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Lo que The New York Times no dijo de Borrell

Alfonso Lafarga 16/09/2019
El periodista Steven Erlanger, corresponsal diplomático en Europa, olvida que el próximo responsable de la diplomacia europea tiene posturas pro marroquíes y no condena las continuas violaciones de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental.

The New York Times planteó recientemente si Josep Borrell Fontelles es la persona idónea para ocupar el puesto de responsable de la política exterior de la Unión Europea y enumeró algunas de sus acciones más polémicas y declaraciones “controvertidas”, pero olvidó mencionar que como ministro de Asuntos Exteriores de España se significó por su postura pro marroquí en el conflicto del Sáhara Occidental, hasta el punto de no denunciar las continuas violaciones de los Derechos Humanos que se cometen en la excolonia española.
Desde que el socialista Pedro Sánchez accedió al Gobierno en junio de 2018, al responsable de la diplomacia española nunca se le oyó hablar de los ataques que se cometen contra los Derechos Humanos en los territorios del Sahara Occidental ocupados por Marruecos, ni siquiera con la expulsión de 21 personas de nacionalidad española, una gran parte de ellas profesionales de la abogacía que acudieron como observadores a juicios contra activistas saharauis.
Esta forma de proceder de Borrell contrasta con la que mantiene su departamento cuando las violaciones de los DDHH se producen en cualquiera otra parte del mundo: en los 270 comunicados emitidos en quince meses y medio por el Ministerio de Asuntos Exteriores sobre relevantes hechos de actualidad internacional hay un elevado número en los que se condenan los ataques a los Derechos Humanos en distintos puntos de la tierra, pero nunca en el Sáhara Occidental donde se producen continuamente, como han denunciado las más importantes organizaciones internacionales de DDHH y se puede ver en los resúmenes mensuales de Contramutis, el último agosto saharaui 2019.
En el artículo del New York Times (en español aquí) el periodista Steven Erlanger, corresponsal diplomático en Europa, expuso que la elección de Borrell como de jefe de la diplomacia de la Unión Europea era “sorprendente, dada su edad y su tendencia a decir cosas controvertidas” y recordó polémicas declaraciones del ministro socialista referidas a los Estados Unidos y a Rusia, entre otras, a lo que añadió que “Borrell da la impresión de ser un individuo relativamente alegre con opiniones típicas de la centroizquierda europea”.