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El neoliberalismo ya no se vende como ‘la receta para curarlo todo’

15 Octubre 2017

En pleno siglo XXI, el neoliberalismo vuelve a ser objeto de debate. ¿Es viable? ¿Es el mejor sistema? En el caso del Reino Unido, el concepto de ‘mantener al Estado atado corto y dejar que el mercado haga su magia’ parece no estar dando sus frutos. Una profesora de Oxford reflexiona sobre qué es lo que está pasando.

Hasta hace 25 años, el debate sobre si era más viable un Estado bajo los preceptos del socialismo o bajo una democracia liberal capitalista parecía estar a la orden del día. Pero con la caída de la Unión Soviética, el debate pareció haberse desterrado, escribe Ngaire Woods, profesora de la Gestión Económica Global en la famosa Universidad de Oxford.

“Desde entonces, el ascenso de China ha contradicho la visión de que una estrategia liderada por el Estado siempre iba a fallar, mientras que la crisis económica mundial expuso los peligros de los mercados mal regulados”, apunta en su artículo publicado en Project Syndicate.

Sin ir más lejos, las naciones con el mayor crecimiento del mundo no son las esperadas: Etiopía, Uzbekistán, Nepal, la India, Tanzania, Yibuti, Laos, Cambodia, Myanmar y Filipinas, países que difícilmente podrían considerarse ‘de libre mercado’.
“Y en muchos otros países con libre mercado se están sufriendo recesiones y está aumentando la desigualdad”, prosigue la autora.

Ante este panorama, varias son las voces que desde la política han dejado de defender un capitalismo basado en el libre mercado en términos de crecimiento económico, dice el artículo, y son cada vez más los que están apostando por orientar las políticas a los ciudadanos de a pie.

La afirmación según la cual gracias al capitalismo de libre mercado en el Reino Unido —paradigma de este sistema— se ha conseguido reducir la mortalidad infantil y el analfabetismo y aumentar la esperanza de vida “no corresponden a la realidad”, revela Woods. Así, el practicado por Estados Unidos ha hecho que se pase de 16,9 muertes maternas de cada 100.000 en 1990 a 26,4 en 2015. Además, el 15% de adultos en Reino Unido presenta los mismos niveles de alfabetismo “de un niño de 11 años”.
“De hecho, si buscas en Google ‘campañas con éxito contra el analfabetismo’, el país con los niveles más sorprendentemente bajos [de analfabetismo] es Cuba, uno poco sospechoso de tener un sistema de libre mercado”, argumenta.

El caso del Reino Unido sigue siendo paradigmático. La primera ministra británica, Theresa May, continúa argumentando que una economía de libre mercado en la que se aplican las normas y la regulación correctas es lo que el progreso humano necesita. Si es así y si los datos son los que son, es evidente que algo se está haciendo mal. ¿Cómo se puede hacer bien?, se pregunta Woods.

Aquí las opiniones se dividen, en Reino Unido, entre el Partido Laborista y los conservadores, con los primeros proponiendo un Banco Nacional de Inversión y un Fondo de Transformación para apostar por la inversión pública y los segundos por “promover el crecimiento en todo el país y convertir las áreas locales en campeones nacionales de las exportaciones”, recuerda la profesora.

La línea del Partido Laborista apostando por esas oportunidades para la gente de a pie contrasta con “la ortodoxia que establecieron Margaret Thatcher y Ronald Reagan en 1980”, según la cual el Estado se debía mantener al margen del ‘milagro económico’. Una concepción que es vista ahora como peor de los males.