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El rastro atroz del presunto pederasta que quiso ser político

GEMA PEÑALOSA 25 FEB. 2019
Alejandro Díaz, ex líder de las Juventudes Socialistas de Elche, tiene el dudoso honor de haber puesto a la Policía ante el caso más crudo de pederastia de los últimos años.

Fue en junio de 2017 y las imágenes de adultos abusando de niños recién nacidos que consumía, almacenaba y compartía -según la juez y la Fiscalía- a punto estuvieron de llevar al vómito a los agentes que tuvieron que visionarlas. Alguno de ellos se quebró ante tanta dureza.

El «los imagino gritando y llorando mientras los violo. Un bebé recién nacido clavado» que, según las pesquisas, Díaz dijo a un interlocutor también salpicado por la pederastia revolvió a los investigadores y se convirtió en la piedra angular del procedimiento. También dio a conocer a Díaz a todo el país. Por estos hechos, el Ministerio Público le pide nueve años de cárcel.
Pero ahora también se enfrenta a otro caso de los mismos mimbres pero más comprometido si cabe. Se trata del presunto abuso a una niña de dos años de su entorno más íntimo. La Fiscalía ya se ha pronunciado al respecto y lo ha hecho con la misma contundencia que en el caso anterior. Según ha podido saber EL MUNDO, solicita para él cinco años de prisión.
El escrito -duro como los hechos que se le atribuyen- detalla cómo el joven habría abusado de la pequeña en su casa, ya que le habían dejado a su cuidado. Está acusado de un delito de abuso sexual a un menor de 13 años. Según el escrito provisional de los hechos, el abuso se habría producido entre finales de mayo y principios de junio de 2017 en casa de Díaz cuando él, recoge la calificación, se quedó en ropa interior ante la niña, que estaba con un pañal y sin vestir. Después, abusó sexualmente de ella obligándola a hacerle tocamientos.
Al igual que muchas de las conversaciones que obran en la causa de los recién nacidos, la calificación fiscal de lo que pasó en la casa del joven es imposible de reproducir por su aspereza. La Policía pudo llevar este asunto al juzgado a partir, precisamente, de una conversación intervenida en el ordenador de Díaz a raíz de su detención por el consumo y distribución de los vídeos de los bebés. En ese diálogo reconocía a su interlocutor -y también se jactaba- de haber consumado el abuso a la niña y le decía que todavía estaba junto a él en la habitación. La juez entonces decidió abrir una causa separada y ahora la Fiscalía es la que se ha pronunciado.
Entre los dos procesos, el joven se enfrenta a 14 años de prisión. Desde que fuera detenido el 8 de junio de 2017 siempre ha negado la mayor echando mano de subterfugios que en nada han convencido a los investigadores.
Llegó a justificar la posesión de las fotos y los vídeos aludiendo a que eso era lo que les gustaba a sus parejas. «Tenía las imágenes para excitar a las personas con las que tenía relaciones (sexuales)», indicó a la instructora. Y añadió: «Esas imágenes me dan asco. Son repugnantes». Además, también aseguró que sólo las visionaba y que en ningún caso las distribuía.
El manojo de comportamientos pedófilos desparramados a lo largo de la causa son demoledores, casi tanto como las imágenes que los investigadores, por momentos, fueron incapaces de ver. Además, la Policía también le vinculó con abusos a niños saharauis que pasaban el verano en Elche. Sin embargo, la causa tuvo que archivarse ante la impossibilidad de localizar a los menores.
Díaz ve pasar en libertad provisional los asuntos que se le acumulan en los tribunales. Abandonó la cárcel en agosto de 2017, dos meses y medio después de haber entrado en ella y tras pagar una fianza de 20.000 euros. Desde entonces, los intentos de la Fiscalía para devolverlo a prisión han sido infructuosos. El joven se puso a tiro de la Policía tras abandonar la seguridad del servidor en el que, según los agentes, veía y compartía fotos de adultos manteniendo sexo explícito con recién nacidos para hacerlo desde una plataforma mucho menos segura.
El ex líder de las Juventudes Socialistas de Elche dejó su rastro en el ciberespacio para buscar nuevos contenidos. Y así fue como sin quererlo se descubrió. Díaz dio rienda suelta a la severa pedofilia que le atribuyen los investigadores en distintas plataformas. No era un experto y por eso no tardaron en localizarlo. Su peregrinaje en la Red hizo que todas las alarmas saltaran.