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El fútbol chileno reactiva la movilización

Jérôme Duval 13/03/2020
La muerte de dos aficionados al fútbol ha reavivado las protestas en los estadios chilenos. Las “barras” y destacados jugadores han acompañado desde el comienzo el movimiento del pueblo para superar la fase de neoliberalismo en que vive el país desde los años de Pinochet.

Otra vez, la historia del fútbol chileno está estrechamente ligada a la política. Pocos días después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra Salvador Allende, la Unión Soviética se negó a jugar contra Chile en el Estadio Nacional de Santiago, que se había convertido en un centro de detención donde se torturaba y ejecutaba sumariamente a los prisioneros. Tras una visita al estadio, que se limpió rápidamente para la ocasión, el partido más insólito y triste de la historia del fútbol vio a la selección chilena el 21 de noviembre de 1973, jugar… sola, sin rival, y marcar un gol a los pocos minutos. 
La Fifa validó el resultado 1-0 y Chile se clasificó para la Copa Mundial de 1974 en Alemania. Carlos Caszely, el delantero estrella del equipo chileno, se quedó con un sabor amargo y, cuando el equipo chileno fue recibido por el propio Pinochet antes de su vuelo a Europa, se negó a dar la mano al dictador. Como represalia, la junta secuestró y torturó a su madre, lo que Carlos Caszely denunció en 1988, en un clip de campaña para que el pueblo votara “no” en el referéndum para decidir sobre la extensión del poder de Pinochet. El 6 de octubre, el veredicto de las urnas cayó: una mayoría de los votos (56%) decidió poner fin a 17 años de sangrienta dictadura.

Treinta y un años después, desde el 18 de octubre de 2019, el pueblo chileno se moviliza en contra del neoliberalismo tallado en mármol constitucional desde la dictadura de Pinochet. Mientras que el levantamiento popular esta siendo duramente reprimido por los soldados que salieron de los cuarteles, despertando los peores traumas de la época de la dictadura, el mundo del fútbol ha expresado repetidamente su solidaridad. Ya el 19 de octubre de 2019, el guardameta chileno Claudio Bravo emitió este mensaje en las redes: “vendieron a los privados nuestra agua, luz, gas, educación, bosques, el salar de Atacama, los glaciares, el transporte. Algo más? no será mucho? No queremos un Chile de algunos pocos, queremos un Chile de todos. Basta”. 

“No pararemos”
Después de unos 20 días de movilización, varias barras de fútbol —así se llama a las zonas de aficionados más vehementes y, a menudo, agresivos— se manifestaron en contra de llamadas para jugar los partidos a pesar de todo, como si el país hubiera vuelto a la “normalidad”. Las barras de Santiago Wanderers de Valparaíso han sido los más explícitos: “Como barra brava Los Panzers no dejaremos que ningún jugador toque la cancha (…) dejar en claro que con la clase trabajadora no se juega, despertamos y no pararemos”.