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Arabia Saudí aprueba una ley antiacoso sexual en plena oleada de arrestos de mujeres activistas

Francisco
Carrión, El Mundo, 30 may. 2018 11:27

Arabia Saudí quiere
atajar el acoso sexual en sus calles. El Gobierno del reino ultraconservador ha
aprobado una ley que castiga con hasta cinco años de cárcel y multas de hasta
300.000 riales (unos 69.000 euros) a quienes cometan abusos contra las mujeres,
en plena campaña de
arrestos de activistas
que reivindicaron el derecho a conducir de
las féminas.
Una mujer
saudí da clases de conducir en Yeda (Arabia Saudí). Faisal NasserREUTERS
La norma
-refrendada ya por el Consejo de la Shura, una asamblea parlamentaria de
carácter consultivo- aguarda ahora el último escollo, el decreto real. El texto
está compuesto de ocho artículos que “persiguen combatir el delito de
acoso, prevenirlo, imponer castigos a sus perpetradores y proteger a las
víctimas con el objetivo de salvaguardar su intimidad, dignidad y libertad
personales garantizadas por la ley islámica y las normas”, detalla un
comunicado de la Shura.
El
organismo reconoce que la nueva norma “ocupa un gran vacío
legislativo” y actuará como “un elemento disuasorio si se compara con
leyes similares de otros países”. El proyecto de ley, redactado por el
ministerio del Interior, ha obtenido el apoyo de 84 de los 150 escaños de la
Shura. Una victoria escueta que muestra las resistencias que encara el paquete de
reformas económicas y sociales impulsado por el príncipe heredero Mohamed bin
Salman.
Según las
autoridades saudíes, el rey Salman fue el impulsor de la nueva ley “a la
luz del impacto negativo del acoso en los individuos, la familia y la
sociedad” con el propósito de “combatir el fenómeno social del
acoso”. El pasado febrero, al abrigo de las reivindicaciones feministas
que recorren el planeta, las musulmanas que han visitado el reino
ultraconservador y peregrinado hasta La Meca lanzaron una campaña con la
etiqueta de #MosqueMeToo
(Mezquita yo también) para denunciar el acoso.
La
feminista y periodista egipcia Mona el Tahawy inauguró la cadena de relatos
sobre el hostigamiento a las mujeres durante el “hajj”, la
peregrinación anual a La Meca que todo acólito de Mahoma debe realizar al menos
una vez en la vida. “Una musulmana me ha escrito tras leer el hilo en el
que conté que fui acosada en el hajj para trasladarme la experiencia de acoso
de su madre en la peregrinación”, tuiteó la activista.
Durante
los días siguientes, la red social reunió las voces de otras víctimas
denunciando tocamientos y roces lanzados desde el anonimato de la multitud.
“La gente piensa que La Meca es el lugar más sagrado de los musulmanes y
que nadie haría nada malo. Se equivoca”, balbuceó otra internauta tras
admitir haber sufrido acoso en la ciudad santa.
La
flamante ley, que incluye penas de hasta cinco años de prisión y multas de
hasta 300.000 riales (unos 69.000 euros), enumera factores que pueden agravar
los castigos como la repetición del delito; ocasionarlo en el lugar de trabajo,
estudio o residencia; la posición de superioridad del verdugo respecto a la
víctima; la comisión del acoso contra una menor o una discapacitada o en un
momento de crisis, accidente o desastre; y el estado inconsciente de la
víctima.
La norma
también contempla el nuevo escenario que abre el fin de la
prohibición de conducir a las mujeres,
un hito fijado para el
próximo 24 de junio. Su aprobación, sin embargo, está jalonada por el arresto
de una docena de activistas, muchas de ellas ligadas durante años a la
reivindicación de ponerse al volante. Al menos cuatro han sido puestas en
libertad aunque se desconocen las condiciones de su excarcelación. La ONU instó
este martes al Gobierno saudí a proporcionar información sobre los activistas
detenidos, desvelar su paradero y garantizar sus derechos.
Entre las
que permanecen entre rejas, figuran Lujain al Hathlul, de 28 años, que desafió
la prohibición en 2014 colocándose al volante y la profesora y bloguera Iman al
Nafjan. “Son muy difíciles explicar los arrestos. Incluso las personas
encargadas de detenerlas están confusas. Cuatro de las mujeres fueron liberadas
sin cargos 48 horas después de ser tildadas de traidoras por la prensa
oficial”, apunta a EL MUNDO una fuente saudí que exige anonimato por miedo
a represalias.
Human
Rights Watch ha denunciado este miércoles el arresto de otros dos activistas,
entre ellos, el fundador de la ilegalizada Asociación Saudí para los derechos
políticos y civiles Mohamed al Bajadi. “El Gobierno saudí parece tan
ocupado en silenciar a la disidencia que incluso los activistas que han
permanecido callados han sido golpeados de nuevo”, indica Sarah Leah
Whitson, responsable de Human Rights Watch en Oriente Próximo. La organización
cuestiona, además, el compromiso de las autoridades “con los derechos de
las mujeres”.
Pese a
las promesas de Bin Salman, Arabia Saudí mantiene en vigor el sistema de tutela
masculino. Las súbditas saudíes no pueden solicitar un pasaporte, viajar al
extranjero, someterse a una intervención quirúrgica, casarse, alquilar un
apartamento, matricular a sus hijos en un colegio, abrir una cuenta bancaria,
deambular por la calle o viajar sin el permiso de un “mahram”
(tutor), ya sea progenitor, cónyuge, hermano o incluso vástago.