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La Cámara de Diputados argentina aprueba la legalización del aborto

Buenos
Aires, El Pais, 15 JUN 2018

El
proyecto de ley que permite interrumpir el embarazo hasta la semana 14 pasa al
Senado, que tendrá la última palabra
Manifestantes
celebran la legalización del aborto en Buenos Aires frente al Congreso este
jueves. EITAN ABRAMOVICH AFP

El aborto
legal ha ganado en la Cámara de Diputados y en las calles. En una votación muy
reñida, que se prolongó durante 23 horas, los legisladores aprobaron hoy el
proyecto de ley para la interrupción voluntaria del embarazo por 129 votos a
favor y 125 en contra. Fuera, a un
lado de la plaza, miles de mujeres estallaron en aplausos y lágrimas. En el
otro, se retiraron cabizbajos.
El Senado tiene ahora en sus manos
convertirlo en ley. Parecía que iba a estrellarse ahí, pero es imprevisible la
fuerza de la gran ola feminista que está abriendo Argentina a la modernidad.
Fue una jornada histórica.

El machismo
está en retroceso
, el matrimonio homosexual se ha normalizado y el
aborto libre parece hoy posible en el país del papa Francisco. Los jefes de los
dos bloques mayoritarios en la Cámara Baja anticiparon que se aprobará.
“Habrá un efecto imparable y la ley va a salir del Senado”, declaró
el peronista Miguel Pichetto al diario Clarín. “El Senado tiene que
hacerse cargo de la demanda ciudadana y legislar realidades”, coincidió el
radical Luis Naidenoff. En Argentina todo cambia con rapidez y la presión de la
Iglesia católica y de los gobernadores de las conservadoras provincias del
norte puede frustrar ese horizonte.
En
Diputados fue una sesión de infarto. Los números bailaron durante toda la
jornada. Dos horas antes de la votación, los partidarios del Sí lo consideraban
perdido. Al final, la balanza se inclinó por el cambio de voto de última hora
de unos pocos legisladores. La fractura de la sociedad argentina sobre el
aborto se repitió en el interior del hemiciclo y de los partidos políticos.
Todos los bloques votaron divididos, con excepción de la izquierda, con una
postura unánime a favor de la interrupción voluntaria del embarazo. En la
actualidad, el aborto es ilegal, excepto en casos de violación y de riesgo para
la salud de la madre. Las mujeres que interrumpen su embarazo se enfrentan a
penas de cárcel de entre uno y cuatro años. El proyecto prevé que el aborto sea
libre hasta la semana 14 y después sólo si el embarazo es fruto de una
violación, hay peligro para la gestante o malformación fetal.
En un
gesto inédito, el polémico diputado de Cambiemos Fernando Iglesias fue
aplaudido por gran parte del kirchnerismo. “Somos Cambiemos”, dijo
Iglesias, “vinimos a cambiar, no a consagrar el status quo”. Con un
mapamundi en la mano, el legislador invitó a sus colegas a pensar en el país al
que les gustaría que se parezca Argentina: “En Norteamérica, Asia, Europa,
Australia, el aborto es legal o si queremos que se parezca a las partes rojas
del planisferio, Latinoamérica y Africa. Son los únicos continentes que
prohíben el aborto, donde la desigualdad y la violencia son mayores”,
apuntó.
En
Argentina casi 50.000 mujeres son internadas cada año por complicaciones
derivadas de abortos y medio centenar muere. “No es una cuestión de fe, es
un tema de salud pública”, repitieron numerosos oradores que abogan por la
legalización.
Diputados
a favor de la ley de despenalización del aborto exhiben en sus bancas los
pañuelos verdes de la campaña. AFP / epv

La
coalición gubernamental fue la que vivió las mayores tensiones internas. El
emotivo discurso de cierre de la legisladora Silvia Lospennato arrancó lágrimas
a las jóvenes con pañuelos verdes que lo seguían desde una pantalla gigante.
Fue criticada en cambio Estela Regidor. “¿Qué pasa cuando nuestra perrita
se nos queda embarazada? No le llevamos al veterinario a que aborte. Salimos a
ver a quién le regalamos los perritos. Las peores fieras quieren a sus crías.
¿Qué nos pasa a los seres humanos que tenemos esa maldita razón que nos tapa el
corazón?”, se cuestionó la legisladora radical.

Elisa
Carrió, socia de Gobierno de Macri, fue una de las pocas que rechazaron hablar
antes de emitir su voto. Se refugió en una capilla a rezar y desde allí tuiteó:
“No es necesario hablar, solo la oración que es la debilidad de Dios y el
poder de los hombres”. Carrió, una de las artífices de la coalición
conservadora, amenazó con la ruptura tras aprobarse el proyecto de ley. “Que
le quede claro a todo Cambiemos, la próxima rompo”, gritó la legisladora
antes de irse sin dar declaraciones.
A las
seis de la mañana, con el marcador igualado, el kirchnerista Axel Kicillof
recordó que los anteriores presidentes que abrieron debates trascendentales,
como el de la legalización del divorcio y el matrimonio homosexual, se
involucraron en ellos. Mauricio Macri habilitó el debate en medio de una gran
presión social, pero es contrario a la despenalización y se ha mantenido al
margen. Ha anticipado sí que respetará el resultado y no habrá veto
presidencial.
La
votación hizo saltar por los aires toda la emoción vivida durante 20 horas. En
la calle se gritó como un gol de Messi. Hubo saltos, abrazos y lágrimas.
“Aborto legal en el hospital”, gritaba al unísono la marea verde,
formada por miles de mujeres. “Abajo el patriarcado, se va a caer, se va a
caer, arriba el feminismo, que va a vencer, que va a vencer”, cantaban las
jóvenes que no lloraban.
La
Conferencia episcopal argentina reaccionó con rapidez para expresar su
disconformidad. “#ValeTodaVida” tituló el comunicado en el que
reclama diálogo y “soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer
tenga que recurrir a un aborto”. “Nos duele como argentinos esta
decisión”, escribieron los obispos. “Que María de Luján, que conoció
la incertidumbre de un embarazo inesperado, interceda por el Pueblo argentino,
especialmente por todas las mujeres que esperan un hijo y por todos los niños y
niñas que están en el vientre de su madre”, se despidieron.
“Tenemos
media sanción. La lucha continúa para que sea ley en el Senado”, advirtió
a los medios a la salida del Congreso la diputada del Frente de Izquierda
Romina del Pla. Legisladores de las provincias del norte habían anticipado que
votarían en contra, pero algunos se han echado atrás. Hay una enorme
expectativa por saber qué votará la senadora Cristina Fernández de Kirchner.
Durante sus ocho años como presidenta se opuso, pero no se sabe si su hija
feminista y la marea verde la harán cambiar de opinión. “Será ley, será
ley”, coreaban hoy las adolescentes con la mirada puesta ya en la decisiva
Cámara Baja.