Guía para seguir el nuevo escándalo de los emails de Hillary Clinton investigados por el FBI
29 Octubre 2016
Después de Vladimir Putin y WikiLeaks, el FBI ha decidido interferir en el proceso electoral de EEUU en favor de Donald Trump. Eso es lo que insinúa el Partido Demócrata tras la carta en la que el director del FBI, James Comey, anunciaba al Senado el viernes que está examinando nuevos emails de Hillary Clinton. La candidata demócrata ha calificado esta decisión, “sin precedentes”, como “profundamente inquietante”. “Es extraño que se publique algo de estas características con tan poca información, justo antes de una elección, ha advertido Clinton durante un acto en Florida.
Al contrario que con Rusia, no es una acusación oficial. Pero se queda cerca. El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, ha declarado este sábado a la cadena de televisión CNN que el FBI debe “difundir los emails, para que los veamos todos. Después, continuará la investigación sin ningún perjuicio”. Es lo mismo que había demandado Clinton el viernes. Este sábado, su jefe de campaña, John Podesta, ha calificado la carta de Comey de “parca en hechos y generosa en insinuaciones maliciosas”. Y el Departamento de Justicia ha filtrado que se había opuesto a que Comey difundiera la investigación sobre los emails, porque podía afectar el resultado de las elecciones. El FBI depende orgánicamente del Departamento de Justicia, pero es independiente de éste.
Si suena confuso, es porque lo es. Así que aquí está una guía para seguir el escándalo.
El email
En 2009, Hillary Clinton es nombrada secretaria de Estado y se le ofrece una dirección de correo y un teléfono móvil oficial. Clinton rechaza ambos. No quiere el teléfono porque, según diría más adelante, no quiere cargar con dos dispositivos: uno para uso personal y otro para sus actividades como máxima jefa de la Diplomacia de EEUU. Con el email, hace algo extraño: cambia su dirección, que era gratuita y ofrecida por la empresa Blackberry a hrd22@clintonemail.com.
El servidor
En 2009, el dominio @clintonemail está alojado en un ordenador Macintosh de Apple en la casa de Hillary y Bill en Chappaqua, en Nueva York, y en el que Bill Clinton también tiene alojado su email. Como la carga de datos de la secretaria de Estado es muy grande, compran dos unidades extra de Dell. Dos empleados de Bill y Hillary Clinton se encargan, a tiempo parcial, del mantenimiento del sistema. En 2013, cuando ya ha dejado el Gobierno, Hillary contrata a la empresa Platte River Networks para que se ocupe de su servidor. Platte River Networks trasladó el alojamiento del servidor de la casa de los Clinton a su centro en New Jersey. Todos los datos del email de Hillary van de un servidor a otro.
¿Por qué es esto tan problemático?
Porque Clinton abrió la puerta para que entraran en su sistema y robaran datos. Si esos datos incluyeran información secreta, podría haber sido hasta procesada e ir a la cárcel. Los servidores centralizan las comunicaciones online, por lo que constituyen blancos muy codiciados por los ‘hackers’. Eso significa que un secretario de Estado debe emplear los del Gobierno que, se supone, son más seguros. En los servidores y en los emails de la Administración, además, hay sistemas reforzados de seguridad que impiden el borrado de los emails. Aunque no hay evidencia alguna de que Clinton fuera ‘hackeada’, el riesgo al que se expuso es brutal. El FBI ha exonerado a Clinton oficialmente de cualquier conducta delictiva, aunque ha calificado de “extremadamente irresponsable” su gestión de sus comunicaciones.
¿Cómo se descubrió el escándalo?
En mayo de 2013, cinco meses después de que Hillary haya dejado el cargo de secretaria de Estado, una investigación del Congreso de EEUU sobre el ataque al consulado de ese país en la ciudad libia de Bengasi, en septiembre de 2011, descubre que Clinton no ha usado ni una sola vez su email oficial. Desde entonces, el equipo de la ahora candidata y el Departamento de Estado han entregado más de 60.000 emails, en su inmensa mayoría con información poco relevante. Clinton borró “por error” otros 32.000 emails.
Y ahora, ¿qué ha pasado?
El FBI está investigando por presuntos abusos sexuales a Anthony Weiner, un ex congresista demócrata casado -aunque separado- de Huma Abedin, la persona de más confianza de Hillary en el Departamento de Estado y en la campaña electoral. Y en el móvil de Weiner ha encontrado varios emails de Hillary de la época en la que era secretaria de Estado. Es probable que esos correos fueran entre Clinton y Abedin. El FBI ahora está examinando esos correos para ver si en ellos hay información clasificada.