Hasta la fecha miles de familias del Jarillón del Río Cauca han sido alertadas sobre este desalojo forzado sin haber recibido apoyo habitacional del Gobierno colombiano. 

Cuatro madres de la comunidad de Jarillón del Río Cauca cumplen su segundo día en huelga de hambre a las afueras de la Alcaldía de la ciudad para demandar el cese del desalojo violento por parte de las autoridades y la asignación de viviendas dignas. 

A raíz de los desalojos perpetrados por el Plan Jarillón de Cali, hace 65 días iniciaron un plantón en este ente local, pero no recibieron respuesta hasta la fecha y decidieron radicalizar la protesta. 

El proceso de desalojo, según declaraciones oficiales, inició en julio de 2016 y contempla la desocupación de las viviendas de unas 1.005 familias, quienes no han sido dotadas de alguna solución habitacional efectiva o digna.

Las mujeres en representación de sus familias solicitan al alcalde de Santiago de Cali, Maurice Armitage, que suspenda las acciones de desalojo que ha venido ejecutando la Fuerza Pública en un marco de violencia y abuso de poder.

Estas familias alegan que no tienen otro lugar donde dirigirse por lo que decidieron recurrir a esta medida en búsqueda de alguna respuesta de las autoridades colombianas. 

Por otra parte, el gobierno local expresa que esta medida se ha implementado como una estrategia de protección para los grupos familiares del Jarillón del Cauca. 

“Queremos hacer un llamado a la comunidad a que miremos esto como una oportunidad para todas las familias, primero para mitigar su riesgo, para mejorar sus condiciones de vida, pero además para proteger a sus familias”, destacó el gerente del Plan Jarillón, Juan Diego Saa.

Entretanto, la comunidad del Jarillón del Río Cauca continúa denunciando que reciben trato inhumano, que violan los derechos de los niños, quienes también son víctimas de los desalojos.