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Condenado a 21 años y 9 meses de prisión un exprofesor de los maristas por abusar de cuatro alumnos

R. CARRANCO 29 ABR 2019
El tribunal subraya el “hecho perverso y odioso” cometido por Joaquín Benítez, que ha afectado para siempre a sus víctimas.

La Audiencia de Barcelona ha condenado al exprofesor del colegio religioso de los maristas de Barcelona, Joaquín Benítez, a 21 años y 9 meses de prisión por cuatro delitos de abusos sexuales cometidos entre 2006 y 2009. El tribunal también le impone una indemnización de 120.000 euros por los daños causados a las víctimas, inhabilitación como profesor durante 13 años y 8 meses y una orden de alejamiento de sus exalumnos. El centro educativo, a través de la Fundación Champagnat, es responsable civil subsidiario.

El tribunal considera probado que Benítez aprovechó su condición de profesor de educación física para abusar de cuatro alumnos en diversas ocasiones. En dos de los casos, la Audiencia aprecia un delito continuado de abusos.
Benítez, que ejerció de profesor en el centro entre 1999 y 2011, usaba una camilla que tenía en su despacho propio para abusar de alumnos a los que llevaba para realizarles masajes. “Aprovechando su ascendencia y jerarquía como profesor de educación física y de la confianza que los alumnos tenían por ello depositada en él”, recoge la sentencia.
“Los hechos que sufrieron los denunciantes constituyen una experiencia vital negativa en un momento en que todavía no tenían desarrollada su personalidad”, incide el tribunal, y eso “ha condicionado el cómo son de adultos”. “Y ello no tiene precio ni reparación posible”, subraya.
“El daño infligido, como hemos venido diciendo, nada tiene que ver con lesiones físicas o las secuelas asociadas a la recuperación, hospitalización, etcétera. En este caso se ha condicionado el desarrollo de la personalidad de cuatro menores de edad por la comisión de un hecho perverso y odioso que supuso su primera experiencia sexual y que ha incidido, en consecuencia, de forma permanente en su vida”, concluye la Audiencia.
El juicio se celebró los pasados 25 y 27 de marzo. El acusado admitió parcialmente los cargos y la sesión de declaración de las víctimas se celebró a puerta cerrada. Las acusaciones cargaron también contra los Maristas, por no haber actuado contra el profesor y el propio Benítez aseguró que se sentía protegido por la institución, puesto que recibió una denuncia por tocamientos y, aunque le advirtieron, nunca fue despedido ni sancionado. El tribunal destaca la poca credibilidad del condenado y asegura que con las pruebas que tiene sobre la mesa puede tener “sospechas, pero no la certeza de que la dirección del centro y la dirección de la institución tuvieran conocimiento concreto” de los abusos cometidos por el exprofesor.