Argentina: por qué un Paro, la trama económica de la violencia machista
por Lavaca, 18-10-2016
El Paro de Mujeres no es simbólico: es político. Y también es económico: “Parar la violencia machista significa parar el sistema que la produce”. La discusión coloca en la agenda de los gremios le emergencia por los femicidios, marca las diferencias en el mundo laboral, el debate por los derechos, la autonomía y la violencia de la pobreza. Tres referentes explican cuál es la trama económica del Miércoles Negro que nos afecta a todos.
Este Miércoles Negro es un día histórico: por primera vez se producirá un Paro Nacional de Mujeres, convocado luego del brutal femicidio de Lucía Pérez, siniestro corolario de la represión al Encuentro Nacional en Rosario. El paro también pone sobre la escena política lo ineludible: la trama económica que fomenta la violencia machista.
Parar la violencia machista, parar el sistema que la produce implicó, además, colocar en la agenda de los gremios la emergencia por los femicidios. Tres centrales de trabajadores y varias organizaciones gremiales y sociales ya adelantaron su apoyo.
La CGT se comprometió a expresar, a través de un comunicado, su adhesión y, especialmente, a proteger a las personas que adhieran al paro para que no sean perseguidas, ni amedrentadas ni sufran descuentos salariales por realizar esta medida.
El Paro Nacional de Mujeres consiste en dos acciones:
Paro de 13 a 14 horas: en los lugares deproducción, la propuesta es parar, salir a la calle y manifestarse con ruidos, aplausos , cantos, etc. durante una hora. Hay gredmios que sumaron a estas medidas llevar un brazalete negro como manifestación de luto.
A las 17, movilización desde el Obelisco a Plaza de Mayo: la propuesta es vestirse negro en señal de luto.
Herramientas contra el machismo
“Tenemos una expectativa muy grande que se va cumpliendo”, dice a lavaca Marta Dillon, periodista e integrante del colectivo Ni Una Menos. “Estuvimos reunidas en la CTA nacional y hay un compromiso explícito de que van a apoyar el paro para que las compañeras puedan tener cese de actividades a la hora que propusimos. Es un triunfo del movimiento de mujeres y la disidencia sexual porque afecta al mundo laboral, dentro y fuera de los sindicatos. No solamente somos mujeres: somos trabajadoras, en ámbitos domésticos, en cooperativas, y necesitamos hacernos visibles también como sujetas que participan de la economía del país, con derechos que se ven afectados y que sin esos derechos nos quedamos sin autonomía”.
Dillon cuenta que también mantuvieron reuniones con el triunvirato de la CGT. “Más allá de la respuesta, lo cierto es que esto está desbordando por las bases. La expectativa es grande”.
También se comprometieron a movilizarse los sindicatos docentes nucleados en UTE, CTERA y SUTEBA. “Allí donde no se pueda garantizar el paro, por ejemplo en jardines de infantes, los gremios van a proponer en esa hora hacer clases de educación sexual integral. Y es justamente un punto nodal donde se cruzan derechos, educación pública y recorte de presupuesto, porque denunciamos el vaciamiento de la educación sexual integral, ya que la proponemos como un herramienta fundamental para combatir la violencia machista”.
El momento creíble
Dice Dillon: “El paro es la herramienta que tenemos las trabajadoras de restarle nuestro tiempo al sistema de producción. Las tareas de cuidado, que implican, entre otras, tareas de limpieza y de cuidado de niños y niñas, no están valorizadas en términos monetarios cuando lo cierto es que tienen un valor y afectan al PBI. Esas tareas aportan a la economía, y nuestra jornada tiene 2 horas más que la de los varones”.
El texto de convocatoria al paro suma, además, las siguientes cifras:
“Si el desempleo promedio en Argentina es del 9,3 por ciento, para las mujeres es del 10,5”
“Porque el 76% del trabajo doméstico no remunerado lo hacen las mujeres”.
“Porque cuando tenemos hijos o hijas tenemos que cuidarlos nosotras y la tasa de actividad baja del 54 al 39%”.
¿Cómo podría describirse entonces el estadio actual del movimiento de mujeres de cara al paro? Dillon: “No diría que estamos en un momento increíble, sino creíble: es un movimiento que en verdad tiene muchos años y, en Argentina, una vitalidad y una potencia clave que se traducen en los Encuentros, con toda su heterogeneidad y los problemas con los que funcionan, pero la cuestión es que ponemos en común la agenda y en el tope está el derecho al aborto. Si tenemos en cuenta las dos marchas Ni Una Menos, todo hace pensar que es un movimiento al que yo no le veo techo, cruza las cuestiones políticas, puede lograr márgenes de unidad en momentos difíciles y es opositor al neoliberalismo salvaje, porque estamos denunciando las políticas de ajuste. Y eso no es cosa de declamar la igualdad, sino puntualizar que la inequidad tiene una base profunda en cuestiones económicas: les estamos haciendo favores a las empresas de todo el mundo y, encima, nos pagan con violencia”.
Lo político
“La decisión de hacer esta convocatoria fue velocísima”, destaca Alejandra Angriman, secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género de la CTA nacional, que apunta que todos los gremios de la central sindical están adheridos al paro y movilización. “El paro quiere decir que durante una hora vamos a estar en las calles o las oficinas y no vamos a trabajar, sino que vamos a estar repudiando y exigiendo. Y queremos visibilizar que no sólo exigimos, sino también trabajamos. Y, además, hacemos: cuando paramos queremos decir un montón de cosas, porque también hacemos un debate dentro del movimiento sindical. Necesitamos discutir el tema de la paridad. Y paramos en todas las organizaciones, trabajos, escuelas frente a la dificultad que tenemos de conseguir trabajo, porque somos las más precarizadas, y en momentos de crisis todas las tareas de cuidado vuelven a recaer sobre nosotras”.
Angriman explica por qué el paro no es simbólico, sino político: “El capitalismo sólo se sostiene a partir relaciones desiguales, que cada vez son más desiguales, y en todos los aspectos. Pero además el patriarcado, en esa lógica de desigualdad, donde un grupo somete a otro, es previo: por eso decimos muchas veces, y se enojan los compañeros, que el cambio económico no solamente va a resolver los temas de desigualdad. Podría modificarse el modo de producción y quienes sean los propietarios de los medios de producción, pero eso no modificaría las relaciones sociales, ya que esto tiene que ver con que hay un modelo que se sostiene porque la mitad de la población trabaja gratuitamente para que se sostenga. Y tiene que ver con el tema del cuidado, mujeres sometidas que laburan para que todo siga funcionando”.
¿Cómo que se discute esto en las organizaciones sindicales?
-En realidad a muchos compañeros les asombra este planteo. Y acompañan, aunque no es el cien por cien de los varones. Les asombra, y digamos la verdad: no están de acuerdo en la construcción de la paridad tal como la entendemos. Eso es parte del debate y por eso apoyamos las reformas legislastivas: es la única herramienta que tenemos, lamentablemente. Y esto también es discutir democracia. Hay algún grupo de varones que lo debatió más profundamente y hay otros que resisten, en silencio. Quedó demostrado cuando se discutió en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires: algunos sectores de la izquierda se abstuvieron.
¿El Paro busca visibilizar entonces esa trama económica?
–Visibiliza que esta sociedad se mantiene, en principio, con el trabajo gratuito que hacemos todas las mujeres en situaciones de profunda desigualdad. Además también tenemos un debate muy fuerte sobre este modelo de consumo. Las mujeres planteamos que en el centro de nuestras preocupaciones está la vida, y esta es una sociedad que pone en el consumo lo central y eso, además, es depredatorio. Y por eso esta decisión de empezar a ser más visibiles, porque los medios tampoco cubren lo que venimos planteando. Todavía el femicidio de Lucía aparece en los medios como un caso policial, y eso quiere decir que seguimos visibilizadas como un objeto a ser consumido, maltratado, y nos siguen viendo como un grupo más de esta sociedad. Y no, no somos un grupo más: somos la mitad de la población.
Cuando el mundo se pare
Según el registro de femicidios de MuMaLá ocurrieron 19 femicidios en lo que va de octubre. “Fijate en qué fecha estamos”, dice Raquel Vivanco, coordinadora nacional del movimiento. “Ocurre un femicidio en menos de 24 horas”. ¿Cómo llega el paro dentro de ese escenario? “Venimos teniendo en los últimos años -del Ni Una Menos para acá-, un punto de quiebre que nos ubica en un lugar sumamente positivo, en el sentido de que todas nuestras consignas del movimiento de mujeres se masifican al resto de la sociedad. Por supuesto que cuando nos movilizamos recrudece la violencia hacia nosotras. Por eso es que volvemos de Rosario y ocurren estos femicidios. Pero es un momento histórico, que como mujeres y sociedad nos para un escalón más arriba, y con la lucha vamos a ir transformando nuestros derechos”.
¿Qué significa el paro? “El hecho es inédito. Que sea una decisión del conjunto de organizaciones es algo histórico en la Argentina. Nosotras llevamos al Encuentro consignas que decían que la pobreza es violencia. Este paro es para decir que nos están matando, pero también que cuando paramos se para el mundo, porque nuestro trabajo sostiene todo el trabajo que desarrollan los hombres en el espacio público. Sin nosotras no podría caminar el país y esto es una señal a la sociedad y al gobierno. Se estima que en Latinoamérica el trabajo producido dentro de los hogares, que implican todas aquellas tareas que permiten que funcione el mundo productivo, se traduce cerca del 30 por ciento del PBI de los países de la región. Ese es el trabajo que hacemos en la economía de nuestro país, invisibilizado. Si las mujeres paramos, dejamos de cocinar y llevamos los chicos al colegio, se para el mundo. Y otro tema importante es que el primer paro nacional a Macri es un paro de mujeres”.