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Conflictos agravan el hambre en el mundo

Por Tharanga Yakupitiyage,
IPS, 29 marzo 2018

El número
de personas que pasan hambre en el mundo aumentó notoriamente, en gran
parte debido a los crecientes conflictos, que revierten décadas de avances en
la materia.
Casi
400.000 personas con hambre, que huyeron a Mogadiscio en busca de ayuda en lo
peor de la hambruna, todavía residen en uno de los campamentos de refugiados a
las afueras de la capital de Somalia. Crédito: Abdurrahman Warsameh/IPS.
NACIONES
UNIDAS – “Ha sido un año muy difícil”, recalcó el asesor estratégico de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), Luca Russo, en entrevista con IPS, refiriéndose a las cifras alarmantes
de personas que pasan hambre.
La FAO y
el Programa Mundial de Alimentos (PMA) publicaron el Informe Mundial de Crisis
Alimentaria 2018, que expone la magnitud preocupante que alcanzan las crisis
actuales.
Casi 130
millones de personas en 51 países sufren una severa inseguridad alimentaria, 11
por ciento más que el año anterior, concluyeron las agencias del foro mundial.
Russo,
uno de los principales autores del informe, señaló que la inseguridad se volvió
una de las principales causas de las crisis alimentarias, que afecta a 74
millones de personas. Si todas vivieran en un mismo país, este sería más grande
que Gran Bretaña y Francia juntos.
El
informe atribuye el aumento del hambre a los nuevos y más intensos conflictos
en países como Myanmar (Birmania), Nigeria y Yemen.
Pero
Russo se mostró especialmente preocupado por la situación en República
Democrática del Congo (RDC) y en Sudán del Sur, donde están las mayores crisis
humanitarias de África.
En la
RDC, la escalada de violencia y los enfrentamientos políticos dejaron a 13
millones de congoleños necesitados de asistencia humanitaria, 7,7 millones de
los cuales en una situación de grave inseguridad alimentaria.
En 2017,
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró en la RDC el nivel tres de
emergencia humanitaria, el mayor grado y a la par de Iraq, Siria y Yemen.
El
Consejo de Seguridad de la ONU también expresó la misma preocupación que Russo,
y subrayó la necesidad de “atender la presencia de grupos armados (irregulares)
en el país”, y reclamó “elecciones transparentes, creíbles e inclusivas”.
En abril
habrá una conferencia internacional de donantes, mediante la cual se busca
movilizar unos 1.700 millones de dólares para la RDC.
Mientras,
Sudán del Sur sigue teniendo dificultades para reunir fondos para hacer frente
a sus necesidades humanitarias, y la población está al borde la hambruna.
La FAO y
el PMA alertaron de que sin una asistencia humanitaria sostenida, más de siete
millones de personas, casi las dos terceras partes de la población sursudanesa
podrían encontrarse en una situación de grave inseguridad alimentaria en los
próximos meses, mientras más de 150.000 podrían sufrirán una hambruna.
“A menos
que se cubra la falta de fondos humanitarios, tendremos que declarar otra vez
la hambruna en Sudán del Sur”, alertó Russo.
Hasta
ahora solo se reunió ocho por ciento de los 1.700 millones de dólares
solicitados para la RDC.
La
asistencia humanitaria ayudará a paliar la situación y permitirá salvar vidas,
pero no es una solución a largo plazo, alertó Russo.
“Debido a
que siguen los conflictos, tenemos más y más personas con hambre; con la
asistencia humanitaria podremos mantenerlas con vida, pero no podemos ofrecer
soluciones sostenibles”, precisó.
El
panorama para este año es funesto, pero no todo está perdido.
Russo
subrayó la importancia de que las iniciativas de desarrollo estén coordinadas
con las humanitarias para no quedarse en la asistencia a corto plazo y hacer
frente a las cuestiones de largo plazo, que contribuirán a lograr una paz
segura.
La Misión
de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (Unmiss) reunió a pastores y
agricultores sursudaneses, quienes se enfrentan desde hace tiempo por tierras y
recursos.
La
reunión permitió que ambas partes discutieran métodos para la resolución de
conflictos y crearan un acuerdo de mutuo beneficio con el fin de evitar futuros
enfrentamientos.
La
iniciativa puede ser un pequeño paso, pero constituye un esfuerzo tendiente a
reducir las tensiones y a crear una oportunidad más sustancial para encontrar
la paz.
Russo
urgió a la comunidad internacional a tomar medidas para hacer frente a las
crisis mundiales y evitar lo sucedido en Somalia en 2011.
En aquel
momento, la asistencia y las acciones que se tomaron llegaron cuando ya habían
muerto 250.000 personas y la ONU sacó una declaración sobre la hambruna en
julio de ese año.
“Aun si
algunas de esas situaciones no se ven en los medios, están ahí y existen, y
probablemente se expandan. No debemos esperar a que se declare una hambruna
para actuar”, subrayó.