¿Raqqa kurda? El disputado plan civil para la fase pos-Estados Islámico
2 Junio 2017
El vacío que dejará la derrota de Daesh es, a semanas del gran asalto sobre su ‘capital’, la gran incógnita de la ofensiva. El dominio de los kurdos, aliados de EEUU, puede desatar otro enfrentamiento
En noviembre del año pasado, Jaled, un sirio opositor árabe-suní, se reunió en Estambul con oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores estadounidense en representación de la sociedad civil de Raqqa. El encuentro era uno de los sondeos de Washington para dibujar el posible escenario tras la ofensiva de la Coalición Internacional contra el Estado Islámico. Jaled llevó al consulado de EEUU los puntos acordados por la “Asamblea de la Juventud de Raqqa”: “No queremos que las YPG (las milicias kurdo-sirias) se asienten en la ciudad”, instó, para encomiar la opción turca, “preferimos que sean las fuerzas del Escudo del Eufrates (las milicias árabes sirias) las que nos ayuden a expulsar a Daesh”.
“No podemos dar marcha atrás en el tiempo”, fue la respuesta de la responsable de misión, antes de revelar que serían las YPG quienes liderarían el asalto. Desde 2014, el Pentágono ya se había servido de la milicia kurda para combatir a Daesh en el norte de Siria. Un año más tarde ya operaban bajo el sello de las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias). En la reunión, Jaled insistió en los riesgos de confiar las armas a una minoría que solo conforma el 5% de la población en Raqqa y cómo esto podría desatar un enfrentamiento posterior. “Me dijeron que el suministro solo se realizaría durante la ofensiva; y que en el período (de reconstrucción civil) retirarían el apoyo”, revela Jaled a El Confidencial.