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La West-Eastern Divan Orchestra: un pentagrama para la paz.

por Abby Garcia, 24 agosto 2018. 





Siempre
he sentido una gran admiraci­ón hacia la figura de Daniel Barenboim (de origen
judío), ese músico excepcional que me maravilló no solo por sus facetas
musicales sino mucho más por sus interpretaciones de las sonatas para piano de
Beethoven, además de ser el primer israelí en dar un recital en Palestina[1]. Y también mi admiración
profunda ha estado dirigida hacia otro músico (más enfocado a la musicología y
la filosofía de la música), teórico y pensador social como Edward Said (de
origen palestino), que entre su amplia bibliografía aborda y problematiza no
solo el conflicto palestino/judío, sino la relación entre Occidente y Oriente,
con sus distintas ideas y fantasmas ideológicos entre los dos. Ambos fundaron
la West-Eastern Divan Orchestra que nace en 1999, cuyo objetivo principal fue
el de brindar un espacio de cooperación y tolerancia entre jóvenes árabes y
judíos, a través de la música, a la cual se le sumaron jóvenes de otras nacionalidades
y religiones.
Considero
que este ha sido uno de los proyectos político-culturales más importantes de
inicios de este milenio, no solo por el hecho concreto de la orquesta sino
también por el grado en que repercute asumir en un mismo espacio, bajo una
misma batuta a dos contingentes humanos que la comunidad internacional creía
imposible. Hablo de tolerancia, de respeto, de entendimiento y cooperación.
Otra demostración de que la paz no puede verse como un proyecto ambiguo, debe
ser por antonomasia el fruto del quehacer diario, donde desde la música (en
este caso), a través de ensayos, diálogos e interrelaciones musicales se pone
en práctica aquellos valores antes comentados. En el momento de tocar en una
misma orquesta se dejan de lado todas las diferencias culturales, políticas y
religiosas y comienza el verdadero diálogo musical. Una orquesta, en general, no
debe verse como una agrupación constituida por diferentes secciones, sino que
debe entenderse como un solo cuerpo humano que ejecuta un piano (haciendo un
paralelismo), cuyas manos de ese pianista no están separadas una de otra sino
que son parte de un mismo órgano, donde se fusionan y hacen música plenamente
interrelacionadas, parafraseando a Said y Barenboim[2].
En el
discurso de recibimiento del premio Príncipe de Asturias de la Corcordia en el
2002, Said expresó que ‘‘… existe lo que yo llamaría la política cultural de
largo alcance, que proporciona un espacio literalmente más amplio para la
reflexión y en último término para la concordia, y que puede sustituir la
tensión y el desacuerdo permanentes. La literatura y la música abren este tipo
de espacio porque básicamente son artes no de antagonismo sino de colaborción,
receptividad e interpretación colectiva.
[3] Y en
palabras de Barenboim: ‘’La concordia se expresa musicalmente como armonía. La
orquesta exige que los músicos se escuchen, que ninguno intente tocar más alto
que el otro, que se respeten y se conozcan. Es un canto al respeto, al esfuerzo
de conocer y comprender al otro, algo clave para poder superar un conflicto que
no tiene solución militar. Hoy tal vez esté lejos la solución política, y ello
me fortalece en el sentimiento de que es primordial deber del individuo reflexionar,
actuar de acuerdo a sus propios medios.
[4]
Soy
partidaria de que la paz es posible, conocemos el conficto palestino/israelí
con su problemática histórica, religiosa y política.
¿Es posible profundizar,
masificar, estas iniciativas pacifistas y culturales?
¿La comunicación entre
las partes (cuando se hace directa, sin intermediarios y sin subordinar al
interlocutor) no es de por sí un principio de respeto y de paz? Las expresiones
artísticas son unas de las formas predilectas de los seres humanos para darnos
a conocer el gusto, la percepción y la mirada del otro. Creo con la razón y con
la fe de que iniciativas como la West-Estern Divan Orchestra son urgentes para
entendernos, tolerarnos y para dar un primer paso en la construcción de una
comunidad global más justa.


[1] Edward Said, Música al límite
(tres décadas de ensayos y artículos musicales)
”, p. 346. Espana, Debolsillo, 2011.
[2] Conversation between
Edward Said and Daniel Barenboim
, part 1: https://www.youtube.com/watch?v=HWQCy6_TU3A&t=2s
[3] Discurso de recibimiento del premio Príncipe de Asturias de la
Concordia por Edward Said: http://www.fpa.es/es/premios-princesa-de-asturias/premiados/2002-daniel-barenboim-y-edward-said.html?texto=discurso&especifica=0
[4] Discurso de recibimiento del premio Príncipe de Asturias de la
Concordia por Daniel Barenboim: http://www.fpa.es/es/premios-princesa-de-asturias/premiados/2002-daniel-barenboim-y-edward-said.html?texto=discurso&especifica=0