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El Egipto que apoya a Al Sisi no quiere mirar al pasado

Juan Carlos Sanz, El País,
27 marzo 2018

Los
votantes de zonas acomodadas y barrios coptos de El Cairo acuden a las urnas
para refrendar al presidente
El papa
copto Tawadros II vota en las presidenciales, el lunes en El Cairo. 
Khaled Elfiqi Efe.

Los
interminables comicios presidenciales de Egipto siguen sin atraer el interés de
los electores. En la segunda de las tres jornadas de votaciones organizadas
para refrendar en el poder al antiguo mariscal Abdelfatá al Sisi,
estimaciones no oficiales apuntan ya a una elevada tasa de abstención. Sin
ofrecer datos, el Gobierno asegura que la participación está siendo “muy
buena”, aunque admite que necesita mejorar. Por ello animaba este martes a los
ciudadanos a acudir hoy a las urnas, último día en que permanecerán abiertos
los colegios electorales, para otorgar un
mandato sólido al presidente,
elegido hace cuatro años con el 97% de
los sufragios y con una abstención del 53%.

Los
votantes de los distritos acomodados y de los barrios cristianos de El Cairo se
presentan en estas elecciones como firmes pilares de la candidatura de Al Sisi.
La clase media alta no quiere que regresen las convulsiones económicas que
marcaron la revolución de 2011, y la minoría copta
—un 8% de los 96 millones de egipcios— teme también la vuelta de un gobierno
hegemónico de los Hermanos Musulmanes.
Fuentes
de la Administración electoral consultadas por Reuters han estimado en un 13,5%
la participación en la jornada de votaciones del lunes. Estos datos vienen a
coincidir con muestreos efectuados por la prensa en distintos centros de
votaciones de la capital egipcia y de Alejandría. Era el caso del colegio de
enseñanza primaria del distrito popular de Shobra, en el norte de El Cairo,
donde el juez que preside la única mesa confirmaba a primera hora de la tarde
de este martes que algo más del 18% de los 4.350 electores censados habían
ejercido ya su derecho al sufragio.
Shobra es un vecindario
mayoritariamente cristiano.
Gibil Sobhi, una comerciante de material
informático de 39 años, lleva un colgante con la característica cruz copta con
los cuatro brazos iguales. “Ahora hay mucha más seguridad, antes no podíamos
salir a la calle”, puntualiza sin desvelar su voto. Al Sisi ha autorizado la
construcción de nuevas iglesias para reemplazar a las destruidas en atentados y
ha emprendido una campaña de mano dura contra el yihadismo, que se ha cebado
con la minoría copta.
En los dos últimos años, una cadena de ataques
a templos cristianos se ha cobrado la vida de 29 personas en El Cairo y de
otras 45 en la provincia de Alejandría.
También
con la cruz copta al cuello, la funcionaria del Ministerio de Educación Zizvet
Suleimán, de 56 años, coincide en que “cristianos y musulmanes conviven puerta
con puerta en Shobra”. Acaba de depositar su papeleta en la urna y se dirige
hacia la avenida principal del barrio, donde un enorme cartel con las imágenes
del presidente Al Sisi y del papa copto,
Tawadros II
, domina el acceso al colegio electoral.
En el
distrito de Zamalek, un oasis de sedes diplomáticas y lujosas residencias
asentado en una isla del Nilo, la ingeniera civil Wafed Ismail, de 26 años,
también ha votado ya en la facultad de Bellas Artes de la Universidad
de Helwan
. Le acompañan su madre —Imam, de 67 años— y su hijo Omar,
con tres meses recién cumplidos. “Tenemos que acudir a las urnas para que haya
una participación inequívoca que garantice el futuro de Egipto”, proclama con
convencimiento.
El
programa de ayuda del Fondo
Monetario Internacional
ha promovido desde 2016 el gasto en
infraestructuras y ha duplicado la tasa de crecimiento del PIB desde el 2,1% de
2013 al 5,3% estimado a finales de 2017. También ha impuesto un estricto plan
de austeridad que ha forzado la devaluación de la libra egipcia en un 50% frente
al dólar y el euro y elevado el tipo del IVA hasta el 14%.
El
presidente de la mesa de Zamalek,
el fiscal Amro Sharif, de 39 años, estima en un 20% la participación acumulada
a tres horas del final de la segunda jornada electoral. Una gruesa novela le
ayuda a pasar el rato ante la limitada afluencia de votantes. Los funcionarios
reconocen que hubo mucha más animación el lunes, cuando se presentaron en el
colegio celebridades del opulento distrito, como la actriz Hala Sedki,
estrella de los culebrones de la de la televisión egipcia.
Cogidas
del brazo, dos viejas amigas —la maestra de árabe jubilada Samiha Ahman y la
exprofesora de inglés Nahya Hassan— no parecen estar decepcionadas ante el
desangelado ambiente que reina en el colegio electoral. “En Estados Unidos
tampoco se produce una participación electoral muy alta”, argumenta la segunda.
“Con tal de que no vuelva la pandilla que gobernó hasta 2013 y destrozó Egipto,
cualquier resultado vale”, replica la primera en una evidente alusión a la Hermandad Musulmana. El
general Al Sisi, jefe del Ejército, derrocó entonces al presidente islamista
Mohamed Morsi, el primer presidente civil democráticamente elegido en la
historia de Egipto.