Detienen a cinco familiares del responsable del ataque en Jerusalén
9 Enero 2017
El conductor, un palestino, murió abatido por los soldados a los que arrolló con el vehículo. El ataque se produjo en una parada de autobús del concurrido paseo de Armón HaNatziv
Al menos cuatro personas murieron y 15 resultaron heridas este domingo en un ataque con un camión en Jerusalén Este. Un conductor árabe, con ciudadanía israelí según algunos medios, lanzó el vehículo contra un grupo de soldados israelíes en una parada de autobús en el concurrido paseo de Armón HaNatziv, con vistas a la Ciudad Vieja de Jerusalén. El atacante, identificado como Fadi Ahmad Hamdan, palestino residente del barrio de Jabel Mukábar, dio marcha atrás con su vehículo para arrollar a los heridos hasta que fue abatido por los soldados.
Las fuerzas de seguridad de Israel detuvieron este domingo a al menos cinco familiares del atacante y realizaron registros en el barrio de Jabel Mukabar, donde residía. Shadia, una de las hermanas del asesino, aseguró que entre los detenidos está la esposa del atacante, sus padres y dos de sus hermanos, según informó la agencia palestina de noticias Maan.
Entre las víctimas mortales hay tres mujeres y un hombre, todos con edades cercanas a los 20 años. Al menos diez de los soldados arrollados quedaron atrapados bajo el camión y fueron atendidos por los servicios de emergencia y evacuados a centros hospitalarios, tres de ellos en estado grave. “El terrorista llegó desde la dirección de la calle Alar. Vio a un grupo de personas que salían de un autobús que se había detenido a lo largo del paseo y, por lo que sabemos, aceleró y las atropelló”, explicó el portavoz policial del distrito de Jerusalén, Galit Ziv.
Un conductor de autobús que presenció el ataque aseguró que el camión arrolló a un grupo de soldados, quienes abrieron fuego contra Fadi Ahmad Hamdan, que dio marcha atrás con el vehículo y volvió a lanzarse contra los militares. “Le dispararon hasta neutralizarle”, declaró el testigo a Israel Radio. Entre los evacuados al hospital había tres heridos en situación crítica y cuatro en estado moderado, que fueron trasladados a los hospitales Hadassah Medical Center y al Shaare Zedek Medical Center, según la agencia de noticias israelí Ynet.
El atentado se produce cuando Israel está sumido en un amargo debate tras la condena por homicidio del soldado Elor Azaría, quien remató de un tiro en la cabeza a un palestino herido en el suelo que acababa de atacar a otro soldado israelí en Hebrón (Cisjordania). Parte de la clase política israelí ha cargado con dureza contra la sentencia dictada por un tribunal militar. La defensa de Azaría ha llegado a afirmar que su condena supone “clavar un cuchillo en la espalda de un soldado, de todos los soldados de Israel”.
El primer ministro Benjamin Netanyahu, así como altos cargos de su Gobierno, han pedido el perdón para Elor Azaría, aunque también ha llamado a actuar con responsabilidad con aquellos que respaldan la condena, como el jefe del Estado Mayor, Gadi Eizenkot, quien ha sido duramente criticado por amplios sectores de la sociedad por pedir respeto al veredicto y defender que hay que mantener los principios y valores del Ejército. A los magistrados responsables de la sentencia se les ha asignado protección por recibir amenazas.
Este sábado miles de ciudadanos israelíes se concentraron en Tel Aviv para pedir la unidad de la sociedad. La plaza de Isaac Rabin fue escenario de una protesta que reunió a unas 3.000 personas, según la Policía, y que fue convocada por un capitán del Ejército, Ziv Shilón, herido en 2012 cerca de la frontera con Gaza. “Siento que nuestra gente está dividida en dolor, odio, decepción y desesperación”, escribió en su pagina de Facebook, en la que anunció su intención de acudir a la plaza “con una gran señal de solidaridad y amor recíproco” y pidió que se le unieran israelíes de todo el espectro social y político para “abrazar el país. Está sangrando”. A la convocatoria acudieron algunos diputados en la Knesset (Parlamento), incluidos Yair Lapid, cabeza de Yesh Atid, los líderes de la plataforma Campo Sionista, Isaac Herzog y Tzipi Livni, y Yehuda Glick, del Likud. También integrantes de la organización ultranacionalista Lehava, que organizaron una contramanifestación y pidieron la libertad de Azaría.
En medio de una ola de ataques callejeros que comenzó en octubre de 2015 -bautizada como “la Intifada de los cuchillos”-, la sociedad israelí se ha dividido entre quienes defienden la acción del soldado ante “el enemigo terrorista” y quienes sostienen que actuó de forma inmoral y contraria al código militar israelí. El atentado de este domingo es el más sangriento en una sucesión de ataques con armas de fuego, cuchillos y vehículos que se habían reducido considerablemente en los últimos meses, aunque nunca se han detenido por completo. El pasado junio dos terroristas asesinaron a cuatro personas en un ataque contra uno de los epicentros turísticos de Tel Aviv. Desde octubre de 2015, atacantes palestinos han asesinado a 42 israelíes y dos estadounidenses. Mientras, 230 palestinos han muerto bajo fuego israelí, dos tercios de ellos al perpetrar ataques.
Hamás aplaudió desde Gaza el ataque de este domingo pero no reclamó su autoría. Hazem Qasem, portavoz de Hamás en Gaza, dijo que este atentado demuestra que la ola de violencia que comenzó en 2015 y que el grupo islamista denomina “la intifada de Al-Quds (Jerusalén, en árabe)”, “no es transitoria”.
El atacante de este domingo procedía del barrio de Jabel Mukábar, uno de los vecindarios y pueblos palestinos que Israel se anexionó en Jerusalén este tras la victoria en la Guerra de los Seis Días (1967). En octubre de 2015 dos palestinos de Jabel Mukábar entraron en un autobús de la línea 78 en una parada del barrio de Armon HaNatziv con un arma de fuego y un cuchillo. Mataron a dos personas e hirieron a otras diez hasta que la policía mató a uno de los atacantes e hirió gravemente al otro.