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Israel votará sobre la anexión de asentamientos ilegales de Cisjordania a Jerusalén

26 Octubre 2017

Israel estudiará un proyecto que en la práctica equivaldrá a la anexión de implantaciones judías construidas en el territorio palestino ocupado alrededor de Jerusalén, según los detractores de la colonización, que denunciaron un golpe contra la paz.

Una comisión de ministros examinará el domingo un decreto llamado “Ley sobre la gran Jerusalén”, indicaron dos promotores del proyecto, el ministro de Transporte, Israel Katz, y el diputado Yoav Kisch, miembro del Likud, el partido del primer ministro, Benjamin Netanyahu.

El proyecto de ley colocaría bajo jurisdicción de la municipalidad israelí de Jerusalén los bloques de colonias que están al sur y al este de la ciudad, en Cisjordania, territorio palestino ocupado por el ejército israelí desde hace 50 años.

Si la comisión adopta el proyecto se allanaría el camino para un debate en el Parlamento.

Sin embargo, el examen de decretos tan sensibles, incluyendo la “ley sobre la gran Jerusalén”, ya ha sido aplazado en el pasado tras haber sido incluido en el orden del día.

Continuidad territorial

Sea o no examinado el domingo, el texto causó indignación entre los palestinos.

El proyecto apunta a perpetuar la ocupación israelí, “legalizar la presencia de colonos extremistas judíos en suelo palestino y finalizar” la separación entre Jerusalén Este, la parte palestina de Jerusalén anexada por Israel, y Cisjordania, declaró Hanan Ashraui, una dirigente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Los palestinos quieren hacer de Jerusalén Este la capital del Estado al que aspiran, mientras que Israel anexionó esa parte de la ciudad y defiende que todo Jerusalén es su capital, indivisible.

Las colonias en torno a Jerusalén, algunas de las cuales se verían afectadas por la “ley sobre la gran Jerusalén”, como Maale Adumim o Gush Etzion, dividen Jerusalén Este y Cisjordania y comprometen la construcción de un Estado palestino con Jerusalén Este como capital.

El proyecto de ley, así como las últimas decisiones israelíes, “representan el fin de una solución con dos Estados”, es decir, la creación de un Estado palestino que coexista con Israel, consideró Ashraui.

Esta solución, referencia de la comunidad internacional para resolver el conflicto israelo-palestino, parece cada vez más alejada, en particular después del rechazo del presidente estadounidense Donald Trump a comprometerse en su favor.

La adopción extendería una serie de decisiones israelíes a favor de la colonización. Israel aprobó la semana pasada la construcción de 2.646 viviendas para colonos en Cisjordania ocupada, y el miércoles la de 176 en el corazón de un barrio palestino de Jerusalén Este.

Cosmética

Algunas colonias están situadas en la profundidad de Cisjordania mientras que otras, también en territorio palestino, lindan con Israel o pertenecen a “bloques” que, según los israelíes, deberían formar parte de Israel, incluso aunque se concedieran territorios en el marco de una solución pactada con los palestinos.

“Este lugar algún día formará parte del Estado de Israel”, aseguró Netanyahu en Maale Adumim este mes.

Netanyahu enfrenta las presiones de los grupos de cabildeo de la colonización y de los miembros de su propio Gobierno que rechazan la solución de los dos Estados y que, además, defienden la anexión de partes de Cisjordania.

En las colonias que pasarían a estar bajo la jurisdicción de Jerusalén vivirían alrededor de 150,000 personas. Con estos nuevos habitantes, se “mantendrá el equilibrio demográfico” de la ciudad, señala el texto, que también destaca que así se podrán acelerar las construcciones.

El proyecto no estipula que las colonias serían “anexionadas” a Israel, sino “asociadas” a Jerusalén, conservando una cierta “autonomía” al convertirse en “submunicipios”.

La diferencia es puramente cosmética, recalcó la organización israelí anticolonización Paz Ahora.

“Si se adopta, esta ley constituirá una anexión de hecho y un paso decidido hacia una anexión de derecho”, reaccionó.

Se perseguiría acelerar la construcción en las colonias y “crear sobre el terreno hechos consumados que arruinen las posibilidades de una solución de dos Estados”, consideró la asociación.