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Los irlandeses emigrados vuelven a casa para el referéndum sobre la ley del aborto

El Español, 22 mayo, 2018

Este
viernes se decide si se suaviza una de las legislaciones sobre el tema más
duras de Europa. Irlandeses de todo el mundo regresan para poder participar en
la votación, con ayuda económica de universidades, amigos, y familiares.
Una
manifestante sostiene una pancarta en Londres manifestándose de cara al
referéndum.

Vuelven a
casa para decidir si Irlanda suaviza una de las legislaciones más
restrictivas de Europa respecto al aborto. Desde todas partes del mundo los
expatriados regresan a su país esta semana para participar en el
referéndum de este viernes que viene precedido por un intenso debate por
los partidarios de ambos bandos. Su asistencia a las urnas será decisiva en una
votación que se antoja extremadamente igualada.

El
Gobierno irlandés, dirigido por el partido democristiano Fine
Gael, propuso la llamada “octava enmienda”, incluida en el
artículo 40.3.3 de la Carta Magna y que garantiza de igual manera el derecho a
la vida del “no nacido” y de la madre. 
Las
universidades de Cambridge, Oxford, London y Nottingham están ofreciendo ayudas
económicas para aquellos que tienen disponibilidad para regresar a Irlanda y
votar en esta consulta, que obliga a que los electores se encuentren en el
país. Además de ello, también cuentan con la ayuda económica de amigos y
familiares. Todo dentro de la campaña #hometovote.
Este
lunes The Guardian publica la historia de varios de estos votantes, para los
que el viaje supone un esfuerzo necesario. A Amy Fitzgerald, de 38
años, emigrante en Canadá, su esposo le sorprendió por su
cumpleaños con un billete de 1.200 euros para regresar a casa y votar
sí para suavizar el referéndum. 
“Tengo
un amigo que tuvo un aborto hace años y no se lo contó a nadie. Todos mis
embarazos fueron felices, pero simplemente no entiendo por qué es mi decisión o
la de cualquier otra persona forzar a las mujeres a hacer lo que tengan que
hacer o que pasen por esto solas y en silencio”,
cuenta Fitzgerald.
Sonja
Rohan, una estudiante de posgrado de 24 años, hacía alusión a lo
previsiblemente ajustado de los resultados: “Todos estamos un poco
nerviosos en este momento porque las encuestas están muy cerca. Creo que cada
voto va a contar y me siento privilegiado porque en Berlín estoy lo
suficientemente cerca como para llegar a casa y puedo pagarlo “.
“Tengo
tres niños. Experimenté algunas complicaciones en mi segundo embarazo y fui
hospitalizada durante ocho semanas. La atención que recibí en el Reino Unido
fue insuperable. Mi vida fue puesta como la prioridad”,
contaba Sharon Canavan, de 28, en Warwickshire (Inglaterra), que está
determinada a volver a casa para votar sí a suavizar la legislación.
Se espera
un resultado ajustado que se ha ido igualando más y más a medida que pasaban
los días. El “sí” se ha mantenido con una ventaja que poco a
poco se ha ido reduciendo.
La
Iglesia católica, con una gran influencia dentro de la sociedad irlandesa,
ha protestado tras el anuncio de compañías como Facebook y Google de que
retirarían la publicad sobre la celebración del referéndum, algo que consideran
que les perjudica. Ambas empresas tecnológicas tomaron esta decisión para
evitar influencias externas en el proceso democrático tras la aparición de
‘fake news’.
La
legislación actual permite la interrupción del embarazo en circunstancias
excepcionales, como cuando la vida de la madre corre peligro, que incluye la
amenaza de suicidio, pero no contempla casos de incesto, violación o
malformaciones del feto.
El primer
ministro, Leo Varadkar señaló que la ley no funciona, dado que miles de
mujeres viajan cada año al extranjero para interrumpir sus embarazos,
siendo Manchester
uno de los destinos más concurridos para ello
.
El líder
conservador, de 39 años, médico de profesión y abiertamente gay, también
considera injusto que la legislación prevé penas de cárcel de hasta 14 años
para las mujeres y los profesionales de la sanidad que procuren un aborto al margen
de las normas actuales.
Así es la
ley a la que quieren ir
El
Gobierno irlandés aún no ha anunciado por qué normativa se va a regir el aborto
si gana el sí en el referéndum. Si se elimina la “octava enmienda”,
la intención del Ejecutivo es ir a una ley de plazos que permita abortar a
todas las mujeres que así lo deseen antes de las 12 semanas y sólo en casos
excepcionales, hasta las 24 semanas.
Sin
embargo, el primer ministro irlandés no da por hecho nada porque no quiere dar
alas a los sectores más conservadores que aseguran que este tipo de normativa
es una forma de crear un “aborto a la carta”.