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Los precarios no solo son los ‘riders’: las rebajas de derechos laborales amenazan al conjunto de trabajadores

Laura Olías,
El Diario, 30/04/2018

El número
de contratos temporales de menos de 7 días firmados en marzo de este año se ha
duplicado respecto al mismo mes de 2008. “Si te coges la baja por
paternidad, me jodes, no te la puedo dar”, le dijo el responsable de un
restaurante a Pedro, en una entrevista para optar a ser cocinero.  María tenía un falso contrato parcial:
“Ponía que era de cuatro horas de tarde, pero de media hacía más de 5 y
media y tenía turnos de mañana de 10 horas”
Imagen de
archivo de varios trabajadores en una cocina. Europa Press
“Si
te coges la baja por paternidad, me jodes, no te la puedo dar”. Pedro se
quedó “a cuadros”. Estaba en una entrevista para optar a un puesto
como cocinero de un bar-restaurante, en un polígono industrial de la periferia
del sur de Madrid, y este era uno de los derechos a los que tenía que renunciar
si quería el trabajo. También a cogerse la baja si estaba enfermo. “El
jefe me dijo lo típico: ‘Aquí somos muy poca gente, no se puede faltar porque
se nos descuadra todo”, cuenta este trabajador, que justo espera un bebé
con su pareja. Tras valorarlo, Pedro reiteró su interés por el puesto, pero le
comunicó al responsable que se cogería el permiso al que tiene derecho por ley.
“Me respondió que me entendía, pero que no podía ser”.
Este 1 de
Mayo, Día Internacional del Trabajo, los sindicatos llaman a salir a las calles
contra la inestabilidad laboral y el recorte de derechos que afronta un gran
número de trabajadores en España. La crisis no ha pasado para la población
empleada, denuncian
varios colectivos
. Para muchos, como Pedro, aceptar unas condiciones
precarias se presenta como el precio para acceder a un empleo. “La reforma
laboral de 2012 permitió utilizar el despido como despido libre. El efecto que
tiene es ‘o coges esto o tengo no se cuántos en la puerta que cogerán lo que tú
no quieres”, explica Lola Santillana, responsable de Empleo de CCOO. Otros
ven recortados sus derechos adquiridos, incluso aunque la empresa para la que
trabajen aumente sus beneficios, como es el caso de los empleados
de Amazon
en el mayor centro logístico de la multinacional en
España.
Algunas
nuevas formas de trabajo, vinculadas a plataformas digitales, han centrado
muchas críticas y conseguido un gran espacio en los medios: son los llamados
“precarios digitales”, como los riders o
repartidores de plataformas de comida a domicilio
(Deliveroo, Glovo,
Uber Eats, etc.): trabajadores que tienen que darse de alta como autónomos y
proveer sus propios medios para llegar a pedales o en moto hasta las puertas de
los clientes con la comida a punto. Las empresas que gestionan las apps han
sido denunciadas ante la Inspección de Trabajo, que ya ha resuelto en dos
ocasiones que los riders de
Deliveroo son falsos autónomos
.
Rubén
Ranz, sindicalista de UGT en contacto con estas nuevas realidades de trabajo,
explica que en el fondo “sigue siendo mensajería tradicional, por mucho
que haya un medio informático de por medio, pero se intenta esconder esa
relación laboral”. Los falsos autónomos son solo una fórmula más de la
precariedad que está marcando la recuperación del mercado de trabajo, insisten
expertos y sindicatos
.
Falsos
autónomos en sectores tradicionales
Según un
reciente informe del sindicato ATA, el número de falsos autónomos puede afectar
a “entre 90.000 y 100.000 personas”. La organización UATAE eleva el
número hasta más de 200.000. Dentro del colectivo, ATA destaca los repartidores
de comida a domicilio, pero también otros grupos tradicionales como los
profesionales de la comunicación, que ya suponen “en torno al 25%”
del total: “En 2008 contábamos 30.000 periodistas autónomos y ahora hay
65.000”, sostiene la organización. Su número se ha duplicado en la última
década. Además, predomina esta figura de fraude en la “industria cárnica y
profesionales liberales (arquitectura, peritos y abogacía)”.
Jaime,
periodista menor de 30 años, asegura que es falso autónomo en la agencia
pública de noticias EFE. “Te lo venden como si fuese la oportunidad de tu
vida. Primero entras con una beca y luego lo que te ofrecen es esto: te obligan
a darte de alta como autónomo y tienes un fijo, de unos 800 euros más gastos en
mi caso, que luego con los impuestos y el IVA de los gastos se te va
reduciendo”, explica a este medio. El periodista asegura que conoce
“muchos más casos en esta situación”, que esconden una relación
laboral: son responsables de unos temas de actualidad en concreto y algunos,
incluso, van a las oficinas de EFE a trabajar a diario. El joven cree que no
podrá alargar su situación mucho tiempo: “Cuando se me acabe la tarifa
plana es que no me compensa, no podría seguir”.
Fuentes
de la agencia EFE desmienten el testimonio de Jaime. Aseguran a eldiario.es que
solo trabajan con autónomos a los que pagan por pieza o fotografía, pero que no
mantienen una relación laboral estable con ellos.
Auge de
los contratos por días
El gran
número de contratos temporales en la recuperación del empleo es una de las
críticas más frecuentes de los sindicatos, que subrayan que gran parte esconden
una situación de fraude de ley: no hay justificación para mantener esos puestos
de carácter temporal, pero las empresas los fomentan en lugar de consolidar a
un empleado como fijo, que acumula más derechos laborales. La tasa de
temporalidad –la proporción de trabajadores temporales respecto al total de
asalariados– ha ido ascendiendo hasta el 26,1% en
el primer trimestre de 2018
, el porcentaje más alto para ese periodo
desde 2008.
Aunque es
cierto que la temporalidad era muy elevada antes de la crisis y ahora se está
recuperando mucho de ese empleo eventual, el número de contratos temporales que
se firman son más precarios: aumentan mucho los inferiores a 7 días. Si en
marzo de 2008 fueron 215.944, en el mismo mes de este año supusieron más del
doble (446.309), según las cifras del Servicio Público de Empleo. La duración
media de los contratos se ha reducido de los 79 días de 2008, a los 54,6 en la
actualidad. 
Pedro
había acudido a la entrevista en el bar-restaurante del sur de Madrid
intentando conseguir un empleo más estable. En los últimos tres meses está
trabajando para una empresa de catering, que lo llama cuando tiene picos de
trabajo y requiere de más apoyo. “Voy firmando contratos de tres semanas,
una semana, dos días… Depende. Creo que habré firmado como mínimo 5 o 6
contratos en estos tres meses”, explica el cocinero. La temporalidad
excesiva no es un mal único de la hostelería. El sindicato CSIF recordaba este
mes que “las diferentes modalidades de contratos temporales que se
realizan en la Administración Pública alcanzan ya a 740.700 personas, la cifra
más alta de los últimos 7 años”. CCOO aportaba un ejemplo: los
contratos temporales en el mayor organismo público de investigación de España,
el CSIC, superan el 43%. 
“El
contrato era por 4 horas, pero siempre eran más”
Los
abusos en los contratos con jornadas a tiempo parcial también esconden muchas
horas de trabajo en la economía sumergida. María tenía un contrato por
“cuatro horas, de tarde” en una panadería familiar en un municipio de
Cádiz. La joven, de 30 años, tiene dos carreras, pero recurrió a este empleo
porque no tenía trabajo en ese momento, “y como era solo por unas horas,
me permitía ganarme 300 euros. Era mejor que nada”. Duró tres meses en el
puesto porque en cuanto empezó comprobó que el trabajo no era solo de tarde, ni
por cuatro horas. “Solía echar 5 horas y media o más, y había veces que
tenía que estar de mañana y ahí eran 10 horas”.
Su
testimonio es una muestra de la mayoría del empleo parcial en España,
involuntario: el 54,7% de los empleados escogen esta jornada reducida porque no
encuentra trabajo a tiempo completo, según la EPA. Además, está muy feminizado,
en más de un 70%. “En lugar de ser una fórmula para la conciliación, ahora
es un contrato a llamada, para trabajar solo unas horas, está totalmente
precarizado”, denuncia Mari Carmen Barrera, secretaria de Política Social,
Empleo y Seguridad Social de UGT.
Los
sindicatos señalan también otras fórmulas de precarización, como las externalizaciones
de servicios. CGT denunciaba este lunes los recortes salariales y de derechos
impuestos por Ford en Almussafes (Comunidad Valenciana) al subcontratar
“con empresas multiservicios cada vez más baratas”. Una trabajadora
de la limpieza de la fábrica, que lleva más de 20 años en su puesto, pone un
ejemplo a este medio: “Nosotras estamos subcontratadas y tenemos un
salario de 1.100 con 15 pagas. Ahora las que están contratando son a 900, sin
pagas ni nada”. 
Las
organizaciones de trabajadores llaman a salir a la calle este martes contra
todas estas manifestaciones de inestabilidad y precariedad laboral, porque
consideran que es el momento de que el crecimiento económico llegue a todas las
capas de la sociedad. Pedro espera encontrar algo más estable, especialmente
ahora que tiene un bebé en camino. “Yo quiero un trabajo con todas las de
la ley, que me pueda coger un permiso si nace mi hijo o si ingresan a mi padre
o mi hermana”. María, de momento, trabajará unos meses en la agricultura
–”ahora empieza la temporada fuerte del puerro”–, pero ha decidido
que va a opositar. “Cada vez tengo más años y el empleo es cada vez más
inestable. Mi edad me pide una estabilidad, tengo 30 años y me quiero
independizar”.
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*Los
nombres de Pedro, Jaime y María son falsos, ya que los trabajadores temían ser
identificados.