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Acuerdo entre Fatah y Hamas.

20 Octubre 2017

LA SEMANA PASADA se anunció que los grupos palestinos Hamas y Fatah alcanzaron un acuerdo “de reconciliación”. Desde que entre 2006 y 2007 ambos grupos se enfrentaron militarmente en las calles de Gaza tras triunfos electorales de Hamas, con decenas de muertos, había habido un par de intentos fracasados de lograr un entendimiento duradero. Esta vez, según ambas partes, habría más posibilidades de que sea más sólido que en las dos anteriores.

Las negociaciones se desarrollaron en El Cairo, con mediación de Egipto, y podrían llevar a que próximamente se hagan otras. La Autoridad Palestina (AP), en principio el gobierno único de los palestinos, controlado por Fatah, tiene hasta ahora, de hecho, un poder limitado a Cisjordania, mientras Hamas, considerado por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea como una organización “terrorista”, administra la Franja de Gaza. En setiembre, antes del comienzo del diálogo, Hamas había aceptado disolver sus estructuras de gobierno en Gaza. Apenas firmado el acuerdo, la AP anunció que comenzará a hacerse cargo de “los asuntos administrativos y de las responsabilidades de seguridad” en la franja. Se especula en paralelo que, a cambio, Hamas podría asumir a la brevedad cargos en la AP.

Si Egipto participó en las negociaciones como intermediario, ello quiere decir –visto su escaso margen de autonomía– que tanto Estados Unidos como Israel avalaron los contactos entre las dos facciones palestinas, considera el escritor y periodista palestino-estadounidense Ramzy Baroud (Middle East Monitor, 11-X-17, versión en español de www.rebelión.org). “Aunque el lenguaje utilizado por Tel Aviv y Washington es bastante cauteloso respecto de las negociaciones entre ambos partidos palestinos, si se observa con detenimiento su discurso político, no es enteramente desdeñoso respecto de la posibilidad de que Hamas participe en un gobierno de unidad encabezado por Maj –
mud Abbas”, el presidente de la AP, apunta Baroud. El propio Biniamin Netaniahu habría avalado los contactos a principios de este mes, a cambio de que Hamas disuelva su brazo armado, rompa relaciones con Irán y reconozca al Estado de Israel, señala Baroud, citando al diario Times of Israel. El presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi lo habría conversado también con el primer ministro israelí días atrás en Nueva York, en ocasión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el primer encuentro público entre ambos, agrega el analista.

Los dos intentos anteriores de acuerdo entre Hamas y Al Fatah, en 2011 y 2014, así como uno inmediatamente previo a los enfrentamientos de 2007, habrían fracasado por la oposición de los gobiernos de George W Bush y Barack Obama. Si Donald Trump –el más abiertamente pro israelí de los últimos presidentes estadounidenses– nada dijo de estas negociaciones intrapalestinas es porque antes lo consultó con Netaniahu y concluyeron que tienen todo para ganar de un pacto que se realice bajo sus condiciones.
“Lo que sugiere fuertemente que hay actores poderosos detrás de los intentos de reconciliación, es lo tranquilo y poco conflictivo que ha sido hasta ahora todo el proceso, algo totalmente diferente a años de intentos fallidos y acuerdos repetidos con resultados decepcionantes”, observa Baroud, apoyándose en una sucesión de hechos que habrían ido en ese sentido.

Salah Bardawil, un alto dirigente de Hamas, confirmó días atrás que esta vez las negociaciones con Fatah van en serio, aunque dijo también que su organización no tiene previsto en lo inmediato deponer las armas ni cesar la resistencia contra Israel. El periodista del canal Al Jazeera John Carlin estima que “las dos partes sólo alcanzaron un acuerdo parcial, abordando asuntos civiles y administrativos. Asuntos mucho más polémicos como las elecciones nacionales, la reforma de la Organización para la Liberación de Palestina y el estado del brazo armado de Hamas se dejaron de lado para su consideración en una próxima reunión a finales de noviembre”.

Como otros palestinos que no se sienten representados por ninguna de las dos partes, Ramzy Baroud considera que “cualquier acuerdo de unidad que preste atención a los intereses de las facciones a expensas del bien colectivo del pueblo palestino es una farsa. Aunque al principio ‘tenga éxito’, a la larga fallará, ya que Palestina es más grande que cualquier individuo, facción o potencia regional que busque el consentimiento de Israel y las limosnas de Estados Unidos”, afirma.