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Curas de todo el mundo, entre ellos once españoles, acusan al Papa de promover un “caos doctrinal”

Jesús
Bastante, El Diario, 27/05/201

“La
actividad sexual fuera del matrimonio es un pecado mortal”, aseguran en su
‘Apelación Pastoral’ a los obispos de todo el mundo. El cardenal Brandmüller:
“Quien defiende la ordenación de mujeres es un hereje y está
excomulgado”. Uno de los firmantes es el español Christopher Hartley
Sartorius, que pide a los obispos “ejercer su autoridad apostólica”
frente a Francisco
Extremas
medidas seguridad para recibir al papa en la conflictiva Araucanía EFE

Son
apenas 250, una minúscula parte de los más de 400.000 sacerdotes católicos del
mundo, y 11 de ellos son españoles. Pero la dureza de sus críticas al Papa y a
sus reformas revelan la existencia, ya indisimulada, de un cisma en toda regla
provocado por clérigos y obispos ultraconservadores, que ven como “un caos
doctrinal” la situación que se está viviendo en la Iglesia con las
aperturas promovidas por Francisco.

Uno de
los sacerdotes más activos es el misionero español Christopher Hartley
Sartorius, que trabaja con los más pobres en Etiopía pero, a la vez, empuña con
mano de hierro la espada de la oposición más radical entre los eclesiásticos
españoles. Hartley está promoviendo, a través de la red, la ‘Apelación
Pastoral’ a los obispos de todo el mundo para que hagan frente a la deriva
teológica que, en su opinión, se está viviendo en el actual pontificado, y que
se plasma en la apertura a
los gays, a los divorciados vueltos a casar
 o el debate sobre
el papel de los laicos, el sacerdocio femenino o los curas casados.
“Que
la Santísima Virgen y San Miguel Arcángel protejan a la Iglesia Católica de las
asechanzas del demonio, lobos con piel de oveja”, concluye el correo en el
que el sacerdote español anima a todos los curas de su entorno a suscribir la
iniciativa, que “existe para alentar a los sacerdotes a dar testimonio del
Evangelio e invitar a los obispos a ejercer su autoridad apostólica”.
A 50 años
de la Humanae Vitae
En la
Apelación
Pastoral a los Obispos para una Reafirmación Apostólica del Evangelio”
,
los firmantes denuncian “un enfoque equivocado de la vida moral cristiana
que encontramos con frecuencia y que perjudica gravemente a quienes se dejan
engañar por él”.
En la
misma, reclaman a los obispos de todo el mundo -y como tal, al Obispo de Roma-
que no permitan la comunión a los divorciados vueltos a casar, gays y demás
personas que “cometen actos objetivamente malos” pero “se
sienten subjetivamente libres de culpabilidad”.
La carta
se publica a los 50 años de la polémica encíclica Humanae Vitae, que prohibió
el uso de preservativos, el aborto, las uniones civiles o las relaciones
homosexuales, y cuya vigencia reivindican estos sacerdotes frente a la nueva
pastoral defendida por Francisco que, para los firmantes, resulta “contraria
al Evangelio”.
Eentre
otras cosas, los firmantes resaltan cómo “la actividad sexual fuera del
matrimonio es en toda circunstancia gravemente malo”, un “grave
mal” que “es un pecado mortal”. Para estos sacerdotes, la
conciencia “puede juzgar erróneamente debido a la deformación que proviene
de pecados anteriores”.
“Nos
damos cuenta, como sacerdotes, de que muchos clérigos y laicos han sido tan
afectados por las mentalidades seculares y la falsa teología moral de décadas
pasadas que ahora ven el testimonio apostólico de la Iglesia como idealista,
anticuado o incluso cruel”, resaltan estos curas, que admiten que la
actual situación de la Iglesia de Francisco resulta “desalentadora para
los sacerdotes y podría llevarnos a evitar ofrecer una presentación clara y
auténtica del Evangelio”.
“Son
herejes y están excomulgados”
La carta
de los curas ultras coincide en el tiempo con declaraciones como las del
cardenal Sarah, el más poderoso de los opositores al Papa Francisco, pues
preside la Congregación para el Culto Divino. Sarah ha advertido que ordenar
sacerdotes a personas casadas “podría tener consecuencias serias”
para la Iglesia, pues supondría “romper definitivamente con la Tradición
Apostólica”.
No hay
“razones o necesidades pastorales” para ello, ha dicho el purpurado
guineano, ya que la innovación tendría el efecto desastroso de acabar con
el sacerdocio tal y como fue instituido por Jesucristo.
Por su
parte, el cardenal Brandmüller, uno de los cuatro firmantes de los famosos
‘Dubia’ contra los divorciados vueltos a casar, fue más allá, y recalcó que
“quien defiende la ordenación de mujeres es un hereje y está
excomulgado”.
Temas
como “el sacerdocio femenino, el celibato, la intercomunión, el matrimonio
después del divorcio”, o el reciente “‘sí’ de la Iglesia a la
homosexualidad”. Para el cardenal, que se sigan hablando de estas
cuestiones no producirá una “primavera católica”, como pretenden
algunos, sino un largo invierno. Al igual que ha sucedido en la Iglesia
evangélica alemana, las innovaciones podrían tener “el efecto de
vaciar las iglesias”.