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Mercaderes de la muerte, ganadores del aumento de conflictos

Por Thalif Deen, Inter Press Service, 14 mar
2018

NACIONES
UNIDAS – Los cinco mayores proveedores de armas coinciden con cuatro miembros
permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que, irónicamente, abogan por
una coexistencia pacífica y defienden los principios del desarme.

Cuando
hay guerras, no gana ninguna de las partes enfrentadas, sino los comerciantes
de armas: mercaderes de la muerte. Crédito: Sipri.
“No
tienen escrúpulos en, simultáneamente, vender armas mortales en zonas de
combate”, ridiculizó un diplomático de la ONU (Organización de las Naciones
Unidas) que pidió reserva de su identidad

A China,
Estados Unidos, Francia y Rusia se les suma Alemania, que desde hace tiempo
trata de conseguir un asiento permanente en el máximo órgano de seguridad de la
ONU, según un informe publicado el 12 de este mes por el Instituto
Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri).
Cuando
hay guerras, no gana ninguna de las partes enfrentadas, sino los comerciantes
de armas, llamados mercaderes de la muerte por los pacifistas.
Los
conflictos aumentan y con ellos, el hambre de armas convencionales como lo
prueban los seis años de guerra civil en Siria, donde las múltiples facciones
enfrentadas reciben armas de Estados Unidos, Rusia o Irán.
Pero
también está el conflicto en Yemen, que ya lleva tres años, donde Arabia
Saudita emplea armas estadounidenses de forma indiscriminada, en gran medida
contra la población civil.
Además,
se mantiene el conflicto palestino-israelí, que transformó al estado judío en
una potencia militar, muy superior a la de todos los países árabes juntos.
También
llegan armas sin interrupción a Egipto, Libia, Líbano, Irán, India, Emiratos
Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Afganistán y Pakistán.
Las armas
comercializadas incluyen aviones de combate avanzados, vehículos aéreos no
tripulados, misiles, buques de guerra, tanques, vehículos blindados para
transporte de tropas, artillería pesada y armas pequeñas.
Los cinco
mayores proveedores de armas fueron los responsables de 74 por ciento de las
exportaciones en el período 2013-2017, según datos de Sipri.
Y el
quinto miembro permanente del Consejo de Seguridad, Gran Bretaña, no los sigue
de lejos. Londres cerró un acuerdo armamentístico con Arabia Saudita por 5.000
millones de dólares en la primera semana de marzo, como informó el diario The
Wall Street Journal el 10 este mes.
Solo los
países de Medio Oriente, la mayoría destruidos por las guerras, aumentaron a
más del doble la compra de armas en los últimos 10 años, indica Sipri.
A pesar
de las preocupaciones por las violaciones a los derechos humanos, “Estados
Unidos y los países europeos siguen siendo los principales exportadores de
armas a la región, responsables del suministro de 98 por ciento de las armas
importadas por Arabia Saudita”, señaló  Pieter Wezeman, investigador del
programa Gasto Militar y de Armas de Sipri.
Los actuales
conflictos armados en Yemen, Siria, Iraq, la región egipcia de Sinaí, Libia,
Palestina, Líbano y Turquía y la idea de que la fuerza militar es un importante
instrumento, sino el principal, para lidiar con ellos, son las razones de la
mayor demanda de armas en la región.
Además,
las guerras se vinculan con las aspiraciones de varios países de convertirse en
potencias regionales, en particular Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos,
Qatar y Turquía que, a su vez, instalan la profunda sensación de amenaza entre
Arabia Saudita y Emiratos contra Irán, y entre Israel e Irán.
Y el
enfrentamiento entre Arabia Saudita, respaldado por Emiratos, y Qatar refleja
la rapidez con que aumentan las tensiones, aun entre países que eran aliados
hasta hace poco.
“La preparación
para esas tensiones imprevistas es probablemente el motivo de que los regímenes
de la región se modernicen o, en el caso de Qatar, amplíen su arsenal”, observó
Wezeman.
La compra
de armas ha demostrado poca efectividad en la disuasión de conflictos. La
sensación de seguridad, además del prestigio y de la oportunidad que el
comercio de armas ofrece a la corrupción, son otras razones que explican el
actual comercio de armas.
Los
nuevos datos de Sipri confirman una tendencia perturbadora, Estados Unidos
amplía la distancia que le lleva en este sector a Rusia, el segundo mayor
exportador de armas en el período 2013-2017, indicó  Natalie J. Goldring,
del Programa de Estudios de Seguridad de la Facultad Edmund A. Walsh de
Servicio Exterior, de la Universidad de Georgetown.
Estados
Unidos mantiene el título de “principal mercader de la muerte”. Los fabricantes
estadounidenses suministraron más de una tercera parte del valor de las mayores
armas convencionales dispersas por el mundo entre 2013 y 2017, precisó.
“La
situación no parece mejorar pronto”, pues el gobierno de Donald Trump parece
promover el plan “compre estadounidense”, que en la práctica se traduce en
considerar a las armas como si fueran cualquier otro producto.
Parece
que Trump continuará con la lamentable tendencia de los anteriores gobiernos de
ejercer muy poco control sobre las armas de fabricación estadounidense, observó
Goldring, quien también representa al Instituto Acrónimo de las Naciones Unidas
en materia de comercio de armas convencionales.
Una señal
positiva es que el “Congreso (legislativo) adopta una visión más crítica sobre
algunas exportaciones de armas”, indicó.
“En el
verano (boreal) pasado le faltaron tres votos para aprobar una resolución que
impidiera la venta de municiones de alta precisión a Arabia Saudita”,
ejemplificó Goldring.
“Si con
más armas, las personas estuvieran más seguras, Medio Oriente debería ser un
lugar notoriamente pacífico. Pero lo contrario parece estar más cerca de la
verdad”, apuntó.
India fue
el mayor importador de armas entre 2013 y 2017 con 12 por ciento del total,
seguida de Arabia Saudita, cuya compra aumentó en 225 por ciento, en
comparación con el período 2008-2012, según Sipri.
Las armas
importadas por Egipto, en tercer lugar, aumentaron 215 por ciento, seguido de
Emiratos, en cuarto lugar, mientras Qatar, en el lugar 20, aumentó sus
importaciones y suscribió varios importantes acuerdos en el mismo período.
“Las
tensiones entre India, por un lado, y Pakistán y China, por otro, incentivan la
creciente demanda india de grandes armas, ya que sigue sin poder producir”,
explicó Wezeman.
En
cambio, China, tiene cada vez más capacidades de producir sus propias armas y
sigue fortaleciendo sus relaciones con Pakistán, Bangladesh y Myanmar
(Birmania) a través del suministro de armas.
Y Medio
Oriente, explicó Wezeman según los datos de Sipri, aumenta sus importaciones de
uso militar, que incluyen a las fuerzas paramilitares como la policía
militarizada o las llamadas fuerzas internas de seguridad, que existen en casi
todos los estados de la región.
Casi
todos los países de la zona tienen conflictos armados. Muchos, tanto internos
como intervenciones en el extranjero.
El uso de
armas pesadas en conflictos internos es común en las operaciones turcas contra
grupos kurdos, entre los diferentes grupos en Siria, en las fuerzas
estadounidenses y europeas contra el Estado Islámico, en las fuerzas egipcias
en el Sinaí, en Israel contra el libanés Hezbolá y el palestino Hamás, y en
Iraq y Yemen.
Los
acuerdos de armas para operaciones internas contra fuerzas rebeldes o contra la
oposición desarmada también son sustanciales.
Un
ejemplo típico es la venta de un gran número de vehículos blindados, fabricados
en Canadá, para la Guardia Nacional Saudí por 10.000 millones de dólares,
señaló Wezeman.