una función de la influencia satánica.
Ahora, a los 31, se ha convertido en todo lo que una vez le enseñaron a odiar. Comparte un apartamento con su novia, con la que lleva dos años. Va a terapia y toma medicamentos para la depresión, un problema que nace, en parte, de su asfixiante educación.
Con el paso de los años, algunas de las escuelas a las que Bishop asistió siguen siendo, en gran parte, como entonces, pero otras han cambiado de forma significativa: a diferencia de cuando Bishop era estudiante, ahora los padres no son los únicos que pagan la matrícula en estas escuelas religiosas fundamentalistas: también lo hacen los contribuyentes, es decir, todos los ciudadanos con sus impuestos.
AMANDA LUCIER FOR HUFFPOSTAshley Bishop no se enteró, hasta después de su graduación en las escuelas cristianas, de que no estaba preparada para un mundo con una educación más amplia.
Estas escuelas se encuentran entre las miles que hay en los Estados Unidos que participan en los programas de elección de escuelas privadas, los cuales suelen presentar la forma de bonos o cupones estatales, desgravaciones fiscales y becas. Los programas de cupones ofrecen ayuda financiera procedente de fondos públicos a padres de escuelas privadas. Los programas de desgravación fiscal generalmente ofrecen a individuos y corporaciones deducciones fiscales si hacen una donación a una organización que otorga becas, la cual, a su vez, ofrece becas para escuelas privadas según diversos criterios, incluidos los ingresos.
El presidente Donald Trump y la secretaria de Educación Betsy DeVos han defendido abiertamente estos programas y han alentado a los estados a abrazar la elección de escuela, con el argumento de que los programas de cupones dan a los padres una alternativa a las escuelas públicas de bajo rendimiento. Actualmente 14 estados y el Distrito de Columbia tienen programas de cupones y 17, de desgravación fiscal. DeVos ha convertido en una prioridad impulsar una iniciativa federal para la elección de escuela.
Muchas de las escuelas privadas que participan en estos programas dirigidos por el estado son administradas por iglesias cristianas evangélicas. A veces no están acreditadas y pueden enseñar un currículo similar al que Bishop estudió, todo con la ayuda del dinero de los contribuyentes.
Los libros de texto utilizados en todas las escuelas de Bishop fueron publicados por tres de las editoriales cristianas de libros de texto más populares e ideológicamente más extremas: Abeka, Bob Jones University Press y Accelerated Christian Education (ACE). Las ideas en estos libros de texto a menudo se burlan de la ciencia ampliamente aceptada y de los hechos históricos.
Pero el número de escuelas que utilizan estos recursos es, en gran parte, desconocido, incluso en los estados donde reciben apoyo de becas financiadas con fondos públicos. Ninguna organización estatal o federal realiza un seguimiento del plan de estudios que se utiliza en los programas de elección de escuelas privadas. Las afiliaciones religiosas de las escuelas que participan en estos programas tampoco son rastreadas.
Eso significa que hay miles de niños que reciben una educación extremista y ultraconservadora a expensas de los contribuyentes.
Hace varios meses, la edición estadounidense del HuffPost se propuso crear una base de datos con todas las escuelas privadas del país que reciben fondos de los contribuyentes. También rastreamos la afiliación religiosa de cada escuela y comprobamos cuántas enseñan con estos libros de texto cristianos evangélicos.
HuffPost obtuvo listas de escuelas que participan en programas de elección de escuelas privadas en todo el país. Buscamos las listas más actualizadas tanto en el sitio web del Departamento de Educación como de la agencia tributaria de cada estado.
Varios estados no mantenían una lista de las escuelas que participaban en los programas de elección. En esos casos, fuimos directamente a las organizaciones que otorgan becas individuales en cada estado.
Nuestra lista sumó casi 8.000 escuelas en los 25 de los 27 estados que ofrecen elección de escuelas privadas junto con el Distrito de Columbia. (Se excluyeron de nuestro análisis dos estados que no permiten a las escuelas religiosas participar en los programas de elección de escuelas privadas)
Luego investigamos las afiliaciones religiosas de cada escuela mediante un estudio del sitio web de cada una. Si una escuela no tenía web, enviábamos un correo electrónico a representantes de la escuela o les llamábamos por teléfono.
Nuestro análisis descubrió que aproximadamente el 75 % de las escuelas con cupones en todo el país son religiosas, generalmente cristianas o católicas, con aproximadamente el 2 % identificadas como judías y el 1 % como musulmanas. Encontramos algunas ambigüedades: al menos seis escuelas identificadas como no religiosas utilizaban un currículo creado por el fundador de la iglesia de la Cienciología, L. Ron Hubbard.
Dado que una gran cantidad de las escuelas que participan en estos programas (42 por ciento) son escuelas cristianas no católicas, investigamos profundamente el plan de estudios que siguen. Buscamos en sus páginas web información sobre las fuentes del plan de estudios y enviamos correos electrónicos a los líderes escolares si no hacían público su plan académico.
No evaluamos las escuelas católicas, que constituían el 29 % de las escuelas cristianas, puesto que hay ya una gran cantidad de investigaciones sobre los resultados de los estudiantes que asisten a estos centros. Las escuelas cristianas evangélicas son más recientes, muchas surgieron hace apenas unas décadas, y están menos estudiadas.
De hecho encontramos que muchas de las escuelas cristianas no católicas (32 por ciento) usaban los libros de texto de Abeka, Bob Jones o ACE en al menos una asignatura o curso.
La separación entre Iglesia y Estado —una piedra angular de la democracia estadounidense— se ha convertido en una línea borrosa.
Descubrimos que Abeka era la fuente de libros de texto más empleada, utilizada en aproximadamente el 27 % de las escuelas cristianas no católicas, y Accelerated Christian Education, la menos popular, utilizada aproximadamente en el 5 % de estas escuelas. No pudimos determinar definitivamente el plan de estudios utilizado por unas 2.000 escuelas cristianas porque no respondieron a las solicitudes de información. Alrededor de 200 escuelas cristianas nos dijeron que no usaban ninguna de estas tres fuentes de libros de texto.
Teniendo en cuenta que los contribuyentes están pagando las facturas de las escuelas religiosas privadas, la separación entre Iglesia y Estado —una piedra angular de la democracia estadounidense— se convierte en una línea borrosa. ¿Cómo hemos llegado a que los contribuyentes estén pagando las cuentas de una educación evangélica?
La mayoría de los estados no supervisan en profundidad el plan de estudios utilizado en las escuelas que participan en los programas de elección de escuelas privadas. Algunos estados no tienen ninguna regulación sobre el tema. Otros requieren que las escuelas privadas sigan los estándares de contenido del estado pero especifican poco más. (Las estipulaciones de Rhode Island parecen ser las más estrictas: los currículos en las escuelas privadas deben enviarse al Departamento de Educación y asemejarse en gran medida a lo que se enseña en las escuelas públicas)
Además, las escuelas privadas que participan en estos programas no suelen estar sujetas a las mismas reglas de responsabilidad y transparencia que las escuelas públicas, aunque las reglas varían según el estado.
Es difícil determinar exactamente cuántos estudiantes usan los fondos de los contribuyentes para asistir a escuelas con planes de estudios evangélicos, pero sí se sabe que actualmente más de 400.000 estudiantes en todo el país acuden a la escuela con dinero de un cupón o mediante el programa de desgravación fiscal, según el grupo de reforma educativa EdChoice.
Algunos estados son más transparentes que otros. En Indiana, aproximadamente 4.240 estudiantes recibieron más de 16 millones de dólares en becas para asistir a escuelas que usan el plan de estudios Abeka o Bob Jones, según cifras para el curso 2016-2017 del Departamento de Educación de Indiana.
Estos números podrían crecer pronto. DeVos es una defensora de la elección de escuela y de la educación religiosa. Si bien falló en su primer intento de impulsar un programa federal de elección de escuela privada a través del presupuesto del Departamento de Educación, ha dicho en repetidas ocasiones que no dejará de intentarlo.
JOSHUA ROBERTS / REUTERSLa secretaria de Educación, Betsy DeVos, ha presionado para conseguir un programa federal de vales escolares y fondos fiscales para las escuelas religiosas.
La perspectiva de dar a los niños más acceso a estas escuelas con dinero público molesta mucho a Bishop, quien recientemente ha sido diagnosticada con un trastorno de estrés postraumático como resultado del acoso y el castigo corporal que experimentó cuando era niña. Después de dejar la escuela secundaria y probar el mundo exterior, Bishop cayó en una profunda depresión. Cuando se presentó a las entrevistas de trabajo, no tenía ni idea de qué decir sobre la educación que había recibido.
Qué aprendían
HuffPost habló con casi una docena de antiguos alumnos y profesores de escuelas que dependían de los currículos de Abeka, Bob Jones y Accelerated Christian Education. Muchos de estos estudiantes, que ya no se consideran religiosos, afirmaron sentirse traumatizados por sus experiencias educativas. Varios de ellos, incluida Bishop, se comunican entre sí a través de grupos de apoyo online para supervivientes de escuelas fundamentalistas.
Algunos dicen que estas fuentes curriculares los dejaron terriblemente mal equipados para prosperar en una sociedad diversa, ya que les inculcaban puntos de vista sobre el mundo racistas, sexistas e intolerantes. Bishop señala que su educación fundamentalista la hacía recelar de las personas de otros grupos religiosos a los que sus profesores y libros de texto habían demonizado.
“Todo lo que no era cristianismo era una religión extraña”, cuenta Bishop, quien le dio prioridad a estudiar otras prácticas religiosas después de la escuela secundaria e incluso pasó algún tiempo con Hare Krishna. “Pero incluso otras denominaciones eran malvadas. Especialmente el catolicismo”.
Su educación fundamentalista la hacía recelar de las personas de otros grupos religiosos a los que sus profesores y libros de texto habían demonizado.
A otra antigua alumna, que habló con HuffPost bajo el seudónimo de Natasha Balzak, se le enseñó en casa que todos los musulmanes odian a Estados Unidos. Los profesores en su escuela de Florida reforzaban esta idea, animando a los estudiantes a rezar por los musulmanes y otros no creyentes, como los ateos y los homosexuales.
“Me enseñaron muchas cosas para hacer que mi mente creyera con una ideología y una retórica odiosas. Supongo que podría llamarse lavado de cerebro”, reflexiona Balzak, de 27 años, que usa un seudónimo para proteger la identidad de los miembros de su familia que todavía están profundamente involucrados en la iglesia.
Balzak recuerda que su escuela, la Coral Springs Christian Academy, utilizaba una mezcla de materiales de ACE y Abeka, pero el director de la escuela asegura no tener conocimiento de que el colegio usase ACE y que en la actualidad solo usaban Abeka en cursos inferiores para enseñar a leer con el método “phonics”.
La escuela participa en los tres programas de elección de escuelas privadas de Florida y actualmente inscribe a 172 estudiantes en estas becas. Recibió 554.418 dólares en becas financiadas por los contribuyentes este año, según un portavoz del Departamento de Educación de Florida.
Un análisis de HuffPost de los libros de texto de Abeka, Bob Jones y ACE confirma los recuerdos de estos estudiantes. Estos materiales describen de forma incorrecta acontecimientos de la historia musulmana y católica a la vez que perpetúan estereotipos antisemitas. Los materiales hablan despectivamente de los nativos americanos y la cultura indígena.
El siguiente cuadro detalla algunas de las perspectivas inexactas y sesgadas en estos libros de texto en comparación con la perspectiva de un académico que estudia estos temas.
Lo que dicen los libros de texto
LOS ECOLOGISTAS ODIAN A LAS PERSONAS
Lo que dice el libro de texto de Abeka: los “ecologistas radicales” no solo aprecian la naturaleza sino que la adoran. En su búsqueda de la preservación, los ecologistas “ven a la humanidad como el enemigo de la naturaleza”. Los ecologistas abogan por leyes que obstaculizan el avance de la tecnología.
Lo que dice el académico: el libro de texto parece estar sugiriendo que los ecologistas tienen motivos ocultos, explica el catedrático de historia de la Universidad Metodista del Sur Edward F. Countryman. El pasaje tergiversa las intenciones de los ecologistas y promueve una visión “Tea Party” del ecologismo. “Eso es propaganda del partido”, comenta Countryman sobre el párrafo.
NELSON MANDELA ERA MARXISTA
Lo que dice el libro de texto de Abeka: Nelson Mandela, el líder sudafricano que ayudó a desmantelar el “apartheid”, fue un “agitador marxista” que ayudó a llevar al país hacia la “tiranía comunista” y un sistema de “acción ‘afirmativa’ radical”.
Lo que dice el académico: la sección de Abeka sobre Nelson Mandela contiene muchas imprecisiones e intentos de deslegitimar a Nelson Mandela y a su movimiento, apunta la catedrática de la Universidad Metodista del Sur Jill Kelly. El término “agitador marxista es un lenguaje incendiario para deshumanizarlo y hacer que su resistencia no sea legítima”, sostiene Kelly, especializada en Historia sudafricana. El sistema de acción afirmativa presentado no era radical y no difería mucho del sistema vigente en los Estados Unidos, afirma.
SATANÁS CREÓ LA PSICOLOGÍA
Lo que dice el libro de texto de Abeka: Satanás no quería que la gente adorara a Dios, así que a finales del siglo XIX Satanás tramó “las ideas de la evolución, el socialismo, el socialismo marxista (comunismo), la educación progresiva y la psicología moderna” para contrarrestar la creciente religiosidad de Estados Unidos.
Lo que dice el académico: “Esto no es una explicación histórica. Está invocando algo que no puede ser probado ni refutado, es fe”, argumenta Countryman.
DIOS SOLO QUIERE MUJERES RECATADAS
Lo que dice el libro de texto de Abeka: cuando las mujeres obtuvieron el derecho al voto en la década de 1920 y comenzaron a trabajar más fuera de casa, también comenzaron a comportarse de manera cada vez más anticristiana. Las mujeres pasaron de ser “obedientes a sus propios maridos, como Tito 2:5 instruye” a atreverse a cortarse el pelo y usar faldas cortas.
Lo que dice el académico: en realidad, la década de 1920 fue un momento de liberación para las mujeres, precisa Countryman. Después de la Primera Guerra Mundial, cuando muchas mujeres empezaron a trabajar en fábricas, las mujeres consiguieron cierta libertad financiera. Por supuesto, todavía se esperaba que permanecieran en gran medida pasivas, pero cada vez se volvió más normal que se hicieran valer dentro y fuera de casa. Sin embargo, el encuadre del libro de texto sobre estos acontecimientos es “lo más antimujer posible”, describe Countryman.
LA “GUERRA ENTRE LOS ESTADOS”
Lo que dice el libro de texto de ACE: según ACE, hubo muchas causas para la “Guerra entre los estados” o Guerra Civil. La esclavitud es un factor “probablemente causal”, pero no el único. Los derechos de los estados y los aranceles de protección también jugaron un papel importante. Puede que Dios también haya castigado a la gente con la guerra, ya que fue precedida por un tiempo de “apostasía religiosa y cultismo”. Después de la guerra, el Sur sufrió pero “resurgió de las cenizas” para convertirse en el cinturón de la Biblia, “una parte del país que se ha mantenido firme en los fundamentos de la fe cristiana”.
Lo que dice el académico: el libro de texto ignora el hecho de que la esclavitud fue el factor impulsor de la Guerra Civil, lo que se desprende de los primeros documentos de la Confederación y la Secesión, apunta Countryman, catedrático de la Universidad Metodista del Sur. El libro de texto también sugiere que Dios creó la guerra como castigo, lo cual es profundamente problemático. “Es como decir que el huracán Katrina fue una especie de castigo para Nueva Orleans. O el huracán Sandy para Nueva York”, añade.
ACTIVISTAS DEFENSORES DE LA SUPREMACÍA DE LA RAZA NEGRA
Lo que dice el libro de texto de Abeka: durante el movimiento por los derechos civiles, algunos activistas pertenecían a organizaciones que defendían la “supremacía de la raza negra”, las cuales eran similares a las organizaciones que defendían la supremacía de la raza blanca, como el Ku Klux Klan. El “supremacista negro” más importante de la época fue Malcolm X.
Lo que dice el académico: “Esto es objetivamente falso”, afirma Countryman. Malcolm X no era un “supremacista negro” sino que fue, durante un tiempo, un “separatista” que predicaba la idea de una nación separada para los afroamericanos.
Un libro de texto de secundaria de Bob Jones de Historia mundial describe el Islam como una religión violenta y contiene el título Islam y asesinato. En el mismo libro de texto, cuando se habla de la reforma católica, se describe a los líderes católicos como “incapaces de ver que la raíz de sus problemas era un error doctrinal”.
Al citar el concepto de “destino manifiesto” —el término usado para describir la expansión estadounidense hacia el oeste en el siglo XIX—, un libro de texto de ACE se refiere al movimiento básicamente como la propagación del Evangelio. “Se consideraba la voluntad de Dios que esta cultura estadounidense, ampliamente superior, se extendiera a todos los rincones del continente norteamericano”, dice el pasaje. “Los ignorantes indios estarían entre los muchos beneficiarios de la provisión de Dios”.
Estos libros de historia “simplemente distorsionan la historia”.David Brockman, experto en religiones del mundo
A David Brockman, un experto en religiones del mundo, se le presentaron pasajes de los libros de texto de Bob Jones y ACE. La mayoría de los protestantes probablemente estaría en desacuerdo con las narrativas teológicas e históricas retratadas en los libros, dijo.
“El libro de texto simplemente distorsiona la historia”, escribió Brockman, un investigador del instituto Baker para políticas públicas de la Universidad de Rice, después de examinar las selecciones. “Y, teniendo en cuenta el mandato bíblico de no dar falso testimonio, me pregunto si una historia distorsionada es coherente con la enseñanza cristiana”.
Cuando Balzak asistió a una universidad secular en 2009, sufrió un shock con respecto al sistema. En su primera clase de Ciencias ambientales aprendió sobre el cambio climático, un concepto que a ella le habían enseñado como un engaño.
“Cuando asistí a mi primera clase de ciencias real, se dispararon un montón de lucecitas”, dice Balzak, a la que solo se le había enseñado el creacionismo en la escuela. “Finalmente todo tuvo sentido”.
La experiencia hizo que Balzak se sintiera privada de una educación basada en hechos.
Es más, la antigua escuela de Balzak, Coral Springs Christian Academy, incluye una declaración de fe en su manual para padres y estudiantes, que se publica en su web: “Creemos que Dios creó todo el universo de la nada”.
El manual también describe la actitud de la escuela hacia los estudiantes LGBTQ. Dice que los administradores rechazarán a los solicitantes o expulsarán a los actuales estudiantes si se les pilla “viviendo, tolerando o apoyando cualquier forma de inmoralidad sexual; practicando o promoviendo un estilo de vida homosexual o una identidad de género alternativa”.
El director de Coral Springs señala que es posible que la institución haya cambiado mucho desde que Balzak asistió hace ya algunos años, aunque él lleva en la escuela poco tiempo. Asegura que los miembros del claustro no recuerdan que la escuela haya dependido significativamente de los materiales de Abeka y que el cuerpo estudiantil se ha vuelto significativamente más diverso.
“Es una educación muy diferente, estoy seguro, a la de hace veinte años”, sostiene el director de la escuela, Joseph Sanelli.
En cualquier caso, Balzak se considera de alguna manera afortunada. No describe su infancia como traumática, solo profundamente imperfecta.
Bishop no tuvo tanta suerte.
Algunas de las escuelas a las que Bishop asistió eran peores que otras. Las mayores dificultades las enfrentó entre los 11 y 13 años, cuando asistió a la Franklin Christian Academy en Georgia.
Parece que la escuela ya no está abierta, según la lista de escuelas privadas del Departamento de Educación de Georgia. El colegio tampoco devolvió una serie de llamadas para confirmar las declaraciones de Bishop, que la describió como iglesia afiliada.
La escuela estaba compuesta por tres habitaciones, recuerda Bishop, y la mayoría de los treinta y tantos niños del colegio pasaban todo el día en la misma aula. La escuela dependía de un currículo de Accelerated Christian Education que actualmente usan al menos nueve escuelas privadas de Georgia que son elegibles para recibir los fondos de los contribuyentes.
Las aulas de ACE están diseñadas de forma exclusiva. Los estudiantes se sientan en oficinas tipo cubículo, con barreras que separan sus escritorios. Los maestros no dirigen a los estudiantes en las lecciones o debates. En cambio, los estudiantes pasan todo el día analizando en silencio una sucesión de lecturas y realizando fichas en las que hay que rellenar los huecos. Cuando los estudiantes tienen una pregunta, levantan una bandera estadounidense o cristiana para llamar la atención de un supervisor de clase.
El estudiante medio que trabaja en seis asignaturas del currículo de ACE completa aproximadamente 72 PASOS por año. ¡Por lo tanto, los estudiantes memorizan al menos 72 versículos de la Biblia, más nueve partes importantes de las Escrituras cada año!
Un manual de capacitación de 2012 para administradores, obtenido por HuffPost, considera un título de educación un “detrimento” para el puesto. Es más, la falta de cualificación de estos supervisores fue una vez el tema de un episodio del programa Judge Judy hace una década.
En la escuela de Bishop, ella tuvo que lidiar con un intenso acoso físico y verbal. Cuando ella se quejaba del acoso, las autoridades escolares le decían que lo ignorara. A veces, daban a entender que ella tenía la culpa y necesitaba acercarse a Jesús, cuenta ella. La escuela no contrataba a profesionales entrenados para tratar con problemas de salud mental, añade.
Cuando era adolescente, se quedó casi muda y pensó en suicidarse.
“No quería salir de la cama. Me autolesionaba”, dice, hablando lenta y deliberadamente mientras toma café. “Simplemente me odiaba a mí misma y no sabía qué hacer al respecto”.
También fue por esa época cuando Bishop se dio cuenta de que se sentía atraída por otras chicas. Reprimió sus sentimientos durante décadas, incluso pasó la mayor parte de la veintena casada con un hombre.
Un examen de los libros de texto de ACE muestra que sus materiales promueven ideas estrictas sobre los roles de género y la sexualidad. Incluso ahora, Bishop se sigue encogiendo en presencia de los hombres, casi como si se tratase de una “memoria muscular”.
Balzak se hace eco de estos sentimientos y dice que incluso sus maestras reforzaban la idea de que las mujeres son inferiores a los hombres. Al describir la década de 1920, un libro de texto ACE de la escuela secundaria critica a las mujeres por llevar faldas cortas y cortarse el pelo, llamándolo una violación de las Escrituras. Antes de la década de 1920, cuando las mujeres tenían menos probabilidades de trabajar fuera de casa, “se sentían cómodas siendo discretas, castas, cuidadoras del hogar, buenas, obedientes a sus propios maridos”, dice el material.
La escuela hizo que Bishop quisiera renunciar a la educación. Pasó algún tiempo educándose en casa y luego en otra escuela de Georgia antes de trasladarse a la Roxboro Christian School en Carolina del Norte. Después de unos dos años allí, en los que pasó la mayor parte del tiempo escondida en el baño, abandonó y obtuvo su diploma de educación general (GED).
Roxboro actualmente participa en el programa de cupones de Carolina del Norte y los representantes confirmaron que Bishop estuvo matriculada allí. La escuela también confirmó que usan Abeka, Bob Jones y ACE. Roxboro ha recibido más de 8.000 dólares este año con el programa de cupones y actualmente inscribe a cuatro becarios, según un informe de la autoridad de asistencia educativa del estado de Carolina del Norte.
Otras dos escuelas a las que asistió Bishop también son elegibles para recibir asistencia monetaria a través de un cupón escolar o programas de desgravación fiscal. Bishop asistió a la Beaufort Christian School en Carolina del Sur y a la Neuse Christian Academy en Carolina del Norte cuando era niña. La Beaufort Christian School utiliza materiales de Abeka y ACE, según su sitio web. Un representante de la escuela confirmó que Bishop estuvo matriculada allí.
La Neuse Christian Academy utiliza materiales de Abeka y Bob Jones University y recibió 37.368 dólares en dinero de becas para 18 estudiantes, según la autoridad de asistencia educativa de Carolina del Norte. La escuela no pudo confirmar la inscripción de Bishop porque no guarda registros de aquella época.
¿Cómo han podido surgir estos libros de texto?
Abeka, Bob Jones University Press y Accelerated Christian Education comenzaron a vender libros de texto a principios de la década de 1970, algunas décadas antes de que Wisconsin promulgara el primer programa de bonos del país. En ese momento, la inscripción en las escuelas cristianas fundamentalistas estaba en auge. Por un lado, las decisiones recientes de la Corte Suprema habían prohibido las lecturas bíblicas y la oración oficial en la escuela. Grupos de protestantes evangélicos estaban alarmados.
Los fundadores de estas editoriales de libros de texto dedicaron su vida a impulsar puntos de vista fundamentalistas. Los líderes de Abeka, Arlin y Beka Horton, también fundaron Pensacola Christian College en Florida, que prohíbe el baile y otras “prácticas satánicas”. También fundaron Pensacola Christian Academy, una escuela K-12 (abarca desde infantil hasta bachillerato), que actualmente recibe fondos públicos para becas estudiantiles a través del programa de desgravación fiscal de Florida.
Bob Jones University Press está afiliada a la Bob Jones University, que perdió su estatus de exenta de impuestos en 1983 después de prohibir las citas interraciales, una política que no se revirtió hasta el año 2000.
Accelerated Christian Education fue fundada por Donald Howard, un pastor de Texas. En su libro de 1988, El despertar del mundo, Howard describe el SIDA como una plaga enviada por Dios con la intención de castigar a las personas homosexuales y otros adoradores de ídolos, como “feministas, partidarios de la proelección en el tema del aborto y defensores de la Planned Parenthood” (planificación familiar).
Los líderes de ACE, Abeka y Bob Jones University Press tienen filosofías educativas en gran parte similares, con algunas diferencias sutiles. Los líderes de las tres editoriales propugnan una visión autoritaria de la educación en la que se enseña a los estudiantes a no cuestionar a sus mayores. Mientras que el plan de estudios de ACE apenas involucra a un maestro, el de Abeka promueve la figura del educador como una autoridad absoluta, según una investigación del catedrático de la Binghamton University Adam Laats. Todos han sido criticados por proporcionar a los niños una educación inadecuada.
AMANDA LUCIER FOR HUFFPOSTAshley Bishop asegura que el currículo de las escuelas evangélicas cristianas le impidió explorar direcciones que podrían haberle interesado.
Once revisiones diferentes del programa ACE llevadas a cabo por expertos y académicos han repudiado el plan de estudios, según una investigación realizada por Jonny Scaramanga en el University College de Londres.
Un representante de ACE respondió a una de estas revisiones de 1987.
“Nuestro material no está escrito con puntos de vista convencionales en mente. No creemos que la educación deba ser no directiva o especulativa, o que la interpretación final de hechos y eventos deba dejarse en manos de mentes inexpertas e inmaduras como lo hacen los currículos seculares”, escribió un antiguo vicepresidente de ACE en ese momento.
El sistema de la Universidad de California se niega a aceptar ciertos cursos de la escuela secundaria que dependen de los materiales de Bob Jones y Abeka para obtener crédito. La Asociación internacional de escuelas cristianas demandó al sistema de la Universidad de California (UC) por este problema en 2005. Un juez finalmente falló a favor del sistema de la UC.
Aun así, los contribuyentes estadounidenses continúan apoyando indirectamente estos currículos a través de programas de cupones.
No está claro cómo la proliferación de programas de elección de escuelas privadas ha podido afectar la cuestión de fondo de estas editoriales de libros de textos.
Los representantes de Bob Jones University Press no respondieron a las múltiples solicitudes para que hiciesen algún comentario. Los representantes de ACE tampoco respondieron a las peticiones de comentarios; sin embargo en su web afirman que están presentes en 6.000 escuelas de todo el mundo, aunque varios expertos han dicho a Huffpost que son escépticos con respecto a este número.
Un portavoz de Abeka señaló que, aunque la compañía sabe que sus materiales se usan en escuelas privadas que reciben fondos públicos, “Abeka no aboga ni recomienda el uso de fondos estatales o federales para escuelas cristianas privadas”.
“Reconocemos que los académicos tienen diferentes opiniones sobre el contenido histórico y científico y que esto ocurre con frecuencia en las instituciones educativas tanto públicas como privadas, según lo informado en los medios de comunicación. Estamos seguros de que nuestro contenido es preciso, apropiado para la edad y académicamente riguroso”, escribe Brent Philips, asistente del presidente para asuntos comerciales, en un correo electrónico.
Los educadores se quejan
Los educadores que usan o están familiarizados con estos recursos aseguran a HuffPostque no todas las escuelas que los usan tienen un enfoque fundamentalista. De hecho, no todas las escuelas que utilizan estos planes de estudios son profundamente religiosas y además se usan en escuelas cristianas muy variadas. Destaca que la calidad de los recursos de estos editores difiere según la materia y el nivel del curso.
Bishop reconoce que, aunque su educación no la “equipó para obtener los trabajos más básicos”, tenía que alabar el rigor del vocabulario de Abeka y Bob Jones y las lecciones de comprensión de lectura.
(A continuación, un pasaje sobre la esclavitud de un libro de texto de Accelerated Christian Education)
Dave Moore, director ejecutivo de Pittsburgh Urban Christian School en Pensilvania, asegura que no utiliza ningún material de estas fuentes pero que “Abeka tiene excelentes recursos de gramática para la escuela primaria”. Pittsburgh Urban Christian recibe dinero de becas a través del programa de desgravación fiscal para las escuelas de Pensilvania.
“Todavía lo usaría si no hubiésemos desarrollado ya nuestro propio currículo. Hace un buen trabajo”, dice Moore de los recursos para primaria de Abeka de matemáticas y el método “phonics”.
Si su escuela decidiera utilizar materiales de Abeka, ordenaría a los profesores estar alerta por la propaganda, afirma. “Hacemos lo mismo con los libros de texto seculares”.
Algunos educadores cuentan a HuffPost que están contentos con la educación que reciben los estudiantes con estos recursos. Stephen Lindahl, director asistente de Calumet Christian School en Griffith, Indiana, no se muestra de acuerdo con las caracterizaciones de Abeka y Bob Jones Univeristy Press como editoriales que impulsan una cosmovisión de extrema derecha. Su escuela utiliza materiales de Abeka casi exclusivamente para la escuela primaria y luego una mezcla de Abeka y Bob Jones en algunos grados posteriores.
“Abeka y Bob Jones y otros currículos basados en la Biblia intentan acercarse a los académicos desde un punto de vista bíblico y desde un punto de vista moral y ético, lo cual no necesariamente empuja a ninguna agenda fuera de la comprensión de Dios y de quién es Cristo”, defiende Lindahl.
El director señala que los libros de texto seculares también se presentan, a menudo, con un punto de vista específico.
HuffPost también se puso en contacto con múltiples grupos nacionales de defensa de elección de escuela para conocer sus respuestas ante nuestros hallazgos. Ninguno respondió, incluso a veces con un aviso de semanas.
Sin embargo, los catedráticos que han estudiado los planes de estudios sostienen que son herramientas peligrosas para el desempeño de las escuelas.
“Quiero que los padres sepan que sus hijos podrían regresar a casa con un libro que parece un libro de texto ordinario, pero los mensajes no son lo que la gente normalmente aprendería”, apunta Kathleen Wellman, catedrática de Historia de la Universidad Metodista del Sur que está trabajando en un libro sobre estas publicaciones. “Muchas universidades no requieren la materia de Historia, por lo que para muchos estadounidenses esta será su última exposición a la historia. Y muchos estudiantes dicen que no se dieron cuenta en su momento de cuán profundamente adoctrinados estaban siendo”.
A veces Bishop se pregunta cómo habría sido su vida si no hubiera asistido a las escuelas evangélicas. En su momento, intentó realizar cursos universitarios online, pero lo dejó después de tener problemas para equilibrar sus estudios con el trabajo. Todavía piensa en volver a probar la universidad de vez en cuando, pero le preocupa la viabilidad financiera.
Ella iba creciendo y sus escuelas nunca le ofrecían salidas a su interés por el arte o la danza, cosas que tal vez hubiera querido explorar. Lo único que recuerda es querer actuar, algo muy alejado de su trabajo actual, en el departamento de productos agrícolas de una tienda de comestibles. Las únicas trayectorias profesionales que se le presentaron giraban en torno a la iglesia.
“Habría sido diferente si estuviese en una escuela que me permitiera ir en la dirección que quería”, se lamenta Bishop, cuyo rostro se ilumina cuando habla sobre las clases de baile que ha tomado de adulta. “Realmente no tuve esa oportunidad”.
Esta es la primera parte de una investigación de HuffPost sobre las políticas y el plan de estudios de las escuelas que participan en programas de elección de escuelas privadas.