General

La escuela india que convierte a niños pobres en ejecutivos de Sillicon Valley

Miguel Á.
Gayo Macías, El Español, 18 junio, 2018

“Super30”
es la mejor plataforma para para cumplir los sueños de cientos de niños
pobres con talento. El matemático Anand Kumar, con un presupuesto anual de 50
euros, les prepara para uno de los exámenes más selectivos del mundo.
Anad
Kumar con sus estudiantes Chandan Prakash Jha

Uno de
cada tres analfabetos del mundo vive en la India. Y de esos casi 300 millones
de personas, la mayoría viven en Bihar, la región más depauperada del país.
Según agencias independientes, se necesitan dos millones de maestros de
enseñanza primaria y secundaria en Bihar, pero pocos funcionarios aceptan una
plaza allí. En ese mar de tierra seca y pobreza, Anand Kumar, uno de los
profesores más admirados del mundo, abrió hace 15 años una escuela de matemáticas
para niños sin recursos. Hoy, algunos de ellos trabajan como ejecutivos de
grandes multinacionales.

La Escuela
Ramanujan, que lleva el nombre de un matemático indio autodidacta que asombró
al mundo con su genio a principios del siglo XX, es la antesala de la gloria
para muchos jóvenes estudiantes indios. Bajo la dirección de Anand Kumar, y con
una matrícula diez veces más barata que la de cualquier otra escuela privada,
cientos de alumnos estudian matemáticas con la esperanza de destacar lo
suficiente como para formar parte del grupo llamado “Súper 30”. Los 30 mejores
pupilos recibirán durante un curso lecciones personales de Kumar con el
objetivo de superar el examen de ingreso al Instituto Indio de Tecnología (IIT).
Esta
institución es el orgullo del país. Su prestigio en la India equivale al de
Harvard, Stanford y el MIT juntos. La prueba escrita de acceso es de una
dificultad legendaria, y cada año se presentan a ella medio millón de
esperanzados estudiantes que en muchos casos habrán abandonado la enseñanza
oficial para consagrarse exclusivamente a preparar este examen, uno de los más
selectivos del mundo.
Cola de
aspirantes a ser admitidos en los super 30 en 2007 Super30.org

Solo está
permitido presentarse dos veces para conseguir una de las 10.000 plazas, y
aunque sea rechazado, cualquiera que haya quedado entre los 50.000 primeros lo
mencionará orgulloso en su currículum. Mantener el nivel de exigencia tan alto
es precisamente lo que da prestigio al IIT, que presume de tener exalumnos
trabajando de ejecutivos en casi todas las empresas del índice Fortune 500. Es
una mezcla de darwinismo despiadado y “Los juegos del hambre”.

En un
país donde la corrupción está muy presente en todos los ámbitos del poder, que
un centro de la fama del IIT se rija por la meritocracia y la independencia (el
Gobierno tiene prohibido intervenir en sus nombramientos y decisiones) le
otorga una fuerza tremenda. Sundar Pichai, actual director ejecutivo de Google,
un vicepresidente de esa misma compañía, uno de los fundadores de Sun
Microsystems, el expresidente de Infosys (más de 200.000 empleados), jefes de
gobiernos regionales, ministros y multimillonarios de Sillicon Valley se han
formado en el IIT. Los alumnos que terminan sus estudios en estos centros
tienen garantizado el trabajo y el respeto de por vida, así que no es de extrañar
que algunas familias pudientes contraten a una cohorte de profesores
particulares que preparen a sus hijos para aprobar el examen de ingreso.
Recordar los
orígenes
Compitiendo
con ellos, en el remoto Bihar, los chicos del grupo “Súper 30” seleccionado por
el señor Kumar “comerán juntos y aprenderán juntos”, tal como reza su lema.
Bajo el mismo techo, dedicarán todas las mañanas a estudiar matemáticas en una
humilde aula de ladrillo visto y ventanas sin cristales, y las tardes a repasar
por su cuenta. Se trata de hijos de viudas, granjeros sin tierras, conductores
de rickshaws y obreros de la construcción que no tienen que pagar un céntimo
por las clases ni el alojamiento, y que para motivarse no tienen más que
recordar de dónde vienen y soñar con hasta dónde pueden llegar. El último mes
antes del examen se intensifica el ritmo y a la luz de unas cuantas bombillas
que penden de un techo de uralita estudiarán hasta el límite de sus fuerzas. A
la espera del gran día.
En 2003,
18 “Súper 30” lograron ingresar en el IIT; al año siguiente fueron 22, 26 un
año después y 28 los dos siguientes. En 2008 y 2009, todos los “Súper 30”
hicieron honor a su nombre y consiguieron un pleno para la Escuela Ramanujan.
La prensa, la televisión y los medios internacionales se hicieron eco del
milagro y el país entero entraba en un delirio de orgullo sólo comparable a las
escenas de la película “Slumdog Millionaire”. Por supuesto, los políticos
intentaron adjudicarse parte del mérito, pero hay que señalar que Anand Kumar
nunca ha aceptado donaciones económicas ni materiales de ningún particular,
empresa u organismo público. La Escuela se sustenta con los 50 euros anuales
que pagan otros 400 estudiantes de matemáticas que utilizan las mismas
instalaciones y también reciben clases de Kumar. La semana pasada 26 de los
“Súper 30” superaron el examen de acceso al IIT-JEE y volvieron a sucederse los
mensajes de felicitación del Primer Ministro Modi, de Rahul Gandhi y de
personalidades del mundo de la ciencia. La respuesta de Kumar: “Gracias”.
Los
primeros estudiantes de la Escuela Ramanujan super30.org

Inspiración
para Bollywood

La propia
historia de este profesor, de aspecto anodino, vestido con vaqueros anchos y
camisetas y barba descuidada, parece salida de una novela de autoayuda. Cuando
era un adolescente perdió a su padre, un empleado de correos casi analfabeto, y
tuvo que ganarse la vida vendiendo a domicilio las galletas de pan con especias
que cocinaba su madre. Fascinado por las matemáticas, acudía a las clases de
secundaria cuando podía y por las tardes completaba sus ingresos con clases
particulares. Como a la biblioteca de Patna, su ciudad natal, no llegaban
revistas extranjeras, cada fin de semana viajaba a Benarés en tren y se quedaba
a dormir en casa de su hermano, dedicando los días a leer en la biblioteca de
la universidad hasta que volvía a casa el domingo de madrugada.
Anand
envió un trabajo sobre la teoría de los números y obtuvo una beca para estudiar
en Oxford, pero la perdió por no poder pagarse ni siquiera el billete de avión.
Para que ningún otro estudiante con talento tuviera que pasar por la misma
experiencia, decidió poner en marcha la Escuela Ramanujan y el resto, como
suele decirse, es Historia.
Anand
Kumar Joy Ito

La BBC,
el New York Times, Discovery Channel y todos los grandes periódicos indios han
contado y vuelven a glosar cada año el milagro de la escuela que “demuestra que
los pobres son tan inteligentes como los ricos” y que, con ayuda y trabajo,
hasta un niño pobre de la India puede triunfar en la vida. También existen las
críticas que recuerdan que algunos de los “Súper 30” llegan rebotados de otras
academias donde ya han adquirido cierto entrenamiento que les ha preparado de
cara al gran examen, y algunos se quejan de que en el grupo de élite seleccionado
por Kumar sólo se admite a chicos de gran capacidad intelectual y por tanto con
más posibilidades de éxito. Por su parte, el profesor admite que no todos
pueden formar parte de los “Súper 30”, pero que el amor por las matemáticas y
la motivación son lo que más cuenta.

Como no
podía ser menos, Bollywood se ha fijado en esta emotiva historia y ya se está
rodando una superproducción que pronto llegará a los cines. El papel de Anand
Kumar lo interpretará la súperestrella Hrithik Roshan, un actor de metro
ochenta, ojos verdes y cuerpo perfecto famoso por tener seis dedos en su mano
derecha, que ha dicho sentirse intimidado por primera vez en su carrera ante el
reto de encarnar a alguien tan querido como Kumar.
Un
conocido chiste de Bihar dice así: Si hay 100 millones de habitantes en Bihar,
¿cuántos viajes con un coche de cinco plazas se necesitarían para llevar a
todos los biharis a otro lugar? La respuesta no existe, porque ninguno de los
cinco primeros en escapar volvería atrás por nada del mundo. El caso de la
Escuela Ramanujan es celebrado cada año como una hazaña heroica que cambiará la
vida de un puñado de muchachos y hará soñar a millones. Pero como afirma el
propio Anand Kumar, para el resto de los jóvenes indios sería preferible que
hubiese menos héroes y milagros y más oportunidades para todos.