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✊ SPECIAL NAKBA _ Gaza, donde la vida se parece a la muerte

Juan Carlos Sanz, El Pais,
17 may 2018

Después
de tres devastadoras guerras, los palestinos de la Franja se han arrojado sobre
la frontera israelí para romper su aislamiento
Un
entierro en Rafah (Gaza), este martes. Spencer Platt FOTO: Getty Images

Sus
profundas ojeras denotan la falta de sueño ante la reiterada visión de la
muerte. “Ahora es el peor momento”, explica escaleras arriba del hospital
Shifa,
camino del quirófano del principal centro sanitario de Gaza,
el doctor Hani Besesso, “los heridos de bala ya no pueden aguardar más tiempo”.
Menea la cabeza mientras repasa la lista de espera de cirugía traumatológica
con medio centenar de nombres, la décima parte de los ingresados tras las
protestas del lunes en la frontera con Israel. Los 20 pacientes en estado más
crítico van a ser evacuados a Egipto.

“En Gaza
la vida es muy parecida a la muerte, por eso muchos no temen perderla. No hay
futuro”, intenta tomar distancia el columnista palestino de izquierdas Hakram
Assala en un territorio que la ONU pronostica que será inhabitable a partir de
la próxima década. Considera que las marchas ante la valla de separación
israelí se han frenado en seco ante la respuesta de los francotiradores del
Ejército, que abatieron a
60 manifestantes e
n la jornada más sangrienta en la Franja desde la
guerra de 2014. “Israel parece estar por encima de las leyes internacionales”,
sentencia, “y nadie le exige responsabilidades por abrir fuego contra civiles
desarmados”.
Como en
todos los conflictos, las narrativas divergen a cada lado del frente. Salah
Bardawil
, un alto cargo de Hamás, reconocía el martes que “50 de los
mártires [los palestinos abatidos a tiros]” estaban afiliados al movimiento que
gobierna de facto en Gaza. Pretendía desmentir la acusación de que su
organización ha estado empujando al resto de la población a la muerte. Un
portavoz castrense israelí, el teniente
coronel Jonathan Conricus,
interpretó en cambio que el dirigente
vino a confirmar con sus palabras que “la protesta no fue pacífica”, ya que
estuvo organizada por los islamistas.
“Hamás ha
prestado apoyo logístico, como medios de transporte, pero las manifestaciones
han sido protagonizadas por los jóvenes de la Franja”, asegura Ahmed Yussef,
profesor de Ciencias Políticas y exasesor de Ismail Haniya,
máximo líder de la organización islamista. “Después de tres conflictos armados
con Israel que no han conducido a nada, la gente de Gaza está harta de
guerras”, argumenta este académico que se formó en Estados Unidos durante una
década y ocupó altos cargos diplomáticos en la Autoridad Palestina.
Con una tasa de paro
del 44%
—la más elevada del planeta según el Banco Mundial— y con el
80% de sus dos millones de habitantes dependientes de la ayuda internacional
para sobrevivir, los jóvenes de la Franja no encuentran empleo ni pueden salir
al exterior a buscarlo después de más de una década de bloqueo.
“Son
ellos quienes han impuesto un cambio de estrategia hacia la no violencia en la
lucha por los derechos palestinos”, sostiene el profesor Yussef, “con el
objetivo de forzar a Israel a poner fin a su aislamiento”. Este analista
cercano a la cúpula de Hamás reconoce que han pagado un precio muy
alto
—107 muertos y más de 10.000 heridos en siete semanas de
protestas en la frontera— para intentar volver a poner la Franja de Gaza en el
foco de atención internacional. “Los países árabes están divididos y ya no se
hacen eco de nuestra causa: tenemos que actuar por nosotros mismos”, remacha.
Víspera
de Ramadán
Los
velatorios se suceden por las calles de la capital de la Franja en jaimas donde
los familiares ofrecen comida y bebida a los vecinos que acuden a dar el
pésame. En la avenida de Al Yala, los Rantisi
—un apellido ligado a los orígenes de Hamás— despiden a un nuevo “mártir” del
clan.
A Ahmed,
de 26 años, tres disparos le reventaron el tórax el lunes en la frontera de
Beit Hanun (norte)
. Estaba casado, tenía una hija de ocho meses y
acababa de recibir un título de posgrado en Ciencias de la Educación. En una
reacción contradictoria con la condición humana, Mahmud Rantisi, profesor
universitario no parece consternado por la pérdida de su hijo. “Las muertes no
se acabarán mientras Israel no reconozca los derechos de los palestinos”, fue
su elegía fúnebre.
Tras el
estallido del lunes, la situación parecía estar en calma en el enclave costero,
con la actividad militar de costumbre. El Ejército disparó dos salvas de
disparos de carro de combate
contra posiciones de Hamás tras acusar
a milicianos islamistas de abrir fuego contra Israel. Nadie resultó herido en
la víspera del inicio del Ramadán. El impacto del ayuno sobre la vida cotidiana
alterará previsiblemente la continuidad de las marchas de protesta, que se han
prorrogado hasta el 5 de junio, aniversario de la ocupación de territorios
palestinos en la Guerra de los Seis Días.