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El Estado Islámico amplía su red internacional y anuncia la creación de una provincia en la India

FRANCISCO CARRIÓN 12 mayo 2019
La organización yihadista acaba de fundar una nueva sucursal de su red internacional, con el objetivo de sentar las bases de la reconstrucción del califato: la provincia de la India.

Las huestes del Estado Islámico han emprendido la tarea de “curar” las derrotas militares que dieron al traste con su proyecto de califato con una renovada campaña de expansión extramuros de Siria e Irak, su génesis. La organización yihadista acaba de fundar una nueva sucursal de su red internacional: la provincia de la India.
La irrupción de “Wilaya de Hind” ha sido anunciada en un comunicado de su agencia de noticias Al Amaq que, de paso, informa de la primera acción atribuida al grupo: las escaramuzas entre presuntos militantes del IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) y las fuerzas de seguridad indias en Amshipora, un pueblo del sur de Cachemira habitado por unas 1.700 personas. Según la policía local, en el incidente registrado el pasado viernes perdió la vida Ishfaq Ahmed Sofi, un militante de 34 años que había jurado lealtad al autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi.
Ahmed había aparecido recientemente en la propaganda del IS instando a realizar la yihad en el país asiático y actuaba como comandante del IS en Jammu y Cachemira, el estado indio en el que ha fijado su zona de actuación la nueva provincia. Un área disputada entre India y Pakistán, protagonistas de dos guerras, con una destacada presencia de fieles musulmanes. En el valle de Cachemira, el 95% de la población es musulmana mientras que otros distritos cuentan con mayoría hinduista y budista.
“La reclamación pública de haber creado una provincia en la India es probablemente una señal de los planes del IS de tratar de movilizar ataques en el país a corto plazo”, pronostica en declaraciones a EL MUNDO Michael Smith, analista experto en terrorismo de la universidad estadounidense Johns Hopkins. “Perpetrar ataques en la India podría ayudar al grupo a construir apoyos en naciones próximas, especialmente en Bangladesh y Pakistán, donde los yihadistas consideran al Gobierno indio como uno de los mayores enemigos de las comunidades musulmanas en la región”, agrega.
“PROVINCIA DE JORASÁN”
Hasta la fecha, los acólitos de Al Bagdadi efectuaban sus arremetidas en esta zona de la India bajo el paraguas de la bautizada como “Provincia de Jorasán”, una rama del IS surgida en enero de 2015 a caballo de Pakistán y Afganistán con el propósito de atraer a sus filas a militantes desencantados de los Talibán. El nacimiento coincide con la reaparición pública de Al Bagdadi, la primera desde hace cerca de un lustro, y que -a juicio de Rita Katz, del centro Site Intelligence- es un “gesto para sentar las bases de la reconstrucción del mapa del califato”.
“El establecimiento de una provincia en una región donde no tiene nada parecido a un Gobierno real resulta absurdo pero no debe ser ignorado”, advierte Katz. El IS tiene un largo historial en la creación de provincias simbólicas que apenas han tenido actividad desde su fundación pero también ha sabido aprovechar las tensiones de regiones sensibles como Cachemira, con un destacado movimiento separatista, para pescar en río revuelto, sacar rédito y abrirse paso.
Como ha ocurrido en ocasiones previas, el IS logró en Cachemira seducir y obtener la adhesión al grupo de militantes como Sofi, implicado durante una década en ataques de grupos insurgentes contra miembros del aparato de seguridad. Fuentes militares indias apuntan a la posibilidad de que el liquidado -que, según él mismo, había abrazado la causa a los 15 años de edad- fuera el último combatiente vinculado al califato en la zona aunque en los últimos meses han llevado a cabo operaciones similares a la caza de seguidores radicalizados.
Asimismo, las fuerzas de seguridad han negado tajantemente que exista una red de apoyo al IS, como parece sugerir el anuncio del movimiento. “Es pura propaganda. La militancia del IS ha sido eliminada por completo en Cachemira. Sin embargo, la base ideológica está aún presente”, ha señalado un alto cargo de la policía de la región en declaraciones anónimas a la televisión qatarí Al Yazira.
CALDO DE CULTIVO DEL IS
El continente asiático se ha convertido en una de las zonas de más rápido crecimiento y actividad del IS. El pasado abril, la organización yihadista reivindicó la cadena de ataques suicidas que dejó 253 muertos durante el domingo de Resurrección en Sri Lanka. En 2017 su cuartel general en Filipinas llegó a controlar durante cinco meses la ciudad de Marawi.
No es, sin embargo, el único frente abierto recientemente por el IS. En el vídeo distribuido a finales de abril, Al Bagdadi aparecía departiendo con unos militantes con un documento oficial entre sus manos. En el archivo, junto al emblema del IS, asomaba el rótulo de “Provincia de Turquía” dando lugar a cábalas sobre el nacimiento de una nueva filial en los confines del país que durante años sirvió de parada en el peregrinaje de los terroristas hacia Siria.
De nuevo cuño también es la “Wilaya de África Central”, mencionada en la propaganda del IS y citada en un audio de Al Bagdadi para reivindicar ataques perpetrados por su grupo en la República Democrática del Congo.