Un Ramadán en paz para Cachemira
Víctor M. Olazábal, El Mundo, 18 may. 2018
India
anuncia un alto el fuego en el estado de mayoría musulmana para que su
población, atrapada en un largo conflicto, celebre el mes sagrado "en un
ambiente pacífico"
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Fieles
rezan en la mezquita principal de Cachemira el primer día de Ramadán.
Tauseef
Mustafa / afp
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Comienza
el Ramadán
y en Cachemira,
el único estado indio de mayoría musulmana, viene acompañado de un alto el
fuego unilateral anunciado por el gobierno del país, un gesto que pretende
detener el derramamiento de sangre que vive el valle central, donde los muertos
este año superan ampliamente el centenar.
El
ministerio del Interior ha suspendido las operaciones antiterroristas de las
fuerzas de seguridad en Cachemira durante el próximo mes "para ayudar a
los musulmanes amantes de la paz a seguir el Ramadán en un ambiente
pacífico". Lo que significa que, en principio, no se realizarán
persecuciones ni registros domiciliarios. Sí habrá respuesta armada en caso de
que las tropas sean atacadas o sea necesario proteger vidas civiles. Este gesto
no se veía en Ramadán desde hace casi 20 años y llega días después del
llamamiento a la paz que había realizado la jefa de gobierno de Jammu y
Cachemira, Mehbooba Mufti.
2018, que
lleva de media un muerto por día, está siguiendo la estela de los dos años
anteriores. En cinco meses las protestas en la calle y las operaciones
antiterroristas se han saldado con unos 150 fallecidos, entre civiles,
insurgentes y uniformados. Se unen a los 250 de 2017 y al centenar de 2016,
cuando se desató la última crisis
violenta en la región por la muerte de un conocido rebelde a manos
de la policía.
La
Cachemira india vive desde hace tres décadas sumida en un conflicto entre los
grupos armados separatistas y las fuerzas de seguridad. Aunque los años del
plomo, los noventa, quedaron atrás, hoy cualquier chispa es suficiente para
hacer explotar la ira de la población civil, que se divide entre quienes desean
una Cachemira independiente, quienes buscan la
adhesión a Pakistán y quienes quieren seguir siendo indios. Los
jóvenes que protestan contra la omnipresente militarización se están uniendo a
la insurgencia mientras las aspiraciones independentistas adquieren tintes
religiosos.
Por eso
Mufti ve el paso dado por el gobierno nacional del hinduista BJP como una
"gran oportunidad" para "detener el ciclo derramamiento de
sangre" que vive la región. La líder cachemir agradeció particularmente el
"interés personal" que ha puesto el primer ministro, Narendra Modi,
para que el cese de hostilidades sea una realidad. "Espero que Pakistán
responda positivamente a este alto el fuego para que los militantes den también
una respuesta positiva y respeten el mes sagrado", añadió Mufti.
Omar
Abdullah, ex jefe del gobierno cachemir y hoy líder de la oposición, expresó
sus deseos en la misma línea: "Si los militantes no responden de la misma
manera quedarán expuestos como los verdaderos enemigos de la gente".
No parece
que los separatistas armados opinen lo mismo. La organización terrorista
Lashkar-e-Toiba asegura que el alto el fuego "no es una opción". Su
portavoz, Abdullah Ghaznavi, dijo que aceptar ese cese de violencia sería
"una vergüenza para los sacrificios hechos en esta lucha" y "una
traición a la sangre de los mártires". Su respuesta para el mes de ayuno
sagrado no muestra signos de cambio: "Lucharemos hasta la última gota de
sangre".
En el
valle de Cachemira el anuncio del alto el fuego se ha recibido con expectación
e incredulidad. La expectación de quienes están cansados de vivir en un
ambiente de violencia y desean que al menos este Ramadán
sea un paréntesis de paz. La incredulidad de quienes, al echar la vista atrás,
ven el historial de las tropas indias en suelo cachemir. El jefe del Ejército
afirmó recientemente que sus tropas "no han sido tan crueles", a pesar
de que las denuncias de abusos son una constante.
Entre los
escépticos sobrevuela también la duda de si el anuncio es sólo una cortina para
apaciguar las tensiones de cara a la visita de Modi, que aterrizará en
Cachemira el sábado. El activista Khurram Parvez, líder de la Coalición de la
Sociedad Civil de Jammu y Cachemira, muestra sus dudas al destacar que existe
una división de opiniones entre el ministerio de Interior, que es el que ha
anunciado el cese de las operaciones, y el de Defensa, proclive a no dar ni un
solo respiro a los grupos insurgentes. En los últimos días la ministra de
Defensa, Nirmala Sitharaman, ha dejado entrever sus diferencias al respecto. En
ese sentido, la frontera queda al margen de este alto el fuego, por lo que las
hostilidades matutinas en la linde seguirán dejando su particular goteo de
soldados fallecidos.