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Trump cancela un bombardeo a Irán en el último minuto

PABLO PARDO 21 junio 2019
Según el ‘New York Times’, Trump tomó la decisión de no bombardear en el último momento, contra el consejo del secretario de Estado, Mike Pompeo, el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, y la directora de la CIA, Gina Haspel. Habría sido la primera confrontación militar entre EEUU e Irán en 31 años.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cancelado en el último instante un bombardeo contra Irán como represalia por el derribo por ese país de un dron – un avión no tripulado – estadounidense que realizaba misiones de espionaje cerca del Estrecho de Ormuz, por el que pasa un tercio del petróleo que se consume en el mundo. La noticia ha sido publicada por el diario New York Times, y confirmada posteriormente por el Washington Post y la cadena de televisión ABC. La posibilidad de un bombardeo había sido insinuada horas antes por el jefe del Partido Republicanoen el Senado, Mitch McConnell.
El ataque estaba previsto para las 7 de la tarde hora de Washington (una de la madrugada hora peninsular español) y, según los citados medios de comunicación, los barcos que iban a lanzar los misiles crucero ya estaban en posición, y los aviones que iban a llevar a cabo los bombardeos se encontraban volando hacia sus objetivos cuando el presidente de EEUU decidió cancelar la operación. Según el New York Times, Trump tomó la decisión de no bombardear en el último momento, contra el consejo del secretario de Estado, Mike Pompeo, el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, y la directora de la CIA, Gina Haspel. Habría sido la primera confrontación militar entre EEUU e Irán en 31 años.
El bombardeo había sido insinuado a los medios de comunicación por el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, que, tras una reunión en la Sala de Crisis de la Casa Blanca, había declarado a la cadena de televisión Fox News que se iba a producir una “respuesta medida” al derribo del dron RQ-4B, una nave especializada en espionaje que cuesta 220 millones de dólares (195 millones de euros). El Partido Republicano apoya una intervención militar en Irán, mientras que los líderes de la oposición demócrata han reclamado prudencia. Incluso el jefe demócrata en el Senado, Chuck Schumer, un halcón totalmente alineado con Israel que votó en contra del tratado nuclear logrado por seis potencias – encabezadas por EEUU – e Irán en 2015, ha pedido cautela, y ha expresado su preocupación de que Trump “nos líe en una guerra”. Tanto Schumer como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, participaron en la reunión de la Sala de Crisis.
A lo largo del día, Trump había emitido señales contradictorias en relación a Irán. En una rueda de prensa con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el presidente estadounidenses había tratado de quitar importancia al derribo del RQ-4B diciendo que podía haber sido decidido por algún general iraní “descontrolado y estúpido”: Teherán, sin embargo, había declarado que la decisión había sido tomada al más alto nivel debido a que la nave estaba violando el espacio aéreo del país, lo que EEUU niega.
La tensión tiene su origen en la decisión de Trump, hace un año, de romper unilateralmente el tratado de 2015, en virtud del cual Irán renunciaba durante tres décadas a su programa militar nuclear. Tras esa medida vino la imposición de un durísimo embargo económico contra Teherán, y una cada vez mayor frecuente uso de referencias a la necesidad de que los iraníes “cambien su régimen”, una frase que recuerda la retórica que precedió a la invasión de Irak en 2003. EEUU ha reforzado su presencia militar en la región, y ha culpado a Irán de una serie de extraños ataques a petroleros en el área. Washington cuenta con el apoyo de los rivales tradicionales de Irán, sobre todo Arabia Saudí, Israel, y Abu Dhabi. Entretanto, y tras un periodo de espera, Irán ha reanudo su programa nuclear, y ha anunciado que la semana que viene sobrepasará los límites de enriquecimiento de uraniofijados en el tratado de 2015. La UE, Francia, China, y Rusia han tratado de mediar entre Washington y Teherán sin éxito.
La última vez que Irán y EEUU se enfrentaron fue en el periodo 1987 – 1988, durante la llamada ‘guerra de los petroleros’. En aquella ocasión, los choques se debieron a que EEUU puso bajo su protección y su bandera a una docena de petroleros kuwaitíes con los que el Irak de Sadam Husein exportaba su petróleo. Irak necesitaba usar los barcos de Kuwait porque su acceso al mar estaba ocupado por Irán, con el que estaba en guerra, y, también, para internacionalizar el conflicto al máximo. Aunque no se informó en su momento, los choques también se produjeron cuando EEUU defendió a Arabia Saudí – que apoyaba a Irak – de ataques de Irán.
La ‘guerra de los petroleros’ se saldó con la victoria de EEUU y el alto el fuego entre Irán e Irak en el verano de 1988. Uno de los incidentes más trágicos del conflicto fue el derribo por el destructor estadounidense Vicennes de un avión de pasajeros iraní Airbus, en el que murieron 290 personas. Dos años más tarde, Irak “devolvió” el favor a Kuwait invadiéndole, lo que dio pie a la guerra de EEUU de 1991.