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Vox agita la violencia de género para presionar a PP y Ciudadanos en Andalucía

CHEMA RODRÍGUEZ 3 mayo 2019
Vox no relaja la presión sobre el PP donde el partido de derecha radical parece dispuesto a amargarle la fiesta de los cien días al gobierno de Juanma Moreno.

Vox no relaja la presión sobre el PP, especialmente en Andalucía, donde el partido que lidera Santiago Abascal parece dispuesto a amargarle la fiesta de los cien días al gobierno de coalición que encabeza Juanma Moreno Bonilla. A pesar de que ha permitido con sus votos la aprobación de las dos primeras medidas estrella del bipartito PP-Cs, Vox no afloja en su discurso y este viernes tensó más el ambiente agitando una de las cuestiones más espinosas para el PP, las políticas de violencia de género.
El líder del partido de derecha radical en Andalucía, el juez (en excedencia) Francisco Serrano, hizo público en plena crisis que el Ejecutivo de Moreno Bonilla había accedido a sus pretensiones y le había entregado información sobre los profesionales que se encargan de valorar a las víctimas de la violencia de género. Se trata de datos sobre los trabajadores de las unidades de valoración con las que la Junta de Andalucía cuenta en las ocho provincias. Pero, eso sí, sin elementos identificativos de ningún tipo.
Sin embargo, eso le bastó a Vox para agitar todavía más las aguas en torno al Gobierno andaluz y, fundamentalmente, en torno al PP andaluz, sobre el que se desataron las críticas, furibundas, tanto de los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, como del PSOE de Susana Díaz.
Con el informe de la Junta en la mano, Francisco Serrano intentó cuestionar la preparación de los profesionales de las unidades de valoración tras destacar que el 40% de los profesionales no está colegiado pese a que lo exige “la ley y el Tribunal Constitucional“. El líder de Vox en Andalucía no descartó, además, que puedan tomar algún otro tipo de iniciativa para corregir una situación en la que la valoración de las víctimas, denunció, está “en manos de no profesionales”.
Aunque Juan Marín, vicepresidente de la Junta y consejero de Justicia, trató de rebajar la polémica y defendió que los profesionales tienen “toda la preparación y capacidad necesaria para su trabajo”, el listado entregado a Vox le sirvió al PSOE andaluz como arma contra el bipartito, al que acusó de “ceder a los chantajes de la extrema derecha” con tal de seguir “diez minutos más” en el poder. Y esa tormenta desatada por Vox llegó también de los sindicatos, que se echaron encima del Ejecutivo de Moreno Bonilla y que advirtieron del peligro que supone que se “fiscalice” a los equipos de violencia de género al tiempo que coincidieron con los dirigentes socialistas en recriminar que se haya trasladado esta información al partido de derecha radical.
El recurso a la violencia de género por parte de Vox se suma a las amenazas que a lo largo de esta semana han ido realizando al PP, al que han llegado a pedir, por boca del portavoz parlamentario en la cámara autonómica, Alejandro Hernández, una “rectificación” de Casado para sentarse a negociar los presupuestos de este año, la gran prueba de fuego del bipartito.
La tensión ha llegado a tal extremo que desde el Gobierno se han empeñado en las últimas 48 horas en tratar de calmar el enfado de los correligionarios de Abascal en Andalucía. No sólo desde el lado del PP, con el que Vox firmó el acuerdo de investidura, sino también desde Ciudadanos, que por momentos se ha olvidado del cordón sanitario que había impuesto a Vox. De hecho, el presidente de la Junta quiso culminar ayer los esfuerzos de acercamiento concediendo a Serrano y a sus compañeros de bancada un protagonismo fuera de lo habitual. Se dirigió expresamente a Vox y pidió a sus parlamentarios que mantengan su “confianza” en el gobierno “del cambio” para que tenga estabilidad. Más aún, hizo otra concesión -al menos verbal- a los representantes de Vox al admitir que las reformas no van tan rápido como a él le gustaría, una de las principales críticas que la formación de Abascal le hace al Ejecutivo.