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Deuda, vivienda y trabajo: una agenda feminista para la pospandemia

Verónica Gago y Luci Cavallero 17/04/2020
El virus aceleró en todo el planeta la comprensión del neoliberalismo en sus mecanismos perversos sobre cuerpos concretos. ¿Alguien imagina qué sería de esta pandemia sin la previa que vienen haciendo el feminismo y otras militancias sobre la politización de los cuidados, los trabajos esenciales invisibilizados, el endeudamiento público, los extractivismos, la violencia machista? El campo de batalla del capital contra la vida no es abstracto, está compuesto de cada lucha contra la precariedad que están atravesando ahora mismo esta crisis. Por Verónica Gago y Luci Cavallero.

De las imágenes de dolor que circulan hace semanas, no hay trivialización posible. El virus ha acelerado en forma simultánea en todo el planeta la comprensión del neoliberalismo en sus mecanismos mortíferos sobre cuerpos concretos. Podríamos decir que esto no es una novedad. El neoliberalismo ha mostrado que convive perfectamente con máquinas de muerte: las que suceden en las fronteras y en los campos de refugiadxs por nombrar las más brutales. Pero ahora el virus, que no discrimina por clase y no selecciona según el pasaporte, ha montado un ensayo general de la vida neoliberal como un espectáculo que vemos suceder online, con conteo necropolítico en tiempo real. A partir de ésto, hay dos lugares de enunciación que no nos resultan eficaces. Una rápida partida de defunción para el capitalismo (que incluye desde un editorial del Washington Post pasando por teóricos consagrados) o, en contrapunto, una insistencia en que la pandemia confirma el control capitalista totalitario sobre la vida. 
Queremos enunciar desde nuestra práctica al interior del movimiento feminista para preguntarnos cuáles son las luchas que empujaron a la crisis de legitimidad del neoliberalismo actual y marcar los campos abiertos hoy mismo, en la crisis y, por tanto, lo que está en juego como posibles salidas. Queremos, por eso, poner en acción las claves de lectura que produjo el feminismo para comprender el futuro que se está haciendo ahora mismo. ¿O alguien se imagina qué sería esta pandemia sin la previa politización de los cuidados, sin la militancia por el reconocimiento de las tareas de reproducción y la valorización de las infraestructuras de trabajos invisibilizados, sin la denuncia del endeudamiento público y privado, sin la contundencia de las luchas anti-extractivistas para defender los territorios del saqueo de las corporaciones? 
No es de la nada que hoy existe un vocabulario y unas prácticas para denunciar los efectos del despojo de la salud pública, de la superexplotación de los trabajos precarios y migrantes y del aumento de la violencia doméstica en el encierro. A nivel mundial, los movimientos sociales están en alerta porque al fin de la pandemia existe el riesgo de quedar más endeudadxs por acumulación de alquileres y servicios impagos, por alimentos que no dejan de aumentar, por mayor deuda de los estados que decidan salvar a los bancos. Se denuncian, cada día, las derivas securitistas, militaristas y racistas de la crisis. Es necesario explicitar las luchas que están atravesando ahora mismo esta crisis, resaltar las demandas de los feminismos y de los movimientos contra la precariedad en general. Y, finalmente, insistir con que si el mundo está cambiando es porque, como se lee en algunas paredes, la llamada normalidad era y sigue siendo el problema. 
Queremos plantear entonces una serie de puntos que actualizan una agenda abierta, colectiva, que existía previa a la pandemia y que nos sirve, como recurso común, para respirar e imaginar salidas.
Extender la cuarentena a las finanzas…