Senado de Irlanda adopta ley que prohibe importación de productos israelíes provenientes de territorios palestinos ocupados en 1967
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Para la senadora proponente de esta iniciativa, “The bill seeks to prohibit the import and sale of goods, services and natural resources originating in illegal settlements in occupied territories. Such settlements are illegal under both international humanitarian law and domestic Irish law, and result in human rights violations on the ground. Despite this, Ireland provides continued economic support through trade in settlement goods” (véase declaración dada antes de la votación del texto).
Una reacción israelí algo estridente
Como previsible, la reacción israelí no se hizo esperar: su Ministro de Relaciones Exteriores externó que:
“The Irish Senate has given its support to a populist, dangerous and extremist anti-Israel boycott initiative that hurts the chances of dialogue between Israel and the Palestinians” (véase nota del Jerusalem Post). Al mismo tiempo, la embajada de Israel en Irlanda calificaba de “inmoral” esta ley (véase nota del Jerusalem Post), mientras desde Israel se señalaba la necesidad de cerrar la embajada israelí en Irlanda (véase nota de prensa del Jerusalem Post).
Más allá de las habituales gesticulaciones del aparato israelí que ya no impresionan mayormente, esta ley irlandesa posiblemente inspire ahora a legisladores de otras latitudes, conscientes del apoyo indirecto a la ocupación ilegal israelí de territorios palestinos que significa comercializar ciertos productos israelíes. Este potencial efecto expansivo es tal vez el que explique la sensación de vociferación innecesaria de la reacción israelí (que intenta en realidad disimular su profundo temor).
En efecto, tal y como lo indicó en su comunicado Amnistía Internacional (AI) (véase texto completo del comunicado),
“Les États qui promeuvent ou autorisent ces activités participent, tout au moins implicitement, de la reconnaissance d’une situation illicite et contribuent à son maintien, allant ainsi à l’encontre de leurs obligations internationales de ne pas reconnaître comme licite et de ne pas contribuer à une situation illégale (la création de colonies par une puissance occupante dans un territoire occupé)”.
Productos israelíes y su comercialización en la Unión Europea (UE)
Cabe notar que en noviembre del 2015, la Comisión de la Unión Europea (UE) adoptó una regulación (véase texto completo) sobre la necesidad de etiquetar los productos israelíes provenientes de los territorios ocupados palestinos, como parte de la información ofrecida al consumidor europeo. Se lee en la parte introductiva que :
“La aplicación de la legislación vigente de la Unión sobre la indicación del origen de los productos originarios de los territorios ocupados por Israel ha sido objeto de notas o de instrucciones adoptadas por las autoridades competentes de varios Estados miembros. En efecto, los consumidores, los agentes económicos y las autoridades nacionales piden claridad acerca de la legislación vigente de la Unión sobre la información relativa al origen de los productos procedentes de los territorios ocupados por Israel. El propósito es también garantizar el respeto de las posturas y los compromisos de la Unión con arreglo al Derecho internacional acerca del no reconocimiento por parte de la Unión de la soberanía de Israel sobre los territorios ocupados por este país desde junio de 1967”.
En noviembre del 2016, se pudo leer en el “Journal Officiel” en Francia un texto pocamente difundido en medios de prensa franceses, destinado esta vez a los operadores económicos galos, titulado precisamente “Avis aux opérateurs économiques relatif à l’indication de l’origine des marchandises issues des territoires occupés par Israël depuis juin 1967”. En este aviso, se puede leer que:
“…’en vertu du droit international le plateau du Golan et la Cisjordanie, y compris Jérusalem Est, ne font pas partie d’Israël. En conséquence, l’étiquetage des produits alimentaires, afin de ne pas induire en erreur le consommateur, doit indiquer de manière précise l’exacte origine des produits, que leur indication soit obligatoire en vertu de la réglementation communautaire ou qu’elle soit volontairement apposée par l’opérateur” (véase texto completo).
Como se puede apreciar, la UE considera que el consumidor europeo tiene derecho a saber de donde proviene en Israel el producto que consume. No obstante, es muy posible que esta reglamentación europea del 2015 aún no sea del todo implementada en algunos Estados de la UE que mantienen lazos privilegiados con Israel o cuyos sectores económicos se muestran, por alguna razón, reservados con este tipo de regulaciones. Al respecto, un balance en el marco de la UE permitiría identificar cuáles de sus 28 Estados miembros siguen sin acatar lo dispuesto por la UE en este preciso ámbito.
Ahora bien, el etiquetado es un primer abordaje para informar debidamente al consumidor sobre el origen de un producto, pero que debiera ser completado con otro adoptado por las autoridades estatales: la prohibición de importar ciertos bienes y productos israelíes.
Un artículo publicado en el 2016 sobre las regulaciones europeas concluía justamente que :
“En este sentido, la exclusión del tratamiento preferencial y la obligación del etiquetado se quedan cortas, y sería deseable prohibir la importación de los productos originarios de los asentamientos para cumplir con las obligaciones dimanantes del derecho internacional general, fundamentalmente la obligación de no prestar ayuda o asistencia al mantenimiento del ilícito y la obligación de asegurar el respeto por parte de Israel del derecho internacional humanitario” (véase MANERO SALVADOR A., “La Unión Europea y los asentamientos israelíes en Palestina”, Revista de Derecho Comunitario Europeo, 54 (2016), 595-628, p. 628. Artículo disponible en la red).
Condenar una ocupación ilegal es también prohibir la comercialización de productos originarios de la colonización ilegal
Desde el punto de vista jurídico, la prohibición de comercializar estos productos adoptada en Irlanda puede incluso considerarse como una derivación lógica de la resolución 2334 (véase texto) del Consejo de Seguridad adoptada en diciembre del 2016, la cual condena de forma inequívoca los asentamientos ilegales de Israel en territorios palestinos, y cuya votación tuvimos la oportunidad de analizar (véase nota nuestra publicada en DIPúblico).
Estos y otros esfuerzos se inscriben dentro de una campaña más amplia del movimiento BDS que, desde la sociedad civil, busca desincentivar el comercio y las inversiones con Israel. Como se recordará, semanas antes del inicio del Mundial de Rusia 2018, la selección de Argentina suspendió un partido de fútbol con la selección de Israel previsto en Jerusalén. Unos días antes, fue la popular cantante Shakira, oriunda de Colombia, la que suspendió un concierto programado en Israel.
A modo de conclusión: Irlanda y la UE, Israel y su incondicional aliado ante el escrutinio internacional
Es de recordar que, en el 2014, fue el Parlamento irlandés el que inició una sostenida secuencia de solicitudes hechas luego por parlamentos europeos a sus respectivos poderes ejecutivos, solicitando esta vez el reconocimiento de Palestina como Estado: véase análisis nuestro con relación a la solicitud votada por una abrumadora mayoría el 18 de noviembre del 2014 por parte del Congreso de España (publicada en Debate Global, y disponible aquí) y del Congreso de Francia (véase nota publicada en DerechoalDia).
Como tuvimos oportunidad de señalarlo en una nota reciente (véase texto), el retiro de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en junio del 2018 no es ajeno a las exacciones cometidas por Israel en Gaza, y confirma la inédita alianza existente entre el actual ocupante de la Casa Blanca y las máximas autoridades de Israel.
Es muy posible que esta situación, aunada a otros factores, lleve a diversos parlamentos a adoptar, tanto en Europa como fuera de ella, una legislación muy similar a la adoptada por el Senado de Irlanda.