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El último zarpazo del Estado Islámico en Siria deja más de 100 muertos

LLUÍS MIQUEL HURTADO 25 JUL. 2018
Al menos 100 personas, según el último recuento del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), han muerto este miércoles en el sur de Siria como consecuencia de una cadena de atentados reivindicados por el autodenominado Estado Islámico (IS).

Entre las víctimas mortales hay 67 efectivos de las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar Asad, así como 35 civiles, de acuerdo con el OSDH. También hay al menos 45 heridos y la cifra total de víctimas podría aumentar en las próximas horas
El ataque se produjo cuando un grupo de atacantes suicidas irrumpió en un bazar y a las afueras de la localidad de Sueida, bajo control del Gobierno sirio. Según la agencia oficial SANA, el ejército sirio logró abatir a dos de los hombres bomba antes de detonarse y sigue buscando a otros asaltantes.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización basada en Londres que informa con activistas sobre el terreno, ha indicado que este ataque es el “más mortífero” cometido por los extremistas en meses. “Tres individuos con cinturones explosivos atentaron específicamente contra la ciudad de Sueida, mientras que se produjeron otras explosiones en localidades al norte y al este”, ha especificado la entidad. SANA nombró estos pueblos como Mutna, Duma, Taima y Shabki.
Aunque el IS ha sido mayormente erradicado de Siria gracias a los esfuerzos de casi todos los actores implicados en la contienda, la organización Frente Jalid bin Walid, leal al pseudocalifato del IS, mantiene cerca de un millar de combatientes en la provincia sureña de Daraa. Mientras en las últimas semanas la mayoría de facciones opositoras ha firmado pactos de rendición con las fuerzas próximas al presidente Bashar Asad, el IS se ha atrincherado en una bolsa territorial junto a la región de los altos del Golán que Israel ocupa.
La aviación asadista lleva días bombardeando a los radicales, precio que también está pagando la población civil. Según se deduce, los miembros del IS lograron infiltrarse desde esta zona en territorio gubernamental para golpear en la retaguardia. Una táctica habitual casi desde la génesis de la organización apocalíptica liderada por el desaparecido Abu Bakr Bagdadi, pero cuyo uso ha extremado tras haber perdido todas las ciudades bajo su control como Raqqa, Mosul o Deir Ezzor.
Naciones Unidas cifra en 270.000 el número de civiles que han tenido que huir de sus casas en el marco de la última ofensiva de las fuerzas fieles a Asad para recuperar todo el sur del país en guerra. La bandera blanca mostrada por los alzados al poco de iniciarse, hace aproximadamente un mes, permitió que la situación no se enquistara en asedios agónicos y ataques a infraestructuras civiles, como había ocurrido anteriormente en Guta -afueras de Damasco- o en Alepo. Sólo el IS ha mantenido la posición.
Esta situación da cuenta de la ventaja de la administración Asad en el sangriento conflicto armado, que ha cumplido su séptimo año dejando atrás entre 400.000 y medio millón de muertos. Esta semana se han sumado más. Según la agencia France Presse, el Gobierno ha actualizado sutilmente la lista de detenidos, la cual cosa ha dejado al descubierto que cerca de 400 personas han muerto bajo custodia desde 2013. La Red Siria para los Derechos Humanos estima que 80.000 personas han desaparecido forzosamente en Siria desde el inicio de la contienda, entre múltiples denuncias de tortura contra todos los implicados en la guerra, principalmente contra el Gobierno sirio.