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¿Qué tiene Israel que lo hace tan atractivo para antisemitas, fascistas y racistas como Trump, Bolsonaro y Duterte?

Tony Greenstein 15/09/2019
Israel es una prueba de que cualquier grupo de personas, incluidos los judíos, puede, dado el adecuado conjunto correcto de circunstancias, convertirse en racistas y fascistas.

Tradotto da J.M.

El racismo no se hereda biológicamente. Es un producto de la sociedad, no de la genética. Así como los alemanes de hoy no han heredado un gen de Hitler, lo mismo ocurre con los judíos israelíes. No han heredado la capa de los judíos oprimidos de Europa, pero lo que Israel ha hecho es transformar la imagen tradicional de los judíos de oprimidos a opresores.

En una entrevista reciente, Norman Finkelstein citó a Ze’ev Sternhell, exprofesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, sobreviviente del gueto nazi de Przemyśl en Polonia en su infancia y una autoridad mundial sobre el fascismo.

Según Sternhell, los fascistas y antisemitas entre los que incluyo a Trump, no vemos a Israel como judío. El sueño sionista siempre fue crear una nación como todas las demás naciones. Lo lograron demasiado bien. La nación de colonos que crearon es la más derechista y racista de cualquier nación en la Tierra.
Israel es el único Estado, salvo Liberia, donde Donald Trump es más popular que impopular. Mientras que los judíos fueron vistos históricamente como flojos, intelectuales, cosmopolitas, eruditos, artistas, sediciosos y de izquierda, Israel es visto como un Estado guerrero, una fortaleza militar. El arquetipo judío eran Woody Allen, Franz Kafka, Einstein y Marc Chagall. Para Hitler, el judío arquetípico era Karl Marx. El arquetípico judío israelí es un fanático racista que se deleita en el asesinato.